jueves, 27 de septiembre de 2012

XIII-091 A la hora de decidir. ( 2a. Parte)



A LA HORA DE DECIDIR. (2ª. Parte)

En nuestra meditación anterior hablábamos de la importancia que tiene para nuestras vidas el saber tomar decisiones a tiempo y acertadas, decíamos que Dios nos ha dado la facultad de poder escoger entre varias alternativas, de decidir entre los bueno y lo malo, de discernir y ponderar los resultados que podamos lograr a la hora de decidir.

Tomamos de las Sagradas Escrituras dos ejemplos de lo que significa una buena y una mala decisión y nosotros mismos vemos en nuestras vidas las consecuencias de las decisiones que tomamos, es lo que va formando la experiencia del ser humano, por eso los mayores en edad tienen la posibilidad de acertar mas y mejor en la decisiones porque han vivido en carne propia esas consecuencias y procuran no incurrir en los mismos errores del pasado. Pero también hay jóvenes que toman buenas decisiones en su vida y son aquellos a los que vemos progresar y ser felices, de allí la pregunta ¿qué debemos hacer? ¿Existen algunos parámetros por los cuales podemos guiarnos a la hora de decidir?

Recuerden que no nos estamos refiriendo a las pequeñas decisiones de cada día como usar esta o aquella ropa, o decidir que comer cuando tenemos el Menú en la mano, nos referimos ciertamente a las cosas trascendentes que van a gravitar sobre nuestra vida futura, como escoger una profesión, seguir una vocación, decidirse a formar un hogar, escoger las autoridades que nos han de gobernar, hacer o no hacer un viaje, cambiar de religión o de residencia, y tantas otras que son trascendentales en nuestra vida.

Lo primero que tenemos que recordar a la hora de decidir es nuestra fe, nuestra confianza en Dios, la solidez de nuestra fe en un Dios que es misericordioso y rico en piedad y perdón, un Dios que está siempre a nuestro lado, que nos ama y que nos ilumina nuestro caminar para no caer en el error. Por tanto lo primero que debemos preguntarnos es si no estamos ofendiendo o contradiciendo nuestra fe con la decisión que hemos de tomar, si no estamos pecando contra Dios. No podemos por tanto tomar decisiones a la ligera, guiados por sentimientos, gustos o caprichos, ni por conveniencias personales, tenemos que pensar en los demás, amar al prójimo como a nosotros mismos, tenemos que ejercitar la virtud de la prudencia y con ella la caridad que es la mayor de todas las virtudes.

Una buena recomendación sería pensar en lo que haría Jesús o la Santísima Virgen en el caso que estamos por decidir, ellos son nuestros modelos y a ellos debemos remitirnos siempre, así como también pedir al Espíritu Santo que nos ilumine y nos envíe del cielo un rayo de su luz purísima, para que nuestra decisión sea acertada y no tengamos que arrepentirnos.

Oración Comunitaria:
Solicita Marianela Méndez, desde San Juan de los Morros, Estado Guárico, por el hijo de su ahijada, un bebé de apenas una semana de nacido de nombre José Thomas Diamon que tiene una bacteria y se encuentra malito. Pidamos al Señor por su sanación rezando Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario en familia el día sábado y el domingo la asistencia a la Santa Eucaristía.

martes, 25 de septiembre de 2012

XIII-090 A la hora de decidir.



A LA HORA DE DECIDIR.

En primer lugar quiero disculparme con ustedes por la interrupción de una semana en las meditaciones, debido a causas que no pudimos superar, pero gracias a Dios nada grave ni de lamentar, ya estamos de vuelta con ustedes y con los Temas para hacer nuestras meditaciones diarias. También queremos dar la bienvenida al grupo de la Fundación Betania que estuvo de viaje por Roma y Tierra Santa, quienes regresaron felices el  día de ayer del viaje que he denominado “La Cruzada del Amor” ya que estos peregrinos hicieron el mismo viaje que aquellos cruzados medievales pero no movidos por el ansia de batallar contra los musulmanes para recuperar el Santo Sepulcro, ni por motivos comerciales, sino movidos por el amor a Jesús y el deseo de conocer los lugares en los que ejerció su ministerio de salvación para toda la humanidad.

