miércoles, 31 de julio de 2013

XIV-056 La Alegría de la Juventud.


LA ALEGRÍA DE LA JUVENTUD.

Antes de entrar en materia de la Meditación de hoy, quiero notificarles que el próximo miércoles 7 de Agosto se cumplirá el noveno aniversario de la partida al cielo de la Sierva de Dios Maria Esperanza, seguramente y esto no tiene carácter oficial, lo recordaremos como todos los años con una misa en la capilla del Cementerio del Este a las 3pm. y luego con el rezo del rosario en el lugar donde reposa su cuerpo a pocos metros de la capilla, prometo avisarles cuando esto se anuncie oficialmente. El próximo sábado se realizará en Finca Betania una jornada de salud para la población vecina al santuario, en este operativo de atención gratuita participarán médicos, odontólogos, fisiatras, optometristas  y oftalmólogos que son miembros de la Fundación Betania.
Les invito a meditar hoy sobre los efectos positivos de la Jornada Mundial de la Juventud que concluyó el pasado domingo con una solemne Eucaristía presidida por Su Santidad el Papa Francisco en las playas de Copacabana, Rio de Janeiro, Brasil. Los que tuvimos la oportunidad de ver la transmisión por Televisión observamos impresionados la enorme multitud que colmó los cuatro kilómetros de largo que tiene esta famosa playa y especialmente el entusiasmo de los asistentes en cuyos rostros se veía brillar la Alegría de la Juventud.

Para la Iglesia Católica esto ha sido un gran triunfo, se superaron incluso las metas esperadas y se logró acallar las voces agoreras que trataron de sembrar la cizaña, como decíamos en nuestro anterior escrito. Es indudable que el Papa Francisco ha jugado el papel primordial en este logro de la Iglesia, con su Carisma, su don de gentes, su ejemplo, su palabra calmada pero certera y enfocada hacia los temas que requieren mayor atención en el mundo de hoy, con especial énfasis en el papel que les toca jugar a los jóvenes para canalizar ese entusiasmo hacia la evangelización y el apostolado.

Dice San Pablo en su Carta a los Filipenses: “Estén siempre alegres en el Señor, se lo repito, estén alegres y den a todos muestras de un espíritu muy abierto. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica. Y la paz de Dios, que es mayor que lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Fil 4, 4-7) Esta alegría que manifestó la juventud que asistió a Río, con su participación en todos los actos, con su emoción por las palabras del Papa, debe contagiarnos a todos y llenarnos de satisfacción por el triunfo de Cristo y por la proyección que esto tendrá en el futuro cercano para beneficio no solo de nuestros jóvenes sino de toda la institución católica.

Mantengamos esa Alegría que demostró la juventud del mundo en la reunión de Brasil y hagámosla llegar a todos los corazones, continuemos orando y suplicando por los frutos de estas jornadas, para mostrarles a todos con espíritu abierto que Dios está cerca de nosotros y que por lo tanto nada nos inquieta.

Glorifiquemos a Dios con nuestra vida.

Que la paz de Cristo, “que es mayor de lo que te puedes imaginar”, esté contigo y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.

jueves, 25 de julio de 2013

XIV-055 Los Sembradores de la Cizaña.


LOS SEMBRADORES DE LA CIZAÑA.

Sin duda alguna que la noticia más importante del mundo en estos días ha sido la visita del Papa Francisco a Brasil, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, esta noticia es primicia en muchos aspectos, por una parte es el primer gran viaje del nuevo Papa y lo realiza precisamente a tierras de sur américa, donde se encuentra ubicado su país natal, Argentina, es a la vez continuación de la programación que había sido iniciada por el Papa Benedicto XVI, para ser realizada en este Año de la Fe y congrega a cientos de millares de jóvenes de todas partes del mundo, en una movilización humana gigantesca. Sin embargo, analizando el tratamiento que le han dado ciertos medios de comunicación a esta noticia, observamos una clara tendencia a restarle importancia, atribuirla a fines diferentes de su verdadero significado y a introducir veladamente malas consejas que son como la cizaña de la que hablaba Jesús para ahogar a las semillas que va esparciendo el Papa.

