miércoles, 18 de diciembre de 2013

XIV-097 !Feliz Navidad !



¡FELIZ NAVIDAD!

Estimados lectores y amigos, con la presente meditación vamos a cerrar nuestro ciclo correspondiente al presente año, deseándoles a todos que tengan una ¡Feliz Navidad! Y que la lectura de estas meditaciones haya sido de provecho espiritual para todos ustedes. En este año no pudimos superar el total de cien meditaciones que ha sido siempre una meta informal, solo pudimos llegar a 97, aunque no hubo interrupciones importantes pero debido quizás a que también he dedicado tiempo a diversificar las comunicaciones enviando mensajes por otras vías como son los mensajes telefónicos de Blackberry, Whatsapp y Twitter que en forma de pequeñas dosis de espiritualidad van llegando a diferentes grupos de amigos, todos ustedes están cordialmente invitados a participar si así lo desean, al final encontraran las referencias necesarias.

Asimismo, durante esta época navideña hemos enfocado nuestros escritos en la expectativa de la llegada de Jesús, haciendo énfasis en el propósito fundamental de la Navidad, desde el punto de vista Católico, como es el recordar la venida al mundo de nuestro Salvador Jesucristo y del personaje central de esa expectativa que fue María la Madre del Señor.

Hoy precisamente se celebra el día de Nuestra Señora de la Esperanza que es la advocación de María Santísima que hace referencia a ese estado expectante de la Virgen María ante la pronta llegada del Niño Jesús, cuando ya su físico adquirió esa redondez preciosa de las madres que adquieren en el noveno mes de su embarazo, es la “María de la O” como también se le llama en algunas partes de España, haciendo alusión a su figura y apariencia. Es la Virgen de Guadalupe con su cinta negra alrededor de su cintura que simboliza su estado de espera y que nos invita a todos nosotros a esperar también a que se cumplan las promesas del Señor, a estar alertas y expectantes, preparados y atentos.

Cuando meditemos en estos misterios no podemos quedarnos exclusivamente en el aspecto exterior de la Virgen, también debemos pensar tanto en su interior en sus pensamientos, como en lo externo a ella, todo aquello que la rodeó en aquellos momentos, por una parte el desprecio de los hombres, la falta de delicadeza y de humanidad para con aquellos peregrinos que buscaban albergue en las distintas posadas sin poder lograrlo y también en el mundo espiritual que rodeaba a José y María, acompañados de aquel cortejo de ángeles que iluminaban sus pasos y que los protegían siguiendo las instrucciones del Altísimo.

Y finalmente aquella noche bendita y el momento de Gloria en que nace el Dios Humanado, el Hijo del Hombre, el Salvador del Mundo, el Mesías prometido, el momento en que se cumplen todas las profecías y la luz se hace presente para disipar las tinieblas. Los ángeles del cielo nos traen la buena nueva y cantan armoniosos : “!Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor! (Lc 2, 14)

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Hasta el próximo año, si Dios quiere. Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y todos los tuyos y permanezca siempre.
Las referencias para recibir los mensajes vía telefónica son: 
Mi teléfono móvil es 58+0416-7119601, mi PIN 212C1EF7

viernes, 13 de diciembre de 2013

XIV-096 El Camino del Adviento



EL CAMINO DEL ADVIENTO.

Antes de entrar en materia quiero agradecer a todas las personas que me enviaron ayer su felicitación por mi cumpleaños No.80 que la Virgen de Guadalupe los colme de gracias y bendiciones, por cierto la misa que ofrecimos en la Iglesia de La Tahona con este motivo estuvo muy alegre y concurrida, contando con la participación de un mariachi mexicano que ofreció un bello concierto a la Virgen en su día.

El Camino del Adviento lo constituyen estos días de la espera del Señor, este recordar de los hechos históricos y las anécdotas que han permanecido vivas en la memoria de los hombres por más de veinte siglos y que parecen renovarse cada año cuando se acerca la navidad. Es una gran oportunidad que nos brinda el Señor de realizar una renovación en nuestras vidas, cada año nos recuerda su venida y todo lo acontecido en aquel momento para que transformemos la tristeza de nuestros corazones en alegría permanente.

Hemos venido meditando muchos detalles acerca de la venida del Niño Jesús con el propósito de avivar en nuestro espíritu ese mensaje de esperanza que El vino a traernos y esa llamada que constantemente nos hace para seguirle y para asumir nuestro propio papel en la historia de la salvación de la humanidad. Seamos también nosotros protagonistas de esta bella historia que comenzó en Belén con el anuncio de los ángeles a los pastorcitos del campo, participemos de ese grupo de hombres que aman y que son amados por el Señor y glorifiquemos a Dios con nuestras vidas, para disfrutar de la paz que vino a traernos el enviado del cielo.

Jesús vino a traernos la luz que despeja las tinieblas, a veces no nos damos cuenta que la oscuridad nos va envolviendo poco a poco, como la noche cuando va cayendo la tarde, el sol va desapareciendo en el horizonte y los cielos cambian su azul en gris y las sombras nos van envolviendo casi sin darnos cuenta y llega un momento en que decimos ¡Que de pronto se hizo de noche! No nos dio tiempo de darnos cuenta cuando advertimos que todo se oscureció; así son las sombras del pecado, van penetrando lentamente, anulando todos los reflejos de luz que nos alumbran hasta hacernos presa de sus tentáculos y cuando nos percatamos ya todo es oscuridad a nuestro alrededor, pero Dios es misericordioso y nos envía su luz, nos ama tanto que es capaz de bajar a la tierra y encender la lámpara maravillosa de la Navidad para alumbrar nuestros corazones.

