viernes, 29 de julio de 2011

XII-078 Acción y Contemplación


ACCION Y CONTEMPLACION.

Nos estamos aproximando a un nuevo Aniversario de la partida al cielo de la Sierva de Dios, María Esperanza de la Luz, nuestra querida Mamma, eso será dentro de diez días, el domingo siete de agosto, vamos a dedicarle a ella nuestras meditaciones de esta semana, sacando a relucir su ejemplo de vida y sus enseñanzas.

Hemos titulado nuestra meditación de hoy “Acción y Contemplación” para señalar de esta manera el difícil equilibrio entre esas dos actitudes que sin embargo, Maria Esperanza supo mantener en su vida. Recordemos aquel pasaje del evangelio en el que se hace resaltar esta situación y las palabras del maestro al respecto, nos dice el evangelista Lucas: “Siguiendo su camino, entraron en un pueblo, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra. Mientras tanto Marta estaba absorbida por los muchos quehaceres de la casa. En cierto momento Marta se acercó a Jesús y le dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude.” Pero el Señor le respondió: Marta, Marta, tú andas preocupada y te pierdes en mil cosas, una sola es necesaria. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada.” (Lc 10, 38-41)

Jesús hace destacar aquí la importancia de la Contemplación, representada en este caso por la actitud de María, frente a la Acción representada por Marta, cuando El dice “María ha elegido la mejor parte”, no está queriendo decir que la otra no es importante, ambas lo son pero la Contemplación viene a ser como un anticipo de la Vida Eterna en el reino de los Cielos, no puede haber una perfecta Acción si antes no hemos dedicado tiempo a la Contemplación, a la oración, a la comunicación con Dios que es lo que le da sentido a cualquier acción que podamos emprender, de manera que esta no sea para destacarnos nosotros, para que nos vean y nos aplaudan, sino que esa acción sea hecha por amor a Jesús, para servirle a El a quien hemos encontrado en el rostro del hermano, del necesitado.

María Esperanza fue una Madre de Familia ejemplar que supo constituir un hogar con su esposo y siete hijos, atendiendo no solo las tareas propias de la casa sino también la educación religiosa de su familia, dedicando a la vez largas horas a la Contemplación, la Oración y la Meditación, manteniendo un perfecto equilibrio entre la Acción y la Contemplación.

Ella supo destacar la importancia de la vida familiar en santidad, la necesidad de la unidad familiar, teniendo cada quien una conciencia exacta de sus deberes en la vida, llevando al mismo tiempo una labor apostólica como fundadora y conductora de la Fundación Betania y de la Coral Betania, preocupada por la evangelización no solo a nivel nacional sino internacionalmente con sus giras y conferencias por diferentes países llevando el mensaje de la Reconciliación, para constituirse en un ejemplo de vida que debemos tratar de imitar, buscando ese equilibrio entre la Acción y la Contemplación.

Que la paz de Cristo llene tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a ti a tu familia y tu hogar. Que tengas un feliz fin de semana, no olvides la misa dominical y el rezo del Rosario en Familia.

miércoles, 27 de julio de 2011

XII-077 El Poder de la Palabra de Dios.


EL PODER DE LA PALABRA DE DIOS.

Todas las palabras que pronunciamos tienen un efecto sobre las personas que las reciben, ese efecto puede ser positivo o negativo, según sea la intención con las que hayan sido pronunciadas. Por ejemplo, si alguien te dice un halago por algo bueno que hiciste, inmediatamente una sensación de satisfacción recorre tu cuerpo, te sientes feliz, por el contrario si alguien te dice una grosería o te ofende de palabra, sientes como si la sangre te hierve en las venas y el enojo se apodera de ti. El enemigo, por cierto se vale mucho de eso y pone en boca de las personas palabras que causan daño o malestar a las demás, por eso escuchamos con frecuencia en la calle, en los grupos de personas cuando vamos de paseo o de compras, en las colas para pagar o recibir algún servicio, a las personas quejándose, haciendo críticas, manifestando su desagrado por todo lo que pasa, si hace calor o si hace frio, si llueve o si no llueve, todas son expresiones de desagrado, que tienen como lo dije al principio un efecto negativo sobre los demás.

Nosotros los católicos no debemos permitir que las palabras negativas de los demás causen su efecto sobre nuestra mente y nuestro corazón y debemos contrarrestarlas con palabras positivas y de ellas la más positiva de todas es la Palabra de Dios, porque la Palabra de Dios es creadora, es protectora, es sanadora, la palabra de Dios tiene poder, vivifica e ilumina. Debemos nosotros en consecuencia usarla para hacer el bien a los demás, para alegrarle la vida a nuestros prójimos.