La primera de nuestras observaciones viene desde el día inicial del viaje del Papa, en el cual trataron infructuosamente de desviar la atención hacia otras noticias de menor trascendencia y temas banales como la expectativa por el nacimiento del príncipe de Inglaterra y luego en los días siguientes silenciando casi totalmente las incidencias subsecuentes del viaje. La segunda es poniendo el acento en los aspectos superficiales del viaje y sembrando dudas acerca del verdadero objetivo del mismo, con mentiras como decir que el Vaticano está pasando por una crisis en la cual ha habido una disminución considerable de fieles y que el Papa está en campaña para recuperar la credibilidad de la Iglesia, lo que me parece gracioso en este aspecto es que mientras el locutor está leyendo su libreto acerca de la perdida de fieles, las imágenes que están pasando muestran una multitud enorme de personas que aclaman el paso del Santo Padre y que se desviven por tomar alguna foto o por tratar de acercarse a él lo más posible. En otras ocasiones se pone en duda la sinceridad del Papa en cuanto a sus gestos de humildad que tanto han impresionado a las personas que no lo conocían y que tanto bien hacen a la fe de muchos y que como sabemos no han sido inventados ahora sino que han sido una constante en su vida como lo demuestran infinidad de anécdotas que se cuentan de su vida como sacerdote y Obispo.

¿Qué podemos hacer? ¿Cuál debe ser nuestra actitud? Lo primero es no dejarnos llevar por las dudas que surgen en muchos como consecuencia de estas noticias distorsionadas, reforzar cada día más nuestra fe con la oración, orar por el Papa y por el éxito de su viaje a Brasil, y tratar de informarnos sintonizando aquellas emisoras que sabemos son 100% católicas como EWTN, TV Familia, Radios católicas, etc., que estamos seguros no nos van a sembrar la cizaña. Seamos esa tierra buena de la que habla la parábola del sembrador, para que la semilla del evangelio de fruto en nosotros con el mayor porcentaje posible, renovando nuestro espíritu y haciéndonos ejemplo de la vida de Cristo.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la Misa del domingo.

lunes, 22 de julio de 2013

XIV-054 Jesús, Hijo Unico de Dios


JESÚS, HIJO ÚNICO DE DIOS.

Amanece una semana muy linda para la Iglesia Católica, en la cual se celebra la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro, Brasil, un encuentro del Papa Francisco con los jóvenes del mundo bajo el lema “Vayan pues y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” (Mt 28, 19), a esta hora ya el Papa Francisco vuela de Roma a Brasil para este maravilloso encuentro, oremos por el éxito de su misión evangelizadora y sigamos con entusiasmo juvenil cada uno de sus pasos.
Mientras tanto nosotros continuamos nuestro repaso del Catecismo de la Iglesia Católica, hoy nos referiremos a los párrafos del 441 al 445, que tratan acerca de uno de los títulos dados a Nuestro Señor Jesucristo, el de Hijo Unico de Dios. En primer lugar debemos considerar que en el Antiguo Testamento, el título de Hijo de Dios se da a los ángeles, al pueblo elegido, a los hijos de Israel y a sus reyes, de manera que el título en si mismo no significa que la persona sea algo más que humana, sino simplemente una relación adoptiva que se establece entre estas criaturas y Dios. En el caso de Jesús el planteamiento es diferente por cuanto si recordamos las palabras de Pedro cuando Jesús preguntó a los apóstoles quien decían ellos que era él: “el Cristo, el Hijo de Dios Vivo” (Mt 16,16) y Jesús lo confirma diciéndole que su Padre que está en los cielos es quien le ha revelado esa verdad. Como se puede ver esta filiación no es de carácter adoptivo como las anteriores sino que es de carácter real, se trata de dos seres que se han conocido personalmente cara a cara, como cuando dice “yo hago lo que he visto hacer a mi Padre”.

También durante su juicio, ante el Sanedrín, Jesús ratifica claramente su título, cuando le preguntan “Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?, Jesús les responde: “Dicen bien, yo lo soy” (Lc 22, 70) Y esto fue el motivo que tomaron como principal los sacerdotes para considerarlo culpable de haberse atribuido una divinidad que ellos consideraban falsa, es decir de haber blasfemado.

