jueves, 16 de enero de 2014

XV-001 Dios se manifiesta al Mundo.



DIOS SE MANIFIESTA AL MUNDO.

Después de este breve periodo vacacional, estamos de nuevo con ustedes para que juntos meditemos acerca de las grandes verdades que nos revelan las Sagradas Escrituras, iniciando así el decimoquinto año de esta actividad que con el favor de Dios esperamos completar exitosamente en beneficio de todos.

Hablemos de las cosas de Dios, de cómo el Señor se manifestó al mundo y se sigue manifestando hoy en día. Dios creo al hombre y se comunicaba con él primero directamente hablándole, como hacemos nosotros con nuestros semejantes y a medida que fueron multiplicándose los seres humanos, lo hizo por medio de personas escogidas que fueron los profetas para que su mensaje llegara a las grandes comunidades. Sin embargo, el hombre siempre tuvo la tendencia a buscar sus propios caminos, a creerse autosuficiente y capaz de valerse a sí mismo y de hacer sus propia voluntad, desoyendo la palabra que Dios le enviaba por medio de sus profetas, es por eso que Dios decide enviar a su propio Hijo para que se haga uno de nosotros y nos revele toda la verdad sobre Dios, señalándonos un camino para vivir la vida de acuerdo a lo que Dios quiere de nosotros.
La venida de Jesús es precedida por el anuncio que hace un gran profeta, Juan el Bautista, el predecesor, es el hijo de Isabel, la prima de María, nacido apenas seis meses antes que Jesús y que vive una vida austera en el desierto, predicando un bautismo de conversión en el Rio Jordán y a quien muchos siguen convencidos de la autenticidad de sus palabras.

Desde su nacimiento Jesús inicia su manifestación al mundo, al principio simbólicamente con la venida de los Reyes Magos de Oriente que es lo que llamamos la Epifanía del Señor, es decir su manifestación a todas las naciones del mundo, luego a medida que crece en edad y estatura lo vemos en el encuentro con Juan en el Jordán para realizar ese gran misterio de su bautismo, en el que se manifiesta la Santísima Trinidad en pleno, con la aparición del Espíritu Santo en forma de Paloma sobre la cabeza del Hijo de Dios y a la vez la voz del Padre que se deja escuchar diciendo: “Este es mi Hijo, el Amado, Este es mi Elegido” (Mat 3, 17).

Luego Jesús inicia su predicación y a El se van uniendo discípulos y seguidores, muchos de ellos venidos de los propios seguidores de Juan, por lo que Juan exclama: “Es necesario que El crezca y que yo disminuya” (Jn 3, 30) Juan reconoce así que su papel en la historia se ha cumplido y que lo que está sucediendo es que se cumple el plan de Dios.

Pidamos nosotros al Señor que nos de la fortaleza necesaria para anunciarlo como lo hizo Juan, para que su manifestación sea completa a toda la humanidad, que todos lleguen al conocimiento de la verdad.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

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