miércoles, 16 de junio de 2010

XI-054 La Mies es mucha y los Segadores pocos.


LA MIES ES MUCHA Y LOS SEGADORES POCOS.

Ayer precisamente me comentaba un amigo acerca de la escasez de sacerdotes en los países de América Latina, algo que no es nuevo en nuestros países y ni siquiera en el mundo, ya lo había dicho Jesucristo cuando envió a sus apóstoles a predicar en los primeros tiempos del cristianismo: “La Mies es mucha y los segadores pocos. Rueguen, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su cosecha.” (Lc 10, 2).

Meditemos en primer término acerca de la importancia de los sacerdotes, ellos no solo son teólogos y predicadores de las verdades anunciadas por nuestro Salvador, sino que ejercen dos funciones muy importantes para todos los fieles e indispensables para lograr la salvación, por una parte son los únicos que pueden consagrar, es decir pronunciar las palabras de Jesús en la última cena por medio de las cuales se produce la transubstanciación, esto es la conversión del pan y del vino en el cuerpo y la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, para que él y todos nosotros podamos comulgar y por otra parte son los únicos que pueden trasmitirnos el perdón de los pecados mediante la Confesión Sacramental. En otras palabras, el sacerdocio no es una profesión como cualquier otra, ya que ellos podrían si se lo propusieran ser abogados, médicos, economistas u odontólogos y hacer todo lo que estos hacen en su trabajo profesional, pero en cambio ninguno de ellos puede consagrar una hostia o perdonar los pecados en el confesionario.

Piensa por un momento si estuvieras en trance de muerte y no existieran sacerdotes, ¿Quién te podría perdonar los pecados antes de morir? ¿Cómo podrías recibir la Eucaristía? Ni siquiera los ángeles del cielo pueden hacer esto, ya que esto fue una institución de Cristo para que los hombres pudieran acceder a su salvación.

En nuestros países son muchas las zonas a los cuales aún no ha llegado la palabra de Dios por la falta de sacerdotes y misioneros, situación que es aprovechada por sectas y otras religiones para predicar sus desviaciones y falsas doctrinas. La Mies sigue siendo mucha y los segadores pocos, el mismo Jesús nos señala el remedio, rogar al dueño de la mies, es decir a Dios Padre, que envíe vocaciones para que se ocupen de sembrar y cosechar.

También es muy importante el aporte que nosotros los laicos podamos hacer para ayudar en el apostolado y evangelización, no solo con la oración sino también con la acción.

Oraciones Comunitarias: 1) Por nuestro Santo Padre, Benedicto XVI, para que el Señor le de la fortaleza y la inteligencia necesaria para afrontar los ataques a la Iglesia. 2) Por que se agilice la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios, María Esperanza. (Los que deseen la Oración y la estampita pueden solicitarla y con gusto se la enviaremos.)

Señor te pedimos por todas estas intenciones, escucha nuestras súplicas y atiéndelas según tu Santa Voluntad. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria )

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

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