Dice un viejo refrán “No hay peor ciego que el que no quiere ver”, no nos dejemos envolver voluntariamente por la noche del pecado, caminemos hacia la luz, vamos por el Camino del Adviento hacia la luz que nos trae el Niño Jesús desde su humilde pesebre, alabado sea el Señor que nos envía a su Hijo para salvarnos del pecado y de la muerte.

Glorifiquemos al Señor con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la misa dominical.

martes, 10 de diciembre de 2013

XIV-095 El viaje a la Casa del Pan



EL VIAJE A LA CASA DEL PAN.

En hebreo Belén significa “Casa del Pan”, la cual en aquel tiempo era una pequeña población, hoy en día es una gran ciudad a pesar de las inclemencias de la guerra. Ya Dios había previsto siglos antes, que fuera la cuna del Salvador, cuando el profeta Miqueas dijo “Pero tú, Belén Efrata, aunque eres la más pequeña entre todos los pueblo de Judá, tú me darás a aquel que debe gobernar a Israel; su origen se pierde en el pasado, en épocas antiguas.” (Mi 5, 1) Las raíces de la casa de David están en Belén, por eso Miqueas habla de un origen en épocas antiguas y por tanto, siendo José descendiente de la Casa de David, debía empadronarse en el Censo concurriendo a esa ciudad, como hemos dicho en Meditaciones anteriores, pudiera haber ido él solo, como cabeza de familia, pero prefirió llevar consigo a María para no dejarla sola cuando ya estaba cerca el tiempo de su alumbramiento.

Así fue como el glorioso José y la purísima María emprendieron aquel viaje de Nazaret a Belén, a la Casa del Pan, el pan que habría de bajar del cielo para alimento de nuestras almas, el pan que Dios quiere que comamos para tener la vida eterna. A los ojos de todos eran dos pobres y humildes peregrinos que viajaban solos, pero en realidad iban acompañados por un cortejo de ángeles que había enviado el Altísimo para su protección, visibles solo a los ojos de la Virgen Santísima, refulgentes como soles que iluminaban el día y la noche de aquella jornada maravillosa.

Los ángeles entonaban cánticos de gloria y alabanzas al Rey y a su divina Madre, mientras subían y bajaban del cielo, llevando y trayendo mensajes del Padre Eterno a su Hijo humanado y la virgen cantaba con ellos y con San José y a la vez sostenía con ellos dulcísimos coloquios interiores.
Sin embargo, el mundo seguía viéndolos como pobres y desarrapados, haciéndoles objeto muchas veces de desprecios, prefiriendo en muchas posadas a peregrinos que aparentaban tener más posibilidades económicas por lo que tenían que reposar en los lugares más humildes y menos decentes que hallaban en el camino.

A los ojos de María, las almas de los que se cruzaban en el camino estaban expuestas y ella sabía quiénes estaban en gracia o en pecado y quienes estaban predestinadas y quienes no, y a todos les enviaba sus auxilios para que se levantasen del pecado a la gracia, llorando y clamando al Señor por aquellos seres que los despreciaban, así de esta manera pagaba la Virgen sus desprecios, con favores y con penas que la fatigaban aún más que las inclemencias del camino.

Acompañemos en estos días previos a la Navidad, a San José y a la Virgen María en este viaje a la Casa del Pan y cantemos junto a los ángeles un himno de glorias y alabanzas al Señor, mientras esperamos su venida.

Glorifiquemos al Señor con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y te acompañe siempre.

viernes, 6 de diciembre de 2013

XIV-094 El secreto interior y la obediencia y rendimiento de María




EL SECRETO INTERIOR Y LA OBEDIENCIA Y RENDIMIENTO DE MARÍA.

Seguimos nuestro camino en la espera de la llegada del Señor, hoy vamos a meditar un poco sobre estas virtudes de María Santísima, el secreto interior y la obediencia y rendimiento, ambas cosas difíciles de lograr en nuestra vida ordinaria, pero que pueden alcanzarse con la ayuda de Dios y con la intercesión de la propia Virgen María.

Nuestra tendencia es a comunicar todo lo que sabemos o de lo que nos hemos enterado recientemente, a veces sin siquiera averiguar la veracidad de los hechos, lo que en palabras llanas se convierte en un chisme y en otras haciendo juicios propios que pueden conducir al grave pecado de la calumnia, es como un deseo de demostrar a los demás que estamos enterados de cosas que ellos ignoran y vanagloriarnos por ello. De otro lado está la obediencia y rendimiento que significan rendirse ante la voluntad de alguien superior y ejecutar sus órdenes sin oponer nuestro propio criterio, esta virtud que es parte de la humildad, se opone a la soberbia de querer hacer por nuestra cuenta lo que nos parezca.

Como nos narra San Lucas: “Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio… Todos pues, empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad natal” (Lc 2, 1-3) José, esposo de María, siendo como era descendiente de la casa de David, debía en consecuencia trasladarse desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de Belén en Judea, una larga jornada de cinco días, pudiera haberlo hecho él solo, como cabeza de familia, pero dado que María su esposa ya estaba en los días para dar a luz, optó por llevarla a ella consigo para no estar lejos de ella cuando se presentara el momento del parto.