“En el principio era el Verbo (la palabra) y el Verbo estaba frente a Dios y el Verbo era Dios. El Verbo estaba en el principio frente a Dios. Todo se hizo por El y sin El no existe nada de lo que se ha hecho. En El había vida y la vida es la luz de los hombres. La luz brilla en medio de las tinieblas, pero las tinieblas no pueden hacer presa de la luz.” (Jn 1, 1-5) Esta cita del Evangelio de San Juan nos dice que la Palabra de Dios es la que ha creado todo lo que existe y que además es iluminadora y las tinieblas que son las fuerzas del mal no pueden nada contra ella.

Por tanto la Palabra de Dios tiene poder para defendernos, recordemos cómo se defendió Cristo ante las tentaciones del demonio en el desierto, usando las palabras que están escritas en la Biblia, “está escrito…etc..etc..”, usando la Palabra de Dios, esa es nuestra defensa, usémosla en todo momento, no solo para protegernos sino también para que ellas hagan bien a los que las escuchan.

Que la paz de Cristo llene tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares.

lunes, 25 de julio de 2011

XII-076 Mi Bella Caracas.


MI BELLA CARACAS.

Caracas, la capital de Venezuela, cumple hoy 444 años de haber sido fundada por Don Diego de Losada, conquistador español que le puso por nombre Santiago de León de Caracas, por su gran devoción al apóstol Santiago, Patrono de España y a quien la Iglesia celebra hoy su día.

Existen en el mundo hispánico varias ciudades que también llevan el nombre del apóstol, como Santiago de Compostela en España, donde reposan los restos del apóstol de Cristo, Santiago de Chile, la capital de ese país sureño, Santiago de Guayaquil, la segunda ciudad importante de Ecuador, Santiago de Cuba, Santiago de Querétaro en México, Santiago de Cali en Colombia y muchas otras que sería largo enumerar.

En el Nuevo Testamento encontramos muchos pasajes que refieren la presencia del Apóstol Santiago al lado de Jesús, era hijo de Zebedeo y de Salomé y fue llamado junto a su hermano Juan, cuando estaban dedicados a su trabajo de pesca y Jesús les dijo: “Síganme y les haré pescadores de almas” (Mc 1, 17), se llama también Santiago el Mayor, para distinguirlo del otro Santiago que era más joven. Jesús lo tuvo siempre entre los de su mayor confianza, lo llevó a presenciar su transfiguración junto a Pedro y Juan, lo amonestó cuando pidió al Señor que hiciera llover fuego sobre aquellas ciudades que rechazaban la predicación de Jesús y también cuando su madre pidió para él y Juan que cuando estuvieran en el Reino de los Cielos les dieran los primeros puestos, le predijo entonces su futuro martirio y finalmente lo tuvo a su lado en el huerto de Getsemaní, la noche de su pasión, cuando les pidió que oraran para no caer en tentación.

Después de la muerte de Jesús, el Apóstol Santiago va a recorrer parte de Europa con la predicación de la buena nueva del Evangelio y llega hasta el extremo occidental del continente, hasta la ciudad de Cádiz en España, de allí se dirige a Zaragoza, donde ocurre el milagroso hecho de la primera aparición de la Virgen María, quien aún vivía, este hecho ocurre sobre un pilar en un sitio al despoblado y le pide que allí se construya una capilla y que regrese a Jerusalén, en ese lugar con el tiempo se construye la Basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza que fue preservada por Dios durante la guerra civil española en 1936 ya que varias de las bombas lanzadas para destruirla no estallaron y se conservan aún como recuerdo de este hecho milagroso y la Virgen del Pilar es una de las grandes devociones marianas de España.

Obediente al mandato de la Virgen, el apóstol vuelve sobre sus pasos para regresar a Jerusalén y pasa en su retorno por Efeso, la ciudad griega donde vivía la Virgen en compañía de su hermano Juan, ella le ratifica que debe ir a Jerusalén y le profetiza el martirio de que será objeto en esa ciudad por predicar la nueva religión. Santiago fue mandado a apresar por Herodes Agripa, cuando éste se dispuso acabar con los seguidores de Jesús y llevado al monte Calvario, donde murió Cristo, y allí fue decapitado, convirtiéndose así en el primero de los apóstoles que derramó su sangre por proclamar la religión de Jesús Resucitado.

Pidámosle al Apóstol Santiago que nos alcance la gracia de su valentía y de su generosidad para propagar al mundo la religión que profesamos, la religión de Cristo Nuestro Señor.

Y finalmente un gran saludo para todos nuestros lectores que habitan en las ciudades que llevan el glorioso nombre del Apóstol Santiago y que hoy celebran su onomástico.