Hoy quiero invitarles a meditar sobre el Tema “A la hora de decidir”, es un tema especial para los adultos ya que son ellos los llamados a decidir sobre las pequeñas y las grandes cosas de nuestra vida. Dios nos ha dado a todos ese poder de decisión que llamamos “libre albedrío”, es decir la posibilidad de escoger entre varias alternativas aquella que más convenga para nuestro futuro, podríamos sintetizarlo en dos palabras, escoger entre el bien y el mal, entendiendo por “bien” todo aquello que obre en favor nuestro y por “mal” todo aquello que nos pueda perjudicar según el devenir de las cosas. Todos los días tenemos decisiones que tomar, a veces las decisiones son sencillas, pero otras las cosas no aparecen muy claras y tanto el bien como el mal parecen ocultos a nuestros ojos a simple vista, por lo que tomar una buena decisión significa acertar con aquella que nos conduce a preferir el bien sobre el mal y de lo bueno, lo mejor.

Veamos qué nos dicen las Sagradas Escrituras: En el Génesis leemos la decisión que tomaron Adán y Eva en el Paraíso, ante la tentación de la serpiente, es la primera decisión que vemos tomar al hombre en la historia, debían escoger entre comer del árbol del bien y el mal para llegar a ser como Dios, tal como lo decía el tentador, o de obedecer a Dios que se los había expresamente prohibido. Como sabemos la decisión fue mala, se dejaron llevar por el deseo de poder e incurrieron en la desobediencia que trajo tan funestas consecuencias para todo el género humano, al punto de que todavía hoy en día lo estamos pagando., pues todos nacemos con la mancha del pecado original de nuestros primeros padres Adán y Eva.
El ejemplo opuesto lo encontramos en el evangelio de San Juan cuando Jesús plantea la necesidad de comer su cuerpo y su sangre para obtener la vida eterna, en ese momento muchos de los que le seguían, aquello les pareció un escándalo, una locura, y lo abandonaron, entonces él preguntó a los apóstoles ¿ Y ustedes también quieren abandonarme? Debían decidir entre seguir la vida ordinaria de pescadores que siempre habían llevado o seguir a Jesús prescindiendo de prejuicios personales y religiosos de su época, fue entonces cuando Pedro le dijo a Jesús: “¿A quién iríamos Señor?, sólo tú tienes palabras de Vida Eterna” (Jn 6, 67-69) Y se quedaron con él, tomando así la decisión acertada.

Vamos a continuar hablando de este Tema, tan importante, en la próxima Meditación, en la que vamos a darles algunas recomendaciones claves para el momento en que tengamos que tomar una decisión trascendente en nuestras vidas.

Gustavo Carías.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

martes, 18 de septiembre de 2012

XIII-089 "No busque a Cristo sin Cruz




“NO BUSQUE A CRISTO SIN CRUZ”

Hemos escogido como título para nuestra meditación de hoy una frase  de San Juan de la Cruz (1542-1591) el patrono de los poetas de lengua española: “No busque a Cristo sin Cruz”, ya que la meditación que proponemos es como una continuación de la del viernes pasado “Transparentar a Cristo”, porque allá les decíamos que para transparentar a Cristo teníamos que imitar su vida y que su vida estuvo unida al sufrimiento, en consecuencia aquellos que buscan a Cristo con la idea de vivir más cómodamente, sin problemas, sin preocupaciones en la vida, están en el camino equivocado, no se puede pensar en Cristo si no se piensa en su Cruz.