Por su parte María estaba enterada de las profecías acerca de su Hijo y sabía muy bien que éste debía nacer en Belén como peregrino y pobre, pero no quiso declararlo a José porque sin orden del Señor no declaraba su secreto y lo que no se le mandaba a decir lo callaba, esto es lo que llamamos la virtud del secreto interior. Por su parte José, queriendo consultar si hacía bien con la opción que había pensado de llevarla a Belén, le habló a la Virgen y le dijo “Reina del cielo y tierra y Señora mía, si no tenéis orden del Altísimo para otra cosa, paréceme forzoso que yo vaya a cumplir con este edicto del Emperador…pero no me atreveré a dejaros sola, ni yo tampoco viviré sin vuestra presencia…os suplico que presentéis delante del Altísimo mis deseos de no apartarme de vuestra compañía.”

A pesar de conocer la voluntad divina, María obedeció a la petición de su esposo y procedió a hacer la consulta y el Señor le respondió “Obedece a mi siervo José en lo que te ha propuesto, acompáñale en la jornada y yo te asistiré con mi paternal amor y protección” Y el Señor envió diez mil ángeles para que protegieran a la Sagrada Familia de Nazaret en su viaje a Belén.

Sigamos el ejemplo de María y practiquemos estas virtudes, rindámonos ante la voluntad del Señor nuestro Dios y gustaremos dichosos de la abundancia de sus bienes. (Fuente: María de Jesús de Agreda, “Mística Ciudad de Dios, vida de la Virgen María)
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del Rosario en familia y la asistencia a la Misa Dominical, que Dios te bendiga.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

XIV-093 La Navidad de un Católico




LA NAVIDAD DE UN CATÓLICO.

Existen varias maneras de vivir la Navidad ya que de una u otra manera todos la vivimos, por ejemplo los comerciantes la ven como un negocio, un buen período de ventas, los aficionados a los conjuntos de aguinaldos como una oportunidad para cantar y divertirse, las amas de casa como un período de arduo trabajo preparando hallacas y platos navideños, los niños como la época de recibir regalos, los vacacionistas como la oportunidad para viajar y conocer lugares y costumbres, la familia montando el nacimiento y el arbolito y así sucesivamente, el que más y el que menos ve cambiar su vida en esta temporada navideña, pero nosotros, en nuestra condición de católicos, ¿sabemos cómo vivir la navidad?

Cada quien estará ubicado en alguno de los grupos que mencionamos anteriormente y simultáneamente ser católico, no estamos diciendo que el hecho de ser católico le obligue a dejar aquella actividad y dedicarse exclusivamente a sus deberes religiosos, eso sería en los casos de sacerdotes o religiosas, pero el resto de las personas debe vivir su vida normal de acuerdo con su profesión y sus aficiones, pero teniendo presente que es un católico y que cualquiera que lo observe del resto de las personas va a saber distinguir por su comportamiento que esa persona es católica. ¿Cómo se puede lograr esto?.

En primer lugar teniendo claro el concepto de lo que significa la Navidad, que es revivir el momento más grande que ha tenido la especie humana, el momento en que su Creador vino a la tierra y se hizo uno de nosotros, igual en todo a los hombres menos en el pecado. Si esto lo tienes bien claro, todo lo demás va a recibir de ti el reflejo de esta verdad. Porque de hecho vamos a rechazar todo aquello que sea ajeno a lo que estamos celebrando, las borracheras, el gasto desbocado e irreflexivo, los adornos y decorados que no hacen alusión al nacimiento de Jesús, las músicas con letras que nada tienen que ver todo lo bello que quiso Dios alegrara la venida de su Hijo al mundo, todas estas son cosas que desvían la atención de la gente y lo inducen a pensar en fiesta y solamente en fiesta. Es bueno festejar, pero no festejar por el solo hecho de festejar, sino festejar sanamente a conciencia de la razón del festejo y de nuestra alegría, vamos a adornar nuestra casa con el nacimiento y con figuras que nos recuerden aquel gran momento, vamos a cantar aguinaldos, vamos a la patinata, vamos a la misa.

En este tiempo previo a la nochebuena de navidad, Dios nos llama a la esperanza en la llegada de su Hijo, de ese Mesías que viene para salvar al mundo de sus pecados y esa espera tiene que significar un cambio en nuestras vidas, cambiar para recibir al Señor. Ser mejores cada día, abrir nuestro corazón para que brote la caridad con aquellos menos favorecidos, avivar en nosotros el deseo de conversión, de oración y de formación, que en conjunto será el mejor presente que podamos ofrecer al pie de la cuna del Niño Jesús. Vivamos la Navidad como verdaderos católicos.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

viernes, 29 de noviembre de 2013

XIV-092 Vivamos la Emoción de Esperar a Jesús



VIVAMOS LA EMOCIÓN DE ESPERAR A JESÚS.