Sin embargo, Jesús estaba diciendo la verdad, una verdad que había sido proclamada por su propio Padre en dos momentos solemnes de su vida, en el Bautismo y en la Transfiguración, durante los cuales se escuchó la voz del Padre que lo llamó “Mi Hijo amado”, y Jesús mismo lo revela en diversos pasajes del evangelio donde habla de su conocimiento personal del Padre y de la misión que le fuera encomendada por este para la salvación de las almas.

El evangelio de San Juan nos dice: “Para quien cree en él no hay juicio. En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no creer en el Nombre del Hijo Unico de Dios” (Jn 3, 18)
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

viernes, 19 de julio de 2013

XIV-053 La "Acción de Gracias"


LA “ACCIÓN DE GRACIAS”.

En los primeros tiempos del cristianismo, el nombre que se daba a la Santa Misa era el de Acción de Gracias y era fundamentalmente una ceremonia para dar gracias a Dios y recibir la Sagrada Comunión. Este nombre lo tomaron de la narración de la última cena de Jesús en la que según el evangelista San Lucas, Jesús tomó el pan y, “dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes, hagan esto en memoria mía.” (Lc. 22,19).
Con el tiempo la Santa Misa ha ido evolucionando y aún cuando la Consagración del Pan y del Vino, sigue siendo el momento culminante de la Misa, sería un error pensar que la misa se limita a ese momento, esa es la parte más maravillosa de todo, pero en su conjunto la Misa es un Memorial de Nuestro Señor, así como recordamos a las personas que hemos amado en vida y los vemos y los admiramos en una fotografía, con mucha más razón tenemos que recordar la memoria de Jesucristo que nos ha dejado un recuerdo vivo de su presencia como solo Dios sería capaz de hacerlo, su cuerpo y su sangre bajo las especies del pan y el vino.

Por eso en la Misa recordamos a Jesús no solamente en su muerte sino también en su resurrección y su ascensión, con las cuales el Padre lo glorificó, con una gloria que él quiere compartir con nosotros. Pero la misa, además de ser el banquete sagrado en el cual comemos el pan y bebemos el vino que han sido convertidos en el cuerpo y la sangre de Jesús, y además de ser un memorial de su vida, muerte y resurrección, es por encima de todo un sacrificio y en este punto habría que explicar el significado que debe darse a la palabra “sacrificio” porque la acepción actual se refiere a algo doloroso o desagradable, o por ejemplo en los deportes cuando un jugador se sacrifica para que el otro avance o llegue a la meta, esta acepción difiere mucho de la que queremos expresar. En realidad la palabra viene de dos raíces: sacra, sagrada y facere, hacer, es decir hacer una cosa sagrada, y cómo se hace una cosa sagrada? Pues retirándola del uso corriente o humano y ofreciéndola a Dios como un regalo para agradarle. De hecho el hombre siempre ha tendido a hacerle sacrificios a Dios, desde el Génesis en las Sagradas escrituras vemos que: “Caín presentó a Yavé una ofrenda de los frutos de la tierra. También Abel le hizo una ofrenda sacrificando los primeros nacidos de sus rebaños y quemando su grasa.”(Gen 4, 3-4) Y de allí en adelante vemos que en todas las civilizaciones el hombre ofrecerá sacrificios a Dios en Acción de Gracias por los beneficios recibidos.

Los dones ofrecidos a Dios a lo largo de la historia, por un tiempo fueron agradables al Señor pero a la larga los rechazó, pero después de la venida de Cristo y de la institución de la Eucaristía, la misa ofrece hoy en día al Señor un Don que es digno de El, porque se está ofreciendo a su propio Hijo, al renovar el sacrificio que Jesús hizo por todos nosotros en la cruz, ofreciéndose como víctima para el perdón de nuestros pecados.

La Misa es pues el mayor sacrificio que podemos ofrecer a Dios en Acción de Gracias por todo lo bueno que es con nosotros y es un sacrificio que es agradable a Dios y que no lo rechaza porque le estamos ofreciendo a su propio Hijo.
Glorifiquemos a Dios con nuestra vida.