Cristo dijo: “Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a si mismo, que cargue con su Cruz cada día y me siga.” (Lc 9, 22-25) En esa frase Jesús nos está planteando las condiciones necesarias para su seguimiento, para su imitación. En primer lugar tiene que haber una “renuncia de si mismo” y ¿qué significa renunciar de uno mismo? Ya lo decíamos en nuestra meditación del viernes pasado, en la medida en que nosotros vayamos acercándonos cada vez más a Jesús para tratar de transparentarlo, en nuestras acciones, en nuestros gestos, en nuestro caminar, nuestro propio yo va a ir disolviéndose y los demás no nos van a ver a nosotros sino que van a ver a Jesús, es decir estamos apartándonos de lo que éramos anteriormente, estamos renunciando voluntariamente a nosotros mismos.

Además de esa renuncia de nosotros mismos, Jesús nos pide que carguemos con su Cruz, ¿ y qué significa cargar con la Cruz de Jesús? Significa el sufrimiento, el dolor de ir desprendiéndonos de todo aquello que conformaban nuestros gustos, nuestras apetencias, de todos aquellos ídolos de barro que nos construimos en la vida y que nos apartan de Dios. Debemos torcer nuestra voluntad y aceptar la voluntad de Dios, para ello es necesaria mucha fe, creer firmemente que Dios nos ama y que todo lo hace por nuestro bien, aún aquellas cosas que no lo parecen y que nos amargan la vida y fíjense que nos dice “cada día”, es decir que no es que vamos a sufrir una sola vez y ya está, se acabó, no, cada día tiene su propio afán y debemos cargar con la Cruz no solo un momento sino cada día.

Es duro este modo de pensar, dirán algunos, pero veamos la otra cara de la moneda, ¿de que le vale al hombre ganar el mundo, si al final pierde su alma? El mundo te está invitando todos los días, la propaganda, el consumismo, te ofrece dinero, posición, poder, placeres, todo aquello por lo que tu yo personal siente alguna inclinación, es decir que te pide que no renuncies a ti mismo, que busques un Cristo sin Cruz que es aquel que dices de la boca para afuera: “Yo soy cristiano”, “Yo voy a Misa”, “Doy limosna” y ¿para qué más? Sin embargo, el camino de Cristo tiene una recompensa mucho mayor que todo lo que puedas imaginar, porque no vendrá de los hombres, vendrá de Dios, El conoce todos tus sacrificios y todas tus humillaciones y sabrá recompensarlas porque nadie le gana en generosidad a Dios.

Que la paz de Cristo llene tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.

viernes, 14 de septiembre de 2012

XIII-088 Transparentar a Jesucristo.




TRANSPARENTAR A JESUCRISTO.

Debemos tratar de transparentar a Jesucristo, eso significa hacer que los demás vean en nosotros a Jesús. ¿Cómo se logra esto?

El primer paso es nuestra propia conversión, pasar de una vida de pecado a la vida de la gracia, recurrir a la Confesión, para que sean borrados nuestros pecados y nuestra alma sea limpia de toda suciedad por pequeña que esta sea, porque tenemos que saber que en la Confesión no solo se perdonan los pecados, mortales o veniales que podamos tener, sino que también se le da entrada a la gracia y nuestra alma queda limpia y pura, en condiciones para recibir a Jesucristo en la Eucaristía. Es por eso que es recomendable la confesión frecuente, aún cuando no tengamos pecados graves que confesar. Hay quienes se preguntan si en realidad no queda alguna huella de los pecados cometidos y nuestra alma queda manchada como aquellos objetos que son lavados muchas veces y se acumulan pequeños desperdicios en los intersticios, hay una anécdota de Sta. María de Alacoque que nos da la respuesta: Ella cuenta que uno de sus confesores no quería creer que ella hablaba con Nuestro Señor y le pidió una prueba, le dijo “Pregúntale al Señor cuál fue el último pecado grave que yo cometí y confesé”, ella lo hizo y luego fue nuevamente al confesor y éste le preguntó: “ A ver, ¿qué te dijo el Señor?” Y ella le respondió, me dijo: “lo he olvidado”. Que respuesta tan maravillosa y reveladora, Nuestro Señor olvida los pecados que nos perdona, no queda ninguna mancha de ellos.