Oración Comunitaria: Nos solicita Matty San Martín desde Perú, por sus primos Janina Arteaga y Samuel Lucksinger, quienes están pasando por un momento muy difícil. Pidamos la intercesión del Apóstol Santiago, hoy en su día, para que les de la fuerza y la valentía a estas personas para afrontar esta situación y a la vez consiga del Padre Celestial la solución a todos sus problemas tanto del cuerpo como del alma, recemos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

Que la paz de Cristo y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a sus hogares.

viernes, 22 de julio de 2011

XII-075 Amemos de corazón a María


AMEMOS DE CORAZON A MARIA.

Dios reunió todas las aguas en un solo lugar e hizo el mar y reunió todas las gracias en un solo ser e hizo a María. La Santísima Virgen María es merecedora de todo nuestro amor, es digna de que la amemos de corazón. Amando a María imitamos a Jesús y con él a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El Padre había previsto, desde toda la eternidad, en su inmensa sabiduría que llegaría un momento en que sus criaturas humanas errarían el camino, a pesar de todas las advertencias de los Profetas y que sería necesario que El enviara a su Hijo Unigénito, para que revelara al mundo las verdades de la Fe y redimiera con su sangre a toda la humanidad, para que pusiera las fundaciones de una Iglesia que fuera el conducto por medio del cual los hombres lograrían su salvación. Un millar de años antes de la venida de Cristo, había revelado por medio de sus Profetas, detalles de esta visita, para que no existieran dudas acerca de esta realidad, había dicho que sería por medio de una Virgen que ese Niño vendría al mundo, algo insólito para la mente humana. Es quizás a partir de ese anuncio que todas las jóvenes vírgenes de Israel ansiaban ser la escogida por el Señor para esta extraordinaria maternidad.

Una jovencita humilde de la ciudad de Nazaret fue la escogida por el Señor, ella no solo era Virgen y sus padres la habían consagrado a Dios, sino que en su corta existencia había demostrado, con la fuerza de su plegaria y la elevación de sus virtudes, un amor y una entrega total al Dios de Israel, al verdadero y único Dios. Sin embargo, Dios no quiso imponer su voluntad de manera autoritaria, sino que envió a uno de sus ministros a comunicarle a María sus planes y la respuesta de ella fue “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra” ( Lc 1, 38)

Y el Hijo de Dios bajó de los cielos para encarnarse en aquel vientre virginal, para esconderse en el seno de María, sometió su libertad y todo su poder a aquella jovencita de apenas 15 años, ocultó su resplandor y su gloria durante treinta años, confiado en sus maternales brazos.

Demos nosotros también gloria a Dios, amando de corazón a María, sometiéndonos a sus brazos maternales, a sus sabios consejos, a su ternura de Madre amorosa. Imitemos a Jesús que supo dar Gloria a Dios Padre por medio de su amor a María, su Madre.


María sigue hoy en día preocupada por todos nosotros, por nuestra salvación, es por ello que viene a aconsejarnos personalmente, en Fátima, en Lourdes, en Betania, y en tantos otros lugares, ejerciendo su papel de Madre de todos nosotros, sus Hijos de la tierra, ese rol que le encomendara su Hijo en la Cruz y que ella ha sabido interpretar con amor y ternura.

No desoigamos su voz, amémosla de corazón y con ello estaremos imitando a Jesús y dando Gloria al Padre Eterno.

Que la paz de Cristo esté con todos ustedes y la bendición de Dios Padre Todopoderoso llegue a sus hogares, les deseo un feliz fin de semana y no olviden la Santa Misa el domingo y el Rezo del Rosario en familia.

miércoles, 20 de julio de 2011

XII-074 Ser como niños.


SER COMO NIÑOS.

En estos días estaba yo saliendo de mi casa en el auto, mientras en la calle un grupo de niños jugaban a la pelota, en medio de su algarabía y de su entusiasmo por lo que estaban haciendo, se dieron cuenta que yo había abierto la reja del garaje y comenzaba a salir en retroceso con mucha precaución, ellos detuvieron el juego y comenzaron a indicarme: “Dele Señor, dele que va bien”, otro con ese humor infantil tan cándido decía “Cuidado con el niño” (El niño era él), cuando ya el auto estaba en medio de la calle, varios de ellos se apresuraron a cerrar ellos mismos la reja, de manera que yo no perdiera mi tiempo en eso y a la vez la interrupción fuera más breve.