Alguna vez te has preguntado qué es lo que hace de la época navideña un tiempo de amor, de alegría y de paz? Es la emoción de esperar la llegada del Niño Jesús, porque el recuerdo de su nacimiento es el recuerdo del momento más dichoso que ha tenido la historia de la humanidad, la llegada de Dios a la tierra, si meditamos en ello seremos invadidos por ese sentimiento que tiende a unir a los hombres en todas partes del mundo, la emoción de esperar a Jesús.

Toda madre espera con ansiedad la llegada de su hijo, de ese hijo que nació en su vientre hace nueve meses que lo ha sentido palpitar al unísono con su propio corazón, que ha dado vueltas y pateado suavemente su interior con deseos de salir y ver la luz, para ello se prepara comprando todas las cositas necesarias para atenderlo y cuidarlo tiernamente cuando esto suceda y se pregunta: Cómo será su carita? A quien se parecerá más? Seguramente la Virgen María, como lo narra María de Jesús de Agreda en el libro “Ciudad Mística de Dios, historia de la Virgen María”, vivió también aquellos momentos de preparación cortando y cosiendo las telas que le comprara su santo esposo José, para hacer con sus propias manos los fajos y las mantillas con las que envolvería el tierno cuerpecito del Niño Jesús y la emoción le haría derramar lágrimas de devoción con las cuales perfumaría esa canastilla.
Vamos a adentrarnos en los sentimientos de María en esta dulce espera y nuestro corazón sentirá esta emoción, se trata del Dios encarnado el que está por llegar, el Mesías esperado por siglos en el pueblo de Israel, el Hijo de David, el Rey de Reyes, las promesas de Dios a su pueblo al fin se hacen realidad, llega la luz que despejará las tinieblas y es ella la que le dará de su propia carne y de su sangre ese cuerpecito que como flor de primavera se desplegará con amor.

Cantemos al Señor de los señores, alfombremos su camino, aclamemos su nombre, alegrémonos en su presencia, él viene a traernos la paz y la salvación, es el Dios que viene a liberarnos que viene a revelarnos la verdad para que encontremos el camino de la felicidad.

La mejor manera de vivir esta emoción es acercándonos a la Eucaristía, es la misma emoción que sentimos el día de nuestra primera comunión, aquel día maravilloso que recibimos a Jesús dentro de nosotros por primera vez y que renovamos cada vez que nos aceramos a recibirlo de manos del sacerdote, es el mismo Jesús que quiere estar muy dentro de nosotros y se ha quedado en la hostia sagrada para ser nuestro alimento y para darnos vida, vida en abundancia. Vivamos con alegría la Navidad, vivamos la emoción de esperar a Jesús.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
 
Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la Misa Dominical. Que el Dios Todopoderoso derrame su bendición sobre ti y toda tu familia.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

XIV-090 Seamos Coherentes



SEAMOS COHERENTES.

La Coherencia tiene múltiples significados, según sea la ciencia o materia en la cual se utilice el término, nosotros vamos a referirnos a la coherencia entre el hablar y el obrar, entre lo que decimos y lo que hacemos. Ser coherente en este caso significa por tanto que nuestro actuar en la vida esté de acuerdo con lo que predicamos con nuestras palabras, con nuestros consejos a los demás.

En estos días venía caminando por una acera y tuve que echarme a la calle para continuar mi paso porque un camión estaba estacionado encima de la acera de los peatones impidiendo el paso y me llamó mucho la atención que en el parachoque del vehículo había un gran letrero que decía: “Se consciente, respeta las normas del Tránsito”, tamaña incoherencia demuestra que el conductor del vehículo no tenía la menor idea de lo que estaba aconsejando a los demás.

Somos apóstoles del evangelio de Cristo y debemos predicar no solo con la palabra sino con el ejemplo, de nuestro comportamiento depende que la gente crea en lo que decimos, la incoherencia tiene como consecuencia la incredulidad, si no nos comportamos como decimos, nadie va a creer en nosotros y lo que es peor vamos a disgustar a Dios. Que ganaría yo con decirles a mis vecinos que vayan a misa si ellos nunca me ven a mí en misa?, que ganaría con hablarles de caridad con los pobres si ven que les tiro la puerta a los que van pidiendo a mi casa? Que ganaría con hablarles de buen comportamiento social si me ven borracho o llegando a casa de madrugada? Que gano con decirle a un amigo que no fume porque es dañino para su salud si el me ve a mi fumando un cigarrillo?
El mayor ejemplo que tenemos de Coherencia entre el hablar y el obrar lo tenemos en el propio Jesús de Nazaret, cuyas obras dieron testimonio de su palabra y es por eso que la gente reconocía que hablaba con autoridad porque no se limitaba a predicar la palabra de Dios sino a ponerla en práctica, compadeciéndose de los pobres, sanando sus enfermedades, pendiente de sus necesidades, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.

Así pues que debemos ser coherentes, eso nos hará gratos a los ojos de Dios y nos hará felices, piensen en lo triste que sería ver que otros se han salvado por nuestros consejos y en cambio nosotros nos perdemos por nuestra incoherencia. La Coherencia implica una fe firme en lo que decimos lo que a su vez nos impulsa a actuar conforme a nuestra prédica, seamos coherentes y nuestra conciencia no tendrá nada que reprocharnos.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
 
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y sobre toda tu familia y permanezca siempre.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

XIV-089 Entre la Magia y los Milagros.



ENTRE LA MAGIA Y LOS MILAGROS.