En la medida que nosotros, por medio de nuestra conversión, por la confesión frecuente, por el rezo diario, por nuestras obras de caridad, nos vamos acercando cada vez más a Jesús, estudiando su vida, compenetrándonos de su palabra, actuando como El actuaría en cada caso que se nos presente en la vida, llenándonos de su presencia con la Eucaristía, tratando de imitarlo, de ser como El, de hacerlo presente en todo momento, estemos seguros que vamos a transparentarlo, es decir que los demás no nos verán a nosotros sino que verán a Jesús.

Jesús quiere que lo imitemos, en varias oportunidades nos dice “sean como yo”, pidámosle a Dios Padre que nos transforme que seamos imagen fiel de su Hijo, eso va a implicar también sufrimiento, porque la Vida de Jesús está ligada al sufrimiento, nadie ha sufrido un suplicio mayor que el de su Pasión y Muerte, ya que ninguna parte de su cuerpo, desde la planta de los pies hasta la cima de la cabeza quedó sin ser maltratado, pero ese sufrimiento siempre irá unido  a la esperanza de estar un día participando de su gloria en el Cielo por toda la eternidad. Sin miedo a las burlas y al rechazo, recuerden: “Quien les escucha a ustedes, me escucha a mí; quien les rechaza a ustedes me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.” (Lc 10, 16).

Que tengan un feliz fin de semana, no olviden el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la Misa Dominical, que Dios les bendiga a todos.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

XIII-087 ¿Dónde se halla la felidad?



¿Dónde SE HALLA LA FELICIDAD?

Antes de entrar en materia, les informamos que la “Cruzada del Amor”, o sea los miembros de la Fundación Betania que están viajando a Jerusalén, se encuentra actualmente en Roma, precisamente hoy miércoles, cuando aquí en Venezuela eran las cuatro de la madrugada, ellos estaban en El Vaticano a media mañana, atendiendo a la Audiencia Papal y tuvieron la alegría de ser nombrados y saludados por el Papa Benedicto XVI como peregrinos de Venezuela. Esta Audiencia se puede ver nuevamente por EWTN en horas de la noche.

Y vamos a tratar de responder nuestra pregunta de hoy: ¿Dónde se halla la felicidad? Para ello es necesario primero definir lo que entendemos por felicidad, para saber si estamos hablando de la misma cosa, para ello podríamos comenzar con la definición que trae el diccionario: “La felicidad es un estado de ánimo que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado una meta deseada. Tal estado propicia paz interior, un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que estimula a conquistar nuevas metas. Es definida como una condición interna de satisfacción y alegría.” Encontramos varias cosas que meditar en esta definición, por una parte dice que es un “estado de ánimo”, es decir que es algo que corresponde al alma, no propiamente al cuerpo, a la vez nos dice que “propicia una paz interior” con lo cual nos lo ratifica y finalmente nos resume diciendo que “es una condición interna”, es decir que la felicidad surge es en nuestro interior, es algo que viene del alma, del espíritu.

Otro aspecto a meditar es que nos dice que se obtiene al alcanzar una meta y nos estimula a alcanzar nuevas metas, de manera que la felicidad no se nos define como un estado permanente que una vez alcanzado, se mantenga a través del tiempo, sino que es discontinua y es porque se presenta alternativamente con periodos de infelicidad ¿Cómo hacerla permanente?

En diferentes oportunidades hemos dicho que estamos formados de un Cuerpo y de un Espíritu, el cuerpo se satisface con las cosas materiales, los alimentos, los vestidos, la vivienda, el dinero, en tanto que el Espíritu se satisface con las cosas espirituales, las cosas de Dios, conocerle, adorarle, glorificarle y servirle. Por tanto es fácil deducir que si la felicidad es algo del Espíritu, como decimos en la definición anterior, no puede alcanzarse con las cosas materiales que son solo para el cuerpo, de allí que cuando se alcanza una “meta”, por ejemplo obtener una vivienda propia, o adquirir un auto, pueda producirse un efecto temporal de felicidad, pero esta no es permanente porque inmediatamente dará lugar al deseo de obtener “nuevas metas” y la infelicidad propia de no tenerlas.