En esta incidencia hay dos hechos que yo observo como cualidades en estos niños, por una parte su alegría, ninguno de ellos puso mala cara porque yo les había interrumpido el juego, por el contrario decían bromas y palabras amables, y por otra parte está su vocación de servicio, de ayudar a los demás sin que se lo pidieran, dejando que las cosas fluyan sin molestias para nadie.

Jesús quiere que nosotros seamos como niños, hay un conocido pasaje del evangelio de San Mateo que dice: “Jesús llamó a un niñito, lo colocó en medio de los discípulos y declaró: “En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser como niños, nunca entrarán en el reino de los Cielos. El que se haga pequeño como este niño, ese será el más grande en el Reino de los Cielos. Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.” (Mat 18, 2-5).

Y es que el hombre mientras es niño ejerce las virtudes de la humildad, la sencillez de corazón y la obediencia, casi de manera espontánea, de acuerdo a la educación que recibe de sus padres y de sus maestros, pero a medida que va creciendo comienza a rebelarse en contra de toda sumisión, porque se va sintiendo más fuerte, más inteligente y comienza a cuestionar las indicaciones de los mayores y mientras avanza por ese camino la rebeldía lo lleva a querer ser cada vez más dueño de si mismo y de ser superior a los demás, entran en él la ambición y el deseo de poder que son la negación de las virtudes que profesaba en su niñez.

Ese es el gran cambio que Jesús quiere que hagamos en nuestras vidas, volver a ser como niños, dejar a un lado los pecados capitales y volver a la humildad, a la sencillez de corazón, a la alegría, a ese deseo natural de servir, que renunciemos a nosotros mismos, a nuestras imperfecciones y ambiciones y si todos podemos lograrlo viviremos en un mundo mejor y podremos ser admitidos en el reino que Dios nos tiene prometido.

Señor, hazme como un niño, dame la humildad y la sencillez del corazón, que no avasalle y pase por encima de los demás para que me sirvan, sino que sea yo el servidor de todos, que no se moleste mi orgullo porque prefieran a los demás en vez de a mí, que no me sienta herido porque tomen en cuenta las opiniones de otros y no la mía, yo quiero ser como niño Señor.

Que la paz y la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.

lunes, 18 de julio de 2011

XII-073 Vengan a mí y yo os aliviaré



VENGAN A MI Y YO OS ALIVIARE.

A veces pienso que muchos de los que leen estas meditaciones están pasando por momentos difíciles en sus vidas y buscan ansiosos una palabra, un consuelo, una orientación, tal vez el título del Tema les atraiga porque tiene algún parecido o significado en relación con lo que a ellos les preocupa en ese momento, como quisiera poder acertar con algo que realmente les oriente cuando parecen no hallar el camino. Sin embargo, muchas veces les he dicho que Jesús es el camino, te has preguntado alguna vez si en tus momentos de problemas y dificultades has buscado a Jesús como ayuda, como solución?Recordemos las palabras del Maestro: “Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.” (Mt 11, 28-30) Hay, entre estas frases tan profundas, dos palabras claves que nos sugiere el Señor, la paciencia y la humildad. Tú buscas una solución rápida a tu problema porque te tiene agobiado, en cambio Jesús te pide que seas paciente y es que el tiempo también tiene su papel en todos los problemas, su marcha inexorable deja atrás muchas cosas, entre ellas la ansiedad y la rebeldía, recordemos a Santa Teresita: “La paciencia todo lo alcanza”.

Las cosas materiales nos engañan muchas veces, nos hacen desearlas ardientemente, pero luego que las tenemos nos cansamos de ellas y llegamos hasta desear no tenerlas. Bello es ofrecer ese deseo perentorio a Jesús y decirle Señor por ti voy a renunciar a mi deseo de tener esto o aquello, voy a hacer este pequeño sacrificio porque estoy seguro que tú más adelante me vas a dar algo mejor o algo que yo realmente necesite, que agradables son esas palabras al Señor.

Y por otro lado está la humildad que también debemos ejercitar en el tratamiento de nuestros problemas, te has puesto a pensar que tal vez la dificultad para la solución está en ti mismo, no habrá un poco de soberbia en las alternativas que estás estudiando? Quizás si rebajaras un poco tu altivez, tu orgullo, no encontrarías la solución?

Acudamos a Jesús que El nos está llamando para aliviarnos y nos llama de una manera muy particular, no nos está ofreciendo cargar con nuestra dificultad, por el contrario nos ofrece una pequeña carga adicional pero que es suave y liviana y que por ese camino encontraremos descanso, abramos con fe nuestro corazón al Señor y digámosle: Yo te amo Señor, yo se que tú estás conmigo en estos momentos de preocupación y de pena, y sé que en ti encontraré alivio, ocúpate tú de mis cosas que yo me ocuparé de las tuyas, ¿qué quieres que haga por ti? dame tu carga y tu yugo que yo estoy dispuesto a llevarlas por amor a ti.

Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos vuestros hogares

viernes, 15 de julio de 2011

XII-072 Pasar por la vida en vano.


PASAR POR LA VIDA EN VANO.

Una de las preocupaciones de todo ser humano debe ser la razón de su paso por la vida, se trata de un trayecto relativamente corto que en los mejores casos puede llegar a 80 o 90 años, de los cuales hay unos siete años en los que no tenemos “uso de razón”, transcurridos los cuales comenzamos a darnos cuenta que estamos en un mundo rodeados de una familia y una sociedad que se preocupa por nuestra educación y nuestra alimentación hasta el momento en que podemos decidir esas cosas por nosotros mismos y comenzamos a trabajar, a casarnos a formar una familia propia, a tener los hijos y así darle continuidad a esa rueda interminable de los tiempos. ¿Es nuestra vida solo eso? ¿Deberíamos contentarnos por haber dejado transcurrir nuestra vida en medio de esa rutina? ¿Somos iguales a los animales y las cosas que existen por un tiempo y luego desaparecen sin pena ni gloria?.

Si creemos que existe un Dios Todopoderoso, creador de todo lo visible y lo invisible, debemos suponer que hemos sido creados por El y que esta creación tiene un motivo de fondo, una razón de ser, no hemos sido creados para simplemente crecer y multiplicarnos, puesto que Dios nos ha dado un intelecto con el que podemos discernir y razonar sobre todo lo que ocurre a nuestro alrededor, en realidad la pregunta que deberíamos hacernos nosotros los cristianos es ¿Para qué nos ha creado Dios?

Esa respuesta y muchas otras verdades nos las aclara Jesús en su Evangelio, porque El vino a revelarnos muchas cosas que los hombres no sabían, por ejemplo nos vino a decir que existe un Reino al que los hombres pueden acceder después de esta vida, es decir que cuando morimos aquí en la tierra pasamos a una nueva vida que será muy diferente a la que tenemos aquí, porque allí no hay enfermedad, ni hay muerte, es decir que la vida de allí en adelante es eterna. Esto desde luego es una noticia maravillosa, es por eso que Jesús dice que el Reino de los Cielos se puede comparar con aquel hombre que encuentra un tesoro en una tierra ajena, lo esconde, vende todo lo que tiene y compra aquella tierra.Ustedes se fijaron que yo subrayé las palabras “pueden acceder”, eso significa que no todos llegarán a ese Reino, que no es una asignación gratuita, se requiere hacer ciertas cosas durante esta vida para poder lograrlo, por ejemplo cumplir con los mandamientos de la Ley de Dios, además dijo Jesús tomar cada quien su cruz y seguirle, porque El es el camino que nos conducirá a ese Reino, nadie va al Padre sino por El.

No dejemos pues que nuestra vida transcurra en vano, como esas cosas que existen durante un tiempo, luego desaparecen sin que nadie se acuerde de ellas, no fue para eso para lo que hemos sido creados. Dios dijo a Moisés, mi nombre es YO SOY que significa el que siempre ha existido, el que no pasa. Ese mismo Dios te espera cada domingo en la Eucaristía, vamos a unirnos a El para que nuestra vida no pase en vano. Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares.

Que tengan un Feliz Fin de Semana, les recuerdo la Misa Dominical y el rezo del Rosario en Familia.

miércoles, 13 de julio de 2011

XII-071 Reconocer los momentos felices y confiar en los dificiles


RECONOCER LOS MOMENTOS FELICES Y CONFIAR EN LOS DIFICILES.

Tenemos que saber reconocer nuestros momentos felices, a menudo sucede que nos acordamos de todo lo malo que nos ha pasado pero dejamos en el olvido los momentos de felicidad que Dios nos ha regalado. En estos días escuchaba hablar a alguien que decía que en su vida nunca había tenido momentos felices, porque había tenido tales y cuales enfermedades y enumeraba unas cuantas por las que había pasado y entonces yo le decía ¿y no recuerda los momentos en que se recuperó de cada una de esas enfermedades?, cuando le volvió la salud al cuerpo, cuando volvió a sentirse bien?
Pues sepa usted que por cada momento de infelicidad que Dios permite, siempre hay un momento de felicidad, el momento en que nos recuperamos de aquella dificultad, lo que pasa es que no lo sabemos reconocer, nos parece algo normal el que nos sintamos bien. Sin embargo, sentirse bien es una felicidad que Dios nos da con mayor frecuencia que las dificultades, por eso tenemos mucho que agradecer al Señor y así como nos acordamos de El para pedirle en nuestras enfermedades, saber agradecerle por los muchos momentos en que gozamos de buena salud.

