lunes, 14 de junio de 2010

XI-053 Autoridad y Soberbia.


AUTORIDAD Y SOBERBIA.

Estos dos conceptos están siempre, lamentablemente, asociados, aún cuando la autoridad de un ser humano sea legítima, sea cual fuere su nivel, existe el riesgo de la soberbia, los invito a meditar sobre esto.

La Autoridad es el poder que alguien ejerce sobre otras personas, quien la asume pueda que esté revestido de las mejores intenciones, pero su ejercicio conlleva una exaltación del “yo”, es el orgullo humano que se complace en los elogios, adulaciones y aplausos de los que lo rodean, ese orgullo comienza a ser desmedido y hace al individuo altivo y arrogante, comienza a creerse perfecto e impecable y surge la humana soberbia.

Por su parte la Soberbia, ese orgullo desmedido, va asociada a la ira, la cólera, la rabia, a tratar de imponer la voluntad propia por encima de los consejos y las asesorías, a utilizar la mentira y otros recursos impropios para lograr propósitos personales. La Soberbia lleva al ser humano a pretender ser Dios, a pensar que todo lo puede por si mismo, a ver a los demás no como sus hermanos, sino como peldaños por encima de los que puede pasar impunemente y conduce al autoritarismo, a la intolerancia y a los excesos en el poder.

Nadie está exento de pecado y el camino de la Soberbia conduce directamente hacia él. Actuar como juez, de si mismo y de los demás, pretender que nunca nos hemos de equivocar y tratar de minimizar nuestras faltas dándoles la apariencia de buenas intenciones.

Hasta el Rey más perfecto, como nos enseña la Biblia, el Rey David, fue preso de la Soberbia que lo condujo a cometer aquel horrible pecado que manchó sus manos de sangre para complacer su capricho. Dios nos pone ese ejemplo para que comprendamos que todos estamos sujetos a la miseria humana del pecado, pero al mismo tiempo nos da la oportunidad de rectificar, de enmendar nuestras faltas por su misericordia y su perdón.

La Autoridad viene de Dios, somos pinceles en las manos del artista supremo que es el Señor, no pretendamos hacer la pintura por nuestra propia cuenta, seamos humildes de corazón y reconozcamos que nuestro brillo no es propio sino de aquel que dirige nuestros pasos y quiere el bien para todas sus criaturas.
Alabado sea Dios.

Oraciones Comunitarias: 1) Por nuestro Santo Padre, Benedicto XVI, para que el Señor le de la fortaleza y la inteligencia necesaria para afrontar los ataques a la Iglesia. 2) Por que se agilice la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios, María Esperanza. (Los que deseen la Oración y la estampita pueden solicitarla y con gusto se la enviaremos.)

Señor te pedimos por todas estas intenciones, escucha nuestras súplicas y atiéndelas según tu Santa Voluntad. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria )

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

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