La verdadera y permanente felicidad consiste en estar con Dios, las personas que se mantienen en estado de gracia son felices, por ejemplo los santos a pesar de sus sufrimientos son las personas más felices, en cambio las personas que no tienen a Dios, anhelan la felicidad y no saben como alcanzarla, tenemos que orar por ellos para que la reciban. El materialismo nos hace olvidar a Dios, mientras más cosas posees más lejos estás de El, porque estás más apegado a ellas. Lo importante no es tener mucho, sino apreciar y valorar lo poco que se tenga para poder disfrutarlo, compartirlo y ser feliz.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y tu familia y permanezca por siempre.

lunes, 10 de septiembre de 2012

XIII-086 La Cruzada del Amor.




LA CRUZADA DEL AMOR.

Hoy parten de Caracas, Venezuela, con destino a Tierra Santa, Israel, un grupo de aproximadamente medio centenar de personas, en su totalidad miembros de la Fundación Betania, acompañados por dos sacerdotes, en un viaje de conocimiento y espiritualidad cristiana que bien podría denominarse “La Cruzada del Amor” ya que al igual que aquellos caballeros cruzados de los siglos XI al XIII que valientemente se aventuraron a realizar aquellas expediciones desde Europa al Medio Oriente con el propósito de defender los Santos Lugares de los musulmanes, emprenden hoy este viaje, mucho más largo en cuanto a la distancia, pero que con los recursos modernos de transporte lo hacen de menor duración, ya no con aquellos propósitos de rescate y de abrir vías comerciales, sino movidos por el amor a Jesucristo y por el deseo de estar cerca de todos aquellos sitios en los que transcurrió su vida, su pasión, su muerte y su resurrección.

La Fundación Betania es una Asociación Civil de laicos que fuera creada por la hoy Sierva de Dios, María Esperanza Medrano de Bianchini, el 19 de abril de 1979, a sugerencia de uno de sus primeros directores espirituales que fue Monseñor Juan José Bernal, inicialmente con un grupo de personas que habían sido seguidores de la Vidente de Betania desde hacía varios años, muchos de los cuales fueron testigos de las apariciones de la Virgen María Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones en Finca Betania, y que en principio tuvo por finalidad ser un grupo de oración y a la vez de promoción y protección de aquel lugar sagrado. Dos años después de su fundación, surgió de su seno la Coral Betania, dirigida por María Auxiliadora Bianchini, hija de la Señora María Esperanza, que ha venido teniendo una labor ininterrumpida durante 31 años evangelizando a través del canto. Siguiendo los lineamientos dados por la Sra. Maria Esperanza, la Fundación Betania comenzó a realizar una serie de convivencias y retiros espirituales en Finca Betania que la llevarían a constituirse en un modelo de comunidad para la formación del Pueblo de Dios, este modelo, tal como lo previó la Vidente, se ha copiado en el exterior de Venezuela y hoy en día existen en el mundo diecisiete comunidades similares con el nombre de Betanias.

El grupo de viajeros va presidido por el actual Presidente de la Fundación, el Sr. Geo Bianchini Gianni, quien por cierto se recupera actualmente de una operación quirúrgica a la que fuera sometido la pasada semana y harán una parada en Roma para luego continuar a Tierra Santa. Nosotros los que restamos aquí en Caracas, encomendaremos en nuestras oraciones a los modernos cruzados para que sobre ellos se derramen muchas gracias y bendiciones y su experiencia sea fructífera en bienes espirituales.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.

viernes, 7 de septiembre de 2012

XIII-085 ¿Señor, qué quieres de mi?



¿SEÑOR, QUE QUIERES DE MI?