Debemos saber diferenciar entre la Magia y los Milagros, comencemos por definirlos: La Magia es un acto fingido de producir, por medio de operaciones extraordinarias y ocultas, efectos contrarios a las leyes naturales, por ejemplo hacer que una moneda atraviese aparentemente un cuerpo sólido, o que un cuerpo humano se mantenga elevado sin que aparentemente nada lo sustente en contra de la ley de gravedad, en tanto que los Milagros son hechos sobrenaturales, debidos al poder divino, de acuerdo a esta definición sólo Dios es capaz de hacer milagros que pudieran también obtenerse por medio de la intercesión de la Virgen Santísima o de algún santo, es por eso que oímos a algunos decir que el santo Tal me hizo el milagro, pero en realidad quien hace el milagro es Dios, la labor del santo es de intercesión.

Con respecto a la Magia se debe tener mucho cuidado, porque no todas las magias tienen ese carácter infantil o de circo que todos conocemos, hay magias de varios tipos, existe la Magia Blanca que es el arte de producir ciertos efectos, maravillosos en apariencia, debidos en realidad a causas naturales, o a sencillos trucos, pero también existe la Magia Negra que es la que tiene por objeto la evocación de los demonios, respecto a esta última debemos apartarnos de ella con solo sospechar de su existencia.

Por su parte los Milagros son hechos reales que podemos perfectamente constatar, el más frecuente de ellos son las curaciones de los enfermos, cuando oramos por la sanación de un enfermo grave y éste se recupera milagrosamente, es algo real que podemos constatar e incluso los médicos tienen que reconocerlo, aunque muchas veces no lo hacen por confiar más en la Ciencia que en Dios. “Para Dios nada es imposible” (Lc 1, 37),  como le dijo el ángel a María durante la Anunciación y fue un portentoso milagro que Jesús se encarnara en el vientre de María siendo ella Virgen y continuó siendo Virgen en el parto y después del parto.

Los Milagros que hizo Jesucristo durante su vida terrenal son todos portentosos, cualquiera de ellos por si solo digno de creer en El: Convertir el agua en Vino, Multiplicar los Panes y los Peces, Hacer ver a ciegos de nacimiento, Hacer caminar a los tullidos y paralíticos, Hacer hablar a los Mudos y oír a los sordos, resucitar a los muertos, las pescas milagrosas de los apóstoles, calmar las aguas y los vientos y tantos otros, pero, para mí, sin duda el más portentoso de todos es el Milagro de la Eucaristía, hacer que el pan y el vino se conviertan en su Cuerpo y su Sangre para que lo recibamos en alimento, permitir que los sacerdotes a través de los tiempos puedan ser transmisores de ese milagro en conmemoración suya, esa es una expresión de amor hacia todos nosotros que no tiene medida y es real, es un Milagro de Dios, es un Milagro Portentoso, como dice San Josemaría Escrivá en su obra “Camino”:  “Considera lo más hermoso y grande de la tierra, lo que place al entendimiento y a las otras potencias,…junto con todas las locuras del corazón satisfechas.. nada vale y es nada ante este tesoro infinito, ..nada vale tanto como la locura de Amor de la Sagrada Eucaristía.”  Alabado sea Dios.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo inunde tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

lunes, 11 de noviembre de 2013

XIV-088 Gustad y ved que bueno es el Señor



GUSTAD Y VED QUE BUENO ES EL SEÑOR.

En la meditación de hoy vamos a procurar alabar y bendecir a Dios Nuestro Señor, que no se canse nuestro espíritu de hacerlo, porque El nos ha creado y por su palabra surgieron la tierra y las estrellas que contemplamos en la inmensidad del cosmos, así como todo lo que nos rodea. El está pendiente de todas y cada una de sus criaturas, nos mira desde lo alto de los cielos y nos observa escudriñando todas nuestras acciones, por eso tenemos que bendecirlo y no cansarnos nunca de alabarlo y darle glorias.

¿Habrá quien no se haya dado cuenta de esto? ¿Habrá quien no haya probado aún las delicias del Señor? A esos hay que decirles que el Señor es justo y misericordioso y al que confía en El lo envuelve su gracia. Como una fruta fresca y jugosa, dulce como la miel, así es la bondad del Señor, pruébala, saboréala y te darás cuenta, “Gustad y ved que bueno es el Señor, ¡dichoso  el que se acoge a El!” (Sal 33, 9).

Los ojos del Señor están pendientes, desde el cielo, de todos los que le temen y esperan en su amor, en especial de los más humildes, para protegerlos, apartarlos de la muerte y acercarlos a la vida, bendigamos al Señor, cantémosle un cántico de alabanzas a su nombre santo y glorioso, ensalcemos su nombre porque El escucha a su pueblo y lo libra de sus angustias.

El ha asignado a cada uno de nosotros un ángel custodio, para que nos cuide y nos salve de los peligros y si lo buscamos con temor nada nos faltará. No se trata de temor a su castigo, pues Dios no es un Dios castigador ni un verdugo, solo es justo y su justicia no tiene paralelo, se trata de temor a no ofenderle porque no podemos ofender a un Dios tan bueno. ¿Qué es lo que El quiere de nosotros? ¿Cuál debe ser el comportamiento que espera? Muy sencillo, que nos apartemos del mal y hagamos el bien, que no usemos de nuestros sentidos para dañar al prójimo que prodiguemos amor y no odio ni mentiras, que le sigamos y lo busquemos que confiemos en El y en su Hijo Jesucristo que El envió para salvarnos, que acudamos a pedir su auxilio en los momentos de dificultad, en nuestras angustias, tengamos fe en que El siempre está cerca de nosotros para ayudarnos a salir adelante y para salvarnos.