Dios está siempre con nosotros, tanto en los momentos felices como en los difíciles, tenemos que tener fe en su presencia y en su socorro, una fe inquebrantable que se desborde, como el de aquella cananea que cuenta el evangelio de San Mateo que pedía a gritos:”!Señor, hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está atormentada por un demonio” Pero Jesús no le contestaba ni una palabra. Entonces sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Atiéndela, mira como grita detrás de nosotros” Jesús contestó: “No he sido enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”. Pero la mujer se acercó a Jesús y puesta de rodillas, le decía: “!Señor, ayúdame.!” Jesús le dijo: “No se debe echar a los perros el pan de los hijos” La mujer contestó: “Es verdad Señor, pero también los perritos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.” Entonces Jesús le dijo: “Mujer, ¡que grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo. Y en aquel momento quedó sana su hija. (Mt 15, 21-28).

Que nuestra fe sea grande en los momentos difíciles, con insistencia, con perseverancia, oremos pidiendo el auxilio del Señor que El se conmoverá sin duda de nuestra disposición de espíritu, de nuestra humildad, de nuestra fe. Dios es inmensamente misericordioso y no mira nuestra indignidad, se deja más bien llevar por los impulsos de su magnánimo corazón. Cuando te parezca que Dios no te ha oído, clama más fuerte, con más insistencia, en esos momentos el alma arde por amor a Dios y tu insistencia es como un soplo que aviva esa llama para que no se apague.

Que la paz de Cristo y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares
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martes, 12 de julio de 2011

XII-070 Jesús es la Verdad.


JESUS ES LA VERDAD.

El hombre siempre ha buscado la verdad, constantemente se hace preguntas, ¿existe Dios?, ¿Qué relación tengo con El?, ¿Para qué estoy en este mundo? ¿Cómo puedo ser feliz?, ante él se asoman muchas respuestas, la mayoría de ellas equivocadas, porque la verdad solo puede ser una, no existen dos verdades y Dios quiere que nosotros la descubramos por medio de nuestros propios sentidos ya que El nos ha dado ojos para ver y oídos para escuchar y una mente lo suficientemente inteligente como para sacar nuestras propias conclusiones.

Sin embargo, a veces ni siquiera nos hemos encontrado a nosotros mismos, nos da flojera pensar, sacar conclusiones, confrontar hechos y situaciones que podrían darnos la respuesta a nuestras preguntas, somos lentos para poner en funcionamiento nuestras propias capacidades, si queremos dar ese paso debemos comenzar por la meditación, ese consejo que tantas veces hemos recibido y que poco hemos sabido apreciar, apartar unos minutos para dedicarlos a ejercitar nuestra mente, a pensar, a meditar, a sacar conclusiones sobre esa verdad que tanto buscamos y que se nos hace tan difícil de comprender.

Yo he llegado a la conclusión de que Jesús es la Verdad, te lo digo no para que creas en mis palabras y las sigas ciegamente, sino para facilitarte la búsqueda, analiza tú las palabras y las acciones de Jesús, lee su vida, compara situaciones, abre los ojos y abre tus oídos para que veas y para que escuches pues eso mismo es lo que El quiere de nosotros que le descubramos con nuestros propios sentidos, no porque alguien haya pensado por nosotros y nos haya dicho que esa es la verdad, pongamos en marcha nuestro propio intelecto.

“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocen a mí, también conocerán al Padre. Pero ya lo conocen y lo han visto.” (Jn 14, 6-7) Es Jesús que con sus propias palabras nos está diciendo que él es la Verdad, Jesús era Dios que estaba con nosotros, era el Enmanuel que profetizó Isaías y muchos lo vieron y estuvieron frente a frente con él, cara a cara, y sin embargo no lo reconocieron, sus propios apóstoles que lo siguieron a todas partes durante su predicación de tres años no habían comprendido esa gran verdad, es por eso que Felipe le dice “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta” y Jesús le responde “Hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces, Felipe? El que me ve a mí, ve al Padre. ¿Cómo es que dices: Muéstranos al Padre? (Jn 14, 8-9).

Jesús sigue estando con nosotros, en espíritu y verdad, está presente en la Eucaristía, es el mismo Dios que se hizo hombre por amor a nosotros que dio su vida por nuestra salvación, abre tu mente y tu corazón, aclara tu vista y todos tus sentidos para que por ti mismo descubras la verdad.

Que la paz de Cristo esté con ustedes y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares

viernes, 8 de julio de 2011

XII-069 Así como nosotros perdonamos


ASI COMO NOSOTROS PERDONAMOS.