Hemos hablado en muchas oportunidades de “la misión” que a cada uno de nosotros ha encomendado Dios, como respuesta a la pregunta de la vida: ¿Qué hago yo aquí?, ¿Para qué he venido a este mundo? La respuesta no puede ser simplemente para hacer las rutinas diarias de levantarse, vestirse, trabajar para ganar la comida de cada día, comer y acostarse de nuevo para esperar la siguiente jornada, eso sería vivir una vida sosa, falta de sal, de sentido, inútil e innecesaria. Si observamos las vidas de personas admirables por sus hechos y por su vida, los santos, los héroes, nos damos cuenta que ellos cumplieron una misión a la que se sintieron inspirados y cabría preguntarse ¿es que Dios asigna misiones a unas pocas personas y a otras no? La respuesta correcta es que todos, absolutamente todos, tenemos una misión que cumplir en este mundo y esa es la razón de nuestra existencia, pero a muchos se les dificultad identificarla, es por eso que debemos orar al Señor para que nos ilumine el camino y que nos haga ver con claridad cuál es nuestra misión, qué quiere él de nosotros.

Dios quiere que todos vayamos a compartir con él la vida eterna, esa felicidad sin límites de estar en su presencia, para eso mandó a su Hijo al mundo, para que todos se salven, y es Jesús el que nos da las respuestas a todas esas inquietudes que le manifestamos, en su vida y en sus palabras hallaremos sin duda el camino. “Ustedes serán verdaderos discípulos míos si perseveran en mi palabra; entonces conocerán la verdad y la verdad los hará libres.” (Jn 8, 31-33)

Interroguemos al Señor: ¿Señor, qué quieres de mi? Y hallemos en su vida y en su palabra las respuestas que necesitamos. Un maestro de la Ley preguntó a Jesús: “Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?” Jesús le dijo: “¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?” El hombre contestó: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo” Jesús le dijo: “!Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.” (Lc 10, 25-28)

En las Escrituras, es decir en las palabras de la Biblia, encontraremos muchas respuestas a nuestras preguntas, allí Dios nos dice que debemos hacer y que no debemos hacer, les recomiendo leer el capítulo 19 del libro de Levítico que nos da las reglas para la humanidad de la vida diaria, de como tratar a los demás y de como comportarnos en la vida. Demos gracias al Señor porque nos enseña y nos consiente, porque nos ama y nos ayuda a cumplir con nuestra Misión en la vida. Alabado sea Dios.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario en familia y la asistencia a la Misa Dominical, que Dios te bendiga.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

XIII-084 De como vivir el Mandamiento del Amor



DE COMO VIVIR EL MANDAMIENTO DEL AMOR.

Hoy celebra la Iglesia el Día de la Madre Teresa de Calcuta, declarada Beata por el Papa Juan Pablo II, hace apenas nueve años, leyendo su biografía y las innumerables anécdotas que se cuentan de ella uno llega a la conclusión de que su vida fue un claro ejemplo de como vivir el mandamiento del amor.

La Madre Teresa nació en 1910 en Macedonia, lo que hoy en día es Albania, a los 18 años se siente llamada a la vida consagrada e ingresa a la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto en la ciudad de Rathffarnham, cerca de Dublin, Inglaterra, allí realiza su formación religiosa y es enviada como docente a la Escuela Santa María en la India. Viendo la extrema pobreza de aquellas gentes y como estaban de abandonados los enfermos y los moribundos, siente el llamado de Dios a dedicar su vida al cuidado de pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, “los más pobres entre los pobres”, con el permiso de la Santa Sede funda su propia Congregación a la que bautizó con el nombre Misioneras de la Caridad, en Calcuta en 1950, desde allí, durante 45 años se dedicó a hacer realidad el evangelio de Nuestro Señor, a vivir el mandamiento del amor.