Gustemos pues la bondad de Dios, su palabra es recta y obra siempre con la verdad, “Que bondad tan grande, Señor es la que reservas para los que te temen” (Sal 30, 20) y si somos también nosotros rectos de corazón nos aliviará y nos alegrará, acojámonos a El y no quedaremos nunca defraudados, su fidelidad nos asiste en todo momento, dichosos los que han visto su bondad y han recibido su perdón, El es nuestro refugio y fortaleza. Alabado sea el Señor.
Glorifiquemos a Dios con nuestra vida.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

viernes, 8 de noviembre de 2013

XIV-087 Mi cuerpo y mi espíritu, ¿amigos o enemigos?


MI CUERPO Y MI ESPÍRITU, ¿AMIGOS O ENEMIGOS?

Estamos formados por un cuerpo y un espíritu, el primero es material, constituido por minerales de la tierra, palpable, visible, que nuestros padres han hecho a su imagen y semejanza, igual que como Dios hizo a Adán; por su parte el espíritu es inmaterial, etéreo, no se puede palpar ni se puede ver con los ojos humanos y nos ha sido infundido por Dios, el primero es mortal y volverá a ser polvo cuando muera, en tanto que el segundo es inmortal y tiene un destino eterno. Ambos permanecerán juntos durante nuestra vida terrenal, llevando una relación muy estrecha, y me pregunto: ¿cómo es esta relación? ¿Son amigos o enemigos?.

El cuerpo tiene sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, que son los que le permiten la comunicación y el contacto con los otros seres y el mundo que le rodean, cuando esta comunicación es agradable los sentidos comunican al cerebro una plácida sensación y el cuerpo se siente agradado, por el contrario si lo que percibimos resulta desagradable a nuestros sentidos, el cuerpo se sentirá mal y puede llegar a entristecerse y hasta enfermarse, de allí que el cuerpo tenga una tendencia natural a la búsqueda de sensaciones agradables que le hagan sentirse bien, cómodo, confortable, por este camino fácilmente puede llegar a excederse y buscar en demasía esas sensaciones agradables, llegando a lo que llamamos vicios como son la gula en el comer, la pereza en el quehacer, la lujuria y el placer, que conducen a sentimientos pecaminosos como la soberbia, la avaricia, la envidia y la ira que son pecados capitales.

Por su parte el espíritu que nos has sido dado por Dios procura llevarnos por la vía de las virtudes y opone a la gula la templanza, a la pereza la diligencia, a la lujuria la castidad y en consecuencia a la soberbia la humildad, a la avaricia la generosidad, a la envidia la caridad y a la ira la paciencia, las tendencias del espíritu son pues totalmente diferentes a las del cuerpo, por ello siempre estarán en oposición, en lucha constante, unas veces vencerá el cuerpo y otras el espíritu, tal como ocurre en el deporte de la lucha, a ratos domina uno de los contrincantes y a ratos domina el otro, lo que nosotros debemos procurar es que en nuestro caso particular domine siempre el espíritu como gran moderador de nuestros sentidos y para esto debemos procurar la ayuda de Jesús, modelo de perfección y de la Virgen Santísima, modelo de virtudes.

El catecismo nos dice que “las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe.” Apostemos al espíritu en esta batalla y pongamos toda nuestra fuerza y nuestro potencial para que armonicemos nuestro espíritu y nuestro cuerpo en todas las actitudes de nuestra vida, para nuestro bien y para que se cumpla la voluntad de Dios en nosotros.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Vaya nuestra palabra de condolencia para la familia del Dr. Luis Alfonso Gutiérrez, nuestro amigo, eminente médico venezolano quien falleciera en la noche de ayer, que Dios conceda la paz a su alma.
Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del Rosario en familia y la asistencia a la misa dominical.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

XIV-086 Jesús es nuestro modelo


JESÚS ES NUESTRO MODELO.

Habrá quien se pregunte: ¿Cómo puedo ser un hombre perfecto? ¿Qué modelo debo seguir? La respuesta la tenemos en el párrafo 520 del Catecismo de la Iglesia Católica: “Durante toda su vida, Jesús se muestra como nuestro modelo. El es el “ hombre perfecto” que nos invita a ser sus discípulos y a seguirle con su anonadamiento, nos ha dado un ejemplo a imitar; con su oración atrae la oración, con su pobreza, llama a aceptar libremente la privación y las persecuciones.”

Dios nos quiso enviar a su Hijo, no solo para que conociésemos su amor y su misericordia, sino también para darnos un modelo de santidad, porque Dios nos quiere santos, así como él es santo. “Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” (Mt, 11, 29) nos dice Jesús que aprendamos de él, que quiere ser nuestro maestro. Y más adelante nos dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre sino por mí.” (Jn 14, 6) Porque la perfección es para conducirnos al Padre, a nuestro Creador, para que él se sienta feliz de su creación, y el camino para llegar allí es Jesús, no existe otro camino que conduzca al Padre. Y no es solo porque lo haya dicho Jesús, también el Padre lo corrobora cuando en el monte de la Transfiguración nos ordena: “Este es mi Hijo, el Amado, Escuchadle” (Mc 9, 7). Debemos por tanto escuchar a Jesús y aprender de él, Jesús es nuestro modelo.