El perdón que nosotros solicitamos al rezar la oración del Padre Nuestro, está sujeto a una condición previa terrible que es la del perdón que nosotros demos a los que nos ofenden o a los que tengan alguna deuda con nosotros: “Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.”Nuestro Dios, no solo es un Dios de Amor sino que es también un Dios de Perdón, él es como un Padre amoroso con sus hijos que los observa en sus juegos y en sus travesuras y está dispuesto a perdonarles las faltas cometidas, si por descuido o por la fuerza misma de sus juegos pudieran quebrar alguna cosa quizás les de un pequeño regaño en principio, pero luego les perdonará o si no hicieron bien sus tareas les dará una pequeña penitencia como de no dejarlos jugar por un rato, pero al final siempre habrá un perdón y un olvido de la falta cometida. Así nos trata Dios, como Padre amoroso, somos sus criaturas, pero de igual manera quiere que nosotros nos comportemos con nuestros hermanos, que nos perdonemos entre nosotros las faltas cometidas, que nos reconciliemos cuando nos hayamos separado que nos amemos, no hay mejor demostración de amor que el perdón de las ofensas.

En el evangelio encontramos varios pasajes que nos hablan de esta condición previa que se formula en el Padre Nuestro: “Si uno dice “Yo amo a Dios” y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Pues este es el mandamiento que recibimos de él: el que ame a Dios, ame también a su hermano.” ( I Jn 4, 20-21 ) Es decir que la misericordia de Dios no puede penetrar en nuestro corazón mientras no hayamos perdonado a quienes nos han ofendido, incluso a nuestros enemigos, porque en la medida en que nos negamos a perdonar a nuestros hermanos estamos cerrando nuestro corazón, haciéndolo cada vez más duro e impermeable y bajo esas condiciones tampoco el amor misericordioso del Padre puede penetrar en él y otorgarnos el perdón.

En la parábola del siervo a quien su Señor le perdonó una gran deuda pero él a su vez no fue capaz de perdonar a un servidor suyo una deuda menor, vemos que al final hay un castigo para el siervo sin entrañas y concluye diciendo “Esto mismo hará con vosotros mi Padre Celestial si no perdonáis cada uno de corazón a vuestro hermano”(Mt 18, 35) La falta de perdón es por tanto un pecado en si misma que debemos evitar para librarnos del castigo merecido.Vamos a rogar al Señor que nos cambie ese corazón de piedra que no nos permite perdonar por un corazón de carne, un corazón que sea capaz de amar y perdonar, que sea capaz de conmoverse, para que esas heridas que hemos sufrido por culpa de otros se cambien en compasión y podamos cumplir con la condición previa que hemos hecho al rezar el Padre Nuestro. Señor yo quiero reconciliarme con mis hermanos por amor a ti, yo quiero perdonar para que tú me perdones, para que aceptes mi oración porque mi corazón está libre de odios y de rencores, Señor hazme amar a mis hermanos así como tú nos amas a nosotros.

Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares, les deseo un Feliz Fin de Semana, sin olvidarse de la Misa Dominical y del rezo del Rosario en Familia para que permanezcan unidos en el Señor.

jueves, 7 de julio de 2011

XII-068 Trinados del Cielo


TRINADOS DEL CIELO.

Me desperté esta mañana con el gorjeo de los pájaros, alegres en su amanecer, cuando el sol apenas comienza a despuntar en el horizonte, me llamó la atención uno en especial que parecía decir “Dios mío, Dios mío, Dios mío” y ustedes conocen esos otros que dicen “Cristo fue, Cristo fue” de donde les viene el nombre, es la naturaleza que canta en alabanza a Dios Creador.No son solo los pájaros los que participan en esta alabanza, si observamos toda la naturaleza en la mañana al despertar parece que cantara un salmo a Dios, es el mundo que despierta alegre a medida que el sol va encendiendo con su luz todas las cosas, parece que la tierra diera un aplauso al Soberano del Universo, el mar alegremente bate sus olas contra los riscos y las playas mientras en el aire la brisa corretea por entre las casas y mueve las hojas de los árboles para que participen en esta salmodia.

A tono con todas estas muestras de amor a Dios, todos los animales, todas las criaturas del Señor expresan a su manera ese gusto y ese agradecimiento, ese gozo infinito por la vida, por la existencia que nos ha dado Dios.