Su Congregación se extiende por toda la India y comienza a extenderse por el mundo cuando en 1965 funda una casa en Venezuela, en la Arquidiócesis de Barquisimeto, Estado Lara, fue la primera fuera de la India, hoy en día están en todo el mundo. Su labor social es reconocida por los gobiernos de todas las naciones y recibe el Premio Nobel de la Paz en 1979.
La Divina Providencia estuvo siempre al lado de la Madre Teresa y la ayudó con donaciones que le llegaban por muchas vías, sin embargo, hay una anécdota de ella que demuestra la importancia que daba a la salvación de las almas, se cuenta que una vez en la casa que tenían en Melbourne, se llegó hasta ella un banquero con deseos de colaborar en su obra humanitaria y abrió su chequera y le dijo “Madre ponga usted la cantidad en dólares que quiera”, cuenta ella que movida por un impulso interior le dijo: “No quiero sus dólares, lo quiero a usted. ¿Por qué no se viene usted mismo a atender a los pobres?” Al principio se sintió un poco contrariado, pero aceptó el reto y desde entonces se viene todos los jueves a atender a los enfermos, a lavarlos, a cortarles las uñas y a jugar con ellos. Eso es vivir el mandamiento del amor.

Para la Madre Teresa fue siempre muy importante la unidad de la familia, lo cual expresa en el siguiente pensamiento: “La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias.”

Que la paz de Cristo llene tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.

lunes, 3 de septiembre de 2012

XIII-083 La Verdadera Diferencia.




LA VERDADERA DIFERENCIA.

En nuestra Meditación anterior (No. XIII-082) hablábamos de la búsqueda de caminos de entendimiento entre las Iglesias cristianas para tratar de alcanzar la tan ansiada unidad dentro de una Iglesia Universal, decíamos entonces que la Iglesia Católica tiene más de dos mil años de fundada por Cristo, en tanto que las otras Iglesias cristianas comenzaron su separación y fundación en los últimos cinco siglos de la historia mundial y ello fue debido a la interpretación personal que algunos de sus fundadores, tales como Lutero y Calvino dieron a las Sagradas Escrituras, desligándose de la interpretación tradicional católica de las mismas.
Hay quienes creen que la diferencia entre los protestantes y la Iglesia Católica está en el trato que dan a la Santísima Virgen y a los Santos, o en el desconocimiento de los sacramentos, excepto el bautismo, la negación de la resurrección de Jesús y tantos otros detalles que pudiéramos estudiar mas adelante, pero en realidad no es así, todas estas cosas son consecuencia de la Verdadera Diferencia que viene a ser una visión de Dios y del hombre distinta a la que tenemos los católicos.

En efecto, nosotros creemos que existe un solo Dios en tres personas distintas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que es el Misterio de la Santísima Trinidad, vemos en Cristo a la segunda persona de la Trinidad que vino al mundo para redimirnos, para convertirnos en otros cristos semejantes a El. En tanto que Lutero y Calvino ven en Cristo a un enviado de Dios que vino al mundo para cubrir y proteger al hombre de manera que la ira del Padre no caiga sobre ellos, porque consideran al hombre una basura que no merece nada y que solo puede sobrevivir mediante esa protección que no lo cambia, que no lo convierte, sigue siendo basura pero protegido bajo el manto protector de Cristo. Estas dos visiones distorsionadas son las que traen como consecuencia todas las demás diferencias.

En el caso de Calvino el postulado más importante es el principio de la predestinación, de manera que ya Dios tiene predestinados a los que han de salvarse, a esos les da el don de la fe y con eso basta para alcanzar la vida eterna, la caridad solo la ejercen como una manifestación de que ya ellos están salvados, pero que no es condición necesaria para la salvación, solo la fe basta. Esto está claramente desmentido en las propias palabras de Cristo cuando profetiza sobre el juicio final en el evangelio de San Mateo, al hombre no se le preguntará en ese juicio si tenía fe o no, se le preguntará por las obras de caridad que hizo, como lo dice el apóstol Santiago: “la fe sin obras no da frutos”(St 2, 14-18). Glorifiquemos a Cristo con nuestra vida.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y tu familia y permanezca por siempre