San Pablo por su parte nos dice que el género humano ha sido originado por dos hombres, Adán y Jesús. El primero era un ser animado y el segundo un espíritu que da vida. Cuando decimos “un ser animado” es porque alguien le dio el alma, la vida, y ese alguien fue Dios que lo hizo a su imagen y semejanza, y cuando decimos Dios estamos diciendo Jesús que es la segunda persona de la Santísima Trinidad, con ese razonamiento llega San Pablo a considerar a Jesús como un segundo Adán, pero que en realidad es el primero porque fue quien creó al que conocemos por ese nombre, por tanto Jesús es el primero y el último, él es el alfa y omega, en él está presente la unidad del género humano, creado por Dios, cuya naturaleza está compuesta de un cuerpo material y de un alma espiritual, así como todos nosotros que conformamos esa humanidad que tiene su morada en la tierra que vivimos por los bienes que Dios nos ha dado y que tenemos un destino común, por tanto somos hermanos, amados de nuestro creador y Padre común que es Dios.

Debemos por tanto adentrarnos en el conocimiento de los misterios de Jesús y pedirle frecuentemente que nos haga vivir lo que él vivió, que nos comunique esos misterios y esas gracias para que imitemos fielmente su modelo.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
 
Oración Comunitaria: Solicitan Patty Oropeza y Lourdes Seleme, por Maria Elena Montaño Méndez, una joven que sufrió un lamentable accidente en el que perdió una pierna, para que el Señor la consuele en su pena a ella y a sus padres que están sufriendo este dolor tan inmenso. (Recemos un Padre Nuestro, Ave María y Gloria) .
 
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre,

viernes, 1 de noviembre de 2013

XIV-085 Día de Todos los Santos.


DÍA DE TODOS LOS SANTOS.

Hoy celebra la Iglesia el Día de Todos los Santos, aquellos seres que por su fe y sus obras han aprobado el juicio de Dios y han podido entrar por la puerta angosta que conduce al Reino de los Cielos. ¿Seremos nosotros también capaces de lograrlo?

En primer lugar dediquemos unas líneas al uso del término “santo”, el cual como muchos otros en nuestra lengua, ha venido cambiando su interpretación con el correr del tiempo, sabemos que al comienzo del cristianismo tenía un sentido muy amplio que de hecho abarcaba a todos los seguidores de Cristo, de hecho San Pablo en sus cartas se dirige a los cristianos usando este término para nombrarlos a todos, por ejemplo en la 2ª. Carta a los Corintios comienza diciendo: “Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y el hermano Timoteo saludan a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a los santos que viven en toda Acaya. Reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, el Señor.” ( 2Co, 1, 1-2) De Igual modo lo vemos en la Carta a los Filipenses que comienza diciendo: “Carta de Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a los filipenses, a todos ustedes, con sus obispos y sus diáconos, que en Cristo Jesús son santos.” (Fil 1, 1).

Con el tiempo y a medida que la Iglesia Católica fue elevando a los altares a los cristianos que habían llevado una vida ejemplar y los nombró santos de la Iglesia, el término fue quedando restringido a estos personajes. Sin embargo, el ejercicio heroico de las virtudes sigue siendo condición esencial para lograr la aprobación de Dios a la hora del juicio de nuestras vidas, por eso es que todos debemos tender a la santidad, hacer un esfuerzo, cada quien en base a los talentos que le han sido dados, porque todos hemos sido llamados a la santidad por Cristo Jesús.

Seamos capaces de lograrlo, y para ello no es necesario que hagamos milagros ni que tengamos facultades extraordinarias como algunos de los santos que conocemos, basta con que hagamos las cosas bien, que cada quien en la misión que le ha sido confiada por Dios Nuestro Señor en esta vida sepa cumplir con sus deberes, sea justo, caritativo, no haga las cosas por no dejar sino con amor por Dios, ponga empeño en su trabajo y en su hogar para que los que están a su alrededor vean en él a un seguidor de Cristo.

Para lograr esto es necesario en primer lugar tener fe, esa semilla de fe que Dios ha plantado en nosotros debemos hacerla germinar y que crezca como una planta que un día será un arbusto del tamaño que permita a los pájaros anidar en él, abonarla con la oración, la meditación, la penitencia y la eucaristía, a su vez esa fe nos dará la esperanza en el Señor, saber que todas sus promesas se cumplirán y tener plena confianza en que él solo desea nuestro bien y nuestra felicidad, de esa manera seremos capaces de alcanzar la santidad.


Que la paz de Cristo inunde tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del santo Rosario en familia y la asistencia a la Misa Dominical.

miércoles, 30 de octubre de 2013

XIV-084 La Esperanza como virtud


LA ESPERANZA COMO VIRTUD.