El hombre también despierta, la criatura predilecta del Creador, de ese Ser Omnipotente que es el origen primero de todas las cosas, del Señor del Cosmos, que ha creado este paraíso para nosotros, un paraíso vivo, donde las cosas tienen su propio sentir, donde las plantas respiran y se mueven aunque no cambien de sitio, donde las flores vistiendo sus mejores galas se abren para dejar escapar sus perfumes, donde los peces aletean alegremente en busca de su alimento, donde los pájaros cantan y nos traen esos Trinados del Cielo.Dios se merece esa alabanza de la naturaleza y nosotros estamos llamados a armonizar con nuestra oración primera, con nuestra acción de gracias, con nuestra alegría matinal, todo ese concierto , toda esa ceremonia espontánea y natural que desea dar Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, la Santa Trinidad del Cielo. Unamos nuestra voz al de las cascadas y los ríos que se apresuran por sus cauces a fertilizar todas las plantas que nos servirán de alimento, juntemos nuestras oraciones a ese batir de alas de los pájaros que trinan en el cielo, rimemos junto a ellos nuestras palabras que Dios merece nuestra alabanza por siempre.

Señor Dios del Universo, Padre Todopoderoso, te alabo y te bendigo en este nuevo día que nos regalas, permíteme descubrirte vivo y presente en medio de toda esta naturaleza que te canta y unir mi voz a todas las criaturas que alegres te agradecen ser obra de tus manos.

Que la paz de Cristo y la bendición de Dios Todopoderoso llegue a todos sus hogares.

viernes, 1 de julio de 2011

XII-067 Al calor de la Divina Eucaristía


AL CALOR DE LA DIVINA EUCARISTIA.

El próximo domingo 3 de julio a las 12 y 30 pm., el Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas oficiará una Misa en la Iglesia de Nuestra Señora de la Chiquinquirá, situada en La Florida, al final de la Avenida Andrés Bello, en la cual tendremos la dicha de escuchar a la Coral Betania, dirigida por María Auxiliadora Bianchini de León, hija de la Sierva de Dios, María Esperanza, fundadora de la Coral, están todos invitados.

Meditemos, los hombres primitivos adoraban al sol como si fuera un Dios, ya que el sol les suministraba calor y facilitaba el proceso de la agricultura, fertilizando los suelos y dando vida a toda la naturaleza, el Sol es el centro de nuestro Sistema planetario y suplidor de la energía y el calor a todos los planetas que como la tierra giran en torno a él, pienso que quizás será por eso que las custodias en las que se expone el Santísimo Sacramento tienen la forma de un sol, porque es un símbolo del calor y la energía que irradia la Divina Eucaristía.

Jesús nos hizo un legado inapreciable durante la última cena con sus apóstoles, al dejarnos su cuerpo y su sangre, para que le adoráramos, para que nos acercáramos a él para alimentar nuestro espíritu con su calor y su energía. El se quiso quedar con nosotros para ser nuestro compañero de camino, nuestra luz y nuestro guía. ¿Has estado en la presencia del Santísimo orando por algunos minutos? ¿Te has dado cuenta de la paz y tranquilidad con que sales al retirarte de la capilla? Los que lo han hecho y lo hacen a menudo, podrán corroborar lo que digo y los que no han tenido esta experiencia los invito a hacerlo para que lo comprueben.

Dios nos está llamando constantemente desde los sagrarios de todas las Iglesias y en todas las misas donde se produce el milagro de la transustanciación que es la conversión del pan y el vino en la verdadera presencia de Jesucristo. Porque la Eucaristía es innegablemente el mayor de todos los Sacramentos, ya que en ella están contenidos verdadera y substancialmente el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, es una presencia real, por lo tanto cuando comulgamos nos estamos uniendo íntimamente con Cristo, esa hostia que recibimos y que “digerimos” pasa a formar parte de nuestro cuerpo, no puede existir una unión más íntima que esta, es por eso que él nos dijo “quien come mi cuerpo y bebe mi sangre, vive en mí y yo vivo en él” (Jn 6, 56).

Cuando estamos de rodillas frente al Sagrario, o cuando estamos frente al Santísimo expuesto en su custodia, el poder del Altísimo nos cubre con su sombra y sentimos ese calor que nos conforta y nos alivia en momentos de dificultad, que nos da la paz y la serenidad que necesitamos, es similar a cuando nuestro cuerpo se expone a la presencia del sol, en este caso es nuestra alma la que está recibiendo las radiaciones de esa energía que circunda la presencia de Dios y que suple el aliento necesario para seguir adelante, con más fe y con la esperanza puesta en las promesas de Nuestro Señor. Acudamos a recibir ese calor que nos brinda la Divina Eucaristía para alimentar nuestro espíritu.

Que tengan un feliz fin de semana, no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en Familia, les deseo la paz de Cristo y la bendición de Dios Todopoderoso para todos los lectores y sus familiares.