Para muchos la Esperanza viene a ser como un último recurso, el refrán lo dice: “la esperanza es lo último que se pierde” y lamentablemente esto sucede mucho antes de lo que debiera, perdemos la creencia en la realización de nuestros deseos y caemos en el desaliento, nuestras fuerzas se desvanecen, perdemos el apoyo en ellas  y nos entregamos. Para un cristiano no debe ser así, tenemos una gran esperanza que es entrar en el Reino de los Cielos y obtener la vida eterna, porque eso fue lo que nos prometió Nuestro Señor Jesucristo y todo lo que nos conduce hacia esa meta es motivo de felicidad para nosotros y para ello no estamos contando con nuestras propias fuerzas, sino con los auxilios de la gracia del Espíritu Santo.

La Esperanza como virtud es producto de la fe, si creemos realmente en Dios y en las promesas de Cristo, tenemos esperanza, y mientras más fuerte es nuestra fe, mayor será nuestra esperanza. Debemos por tanto alimentar nuestra fe, con la oración, la penitencia y la práctica de los sacramentos para que robustecida contribuya a hacer más fuerte nuestra esperanza. No podemos dudar de quien nos hizo esas promesas, porque sabemos de la fidelidad de Dios, dice la carta a los Hebreos: “Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa” (Hb 10, 23).

La soledad y el desánimo son enemigos de la esperanza, de allí que el cristiano debe buscar la comunicación y la agrupación, debemos aprender a convivir y compartir, en la unión está la fuerza, por ejemplo, la oración es más fuerte y más escuchada por Dios cuando dos o más personas están reunidas en su nombre para hacer oración, por eso las recomendaciones que siempre les hago los fines de semana de rezar el Rosario en Familia y de asistir a la Misa Dominical que es la asamblea de todos los cristianos para orar y dar gracias al Señor.

En la Biblia tenemos varios modelos de Esperanza como virtud, el primero de ellos es el de Abraham quien confió plenamente en Dios hasta el punto de  preferir el sacrificio de su hijo antes que dudar del Señor y por eso Dios le premió haciéndolo padre de todas la naciones; el ejemplo de María de Nazaret, modelo de fe y esperanza: “!Dichosa tú porque has creído que se cumplirán las promesas del Señor!” (Lc 1, 45) le dice su prima Isabel cuando ella la fue a visitar después del anuncio del ángel.

La vida nos somete a pruebas, a veces muy difíciles, tanto que parecen insuperables, pero nuestra esperanza no permitirá que desfallezcamos, ella es nuestro escudo protector. “Con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación” (Rm 12, 12).
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
  
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

viernes, 25 de octubre de 2013

XIV-083 Los Secretos del Más Allá


LOS SECRETOS DEL MAS ALLÁ.

Algo que siempre ha intrigado al ser humano son los llamados Secretos del Más Allá, es decir lo que realmente ocurre después de la muerte y sobre el tema se han escrito muchos libros con opiniones diversas, lo que hace aún más difícil la explicación de lo que realmente sucede. Desde luego hay también quienes piensan que cuando la gente muere ya todo acabó y que el tal Más Allá no existe, yo diría que esta posición es como la de mayor pereza y contiene un desconocimiento total de Dios como Creador y como Juez Supremo de la Creación.

Los que creemos en Dios, creemos en su palabra, palabra que no muere, así como lo es nuestro espíritu, inmortal. Sabemos que estamos formados por un cuerpo y un espíritu, que nuestro cuerpo es mortal y que cuando eso sucede el espíritu abandona ese cuerpo y pasa a una nueva vida , la vida eterna. Cómo es esa vida eterna? Tenemos algún testimonio de ello?

En la palabra de Jesús encontramos abundantes explicaciones, primero nos presenta un Paraíso, el Reino de los Cielos, el lugar preparado por Dios para todos los que lo aman y aman a sus hermanos, “No se turben, crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias, de no ser así no les habría dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de ir y prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo, para que donde yo esté estén también ustedes.” (Jn 14, 2-3)

En el Más Allá no existe solamente el Reino de los Cielos, también existen otros lugares que son descritos en las Sagradas escrituras, por ejemplo en la parábola del rico y Lázaro, Jesús nos dice que cuando murió Lázaro fue llevado por los ángeles al cielo, junto a Abraham, pero que cuando murió el rico lo sepultaron y su alma fue llevada al infierno: “Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo. Entonces gritó: “Padre Abraham, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas”(Lc 16, 23*24)

Y en esa misma parábola se dice algo muy cierto respecto a lo que hablábamos al principio, se refiere a la gente que no cree en la vida después de la muerte, ya que el rico le pide a Abraham que mande a Lázaro, o a alguien, a avisarle a sus hermanos para que no vayan ellos también a parar en ese lugar de tormento y Abraham le replica: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán” (Lc 16, 31)

De manera que “los Secretos” no son tales, todo está revelado en la palabra de Jesús, somos libres para creer o no creer en ella, la relación de Dios con los hombres es un diálogo abierto, no hay tales secretos, la verdad está dicha en la revelación. Yo tampoco te quiero obligar a nada, escoge tú el camino.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Oración Comunitaria: Continuamos orando por la salud del Sr. Geo Bianchini, quien continua hospitalizado pero comienza a dar muestras de recuperación, oremos también por el hijo de nuestra apreciada amiga Amelia Peña, quien sufrió un accidente de moto en la que se fracturó el fémur. Pidamos a María Reconciliadora de Todos los Pueblos que interceda ante Dios Nuestro Señor por la salud de estas personas. Recemos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del Rosario y la asistencia a la Misa Dominical.