Oración Comunitaria: Nos han llegado muchas cartas solicitando oración por personas enfermas, al punto que seria muy largo enumerarlas una por una, por ello vamos a sugerir una oración general por todos ellos, para que Dios en su infinita bondad les de la salud de cuerpo y alma a todos nuestros familiares y amigos enfermos. (Recemos un Padre Nuestro, Ave María y Gloria).

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la Misa Dominical.

lunes, 15 de julio de 2013

XIV-052 Jesús y el título de Mesías.


JESÚS Y EL TITULO DE MESÍAS

Continuamos nuestro repaso del Catecismo de la Iglesia Católica con el contenido de los párrafos 439 y 440. En nuestros comentarios anteriores hemos venido hablando de los nombres de Jesús, su significado y de su unción por el Padre para cumplir la misión de liberar al pueblo de Israel, lo que le confiere con toda propiedad el título de Mesías. Pero, qué pensaba Jesús acerca de este título de Mesías, lo aceptaba? Esa es la meditación que les invito a hacer hoy.

Se podría decir que Jesús aceptaba a medias ese título, ¿por qué? Por el sentido o la interpretación, correcta o equivocada, que le podrían dar los demás. En efecto, el pueblo judío, como hemos dicho, esperaba (y aún espera) la llegada de un Mesías en un sentido más político que espiritual, es decir esperaban un Libertador que los liberara del dominio y la opresión de que eran objeto por los conquistadores romanos.

Es así como leemos en las Sagradas Escrituras momentos en los que Jesús se da a sí mismo el título de Mesías y otros en los que prohíbe a los apóstoles que lo divulguen. Por ejemplo, en la conversación con la Samaritana, junto al pozo de Jacob, ella le dice: “Yo sé que el Mesías (que es el Cristo) está por venir; cuando venga nos enseñará todo.” Jesús le dijo: “Ese soy yo, el que habla contigo”. (Jn 4, 25-26) Aquí Jesús se declara abiertamente como lo que es, como el Mesías, el ungido, aún a sabiendas de que esta mujer iba a salir corriendo a decírselo al pueblo de los samaritanos, como en efecto lo hizo: “La mujer dejó allí el cántaro y corrió al pueblo a decir a la gente: “Vengan a ver a un hombre  que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo?. Salieron pues del pueblo y fueron a verlo.” (Jn 4, 28-30)

En cambio, cuando Jesús preguntó a sus discípulos ¿quién dice la gente que soy yo? Y luego de oír las diversas respuestas, les preguntó a ellos ¿ y ustedes ¿Quién dicen que soy yo?, “Pedro contestó: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo”. Jesús le replicó: “Feliz eres, Simón Barjona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.” (Mt 16, 15-17) Es decir, Jesús aprueba en primer término que es correcto lo que ha dicho Pedro, llamándolo Mesías, pero luego añade el evangelista: “Entonces Jesús les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías” (Mt 16, 20).

Cuál es la diferencia entre una situación y la otra? La forma de aceptar el término Mesías en cada caso, muchas personas, unos judíos y otros paganos llegaron a aceptar a Jesús y creer en él, dándole al término su verdadero significado, en tanto que otros le daban al término un sentido más humano, es decir un sentido político, negándose a reconocer la divinidad de Jesús y el Señor sabía de antemano quienes actuarían de una y de otra manera.
Glorifiquemos a Dios con nuestra vida.

Oración Comunitaria: Solicita Mildred Villegas por las preocupaciones que la mantienen estresada y también solicita Lourdes Potestá desde Lima-Perú por unas mellicitas de apellido López que nacieron prematuras, para que logren superar esta primera etapa de su existencia y tengan larga vida. Que el Señor en su infinita misericordia escuche nuestras súplicas y conceda según su voluntad la salud de cuerpo y alma a todas estas personas, se lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo su Hijo. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

martes, 9 de julio de 2013

XIV-051 Hay que bajar del Tabor



HAY QUE BAJAR DEL TABOR.

Estaba meditando acerca de unos comentarios que hiciera ayer el conocido presentador de EWTN, Don Pepe Alonso, en su programa “La Fe en Vivo”, acerca del mandamiento que tenemos que cumplir todos los bautizados en la fe cristiana, de ser misioneros de la Palabra de Dios, de evangelizar, bien sea con nuestra palabra o simplemente con nuestro ejemplo y quisiera invitarlos a ustedes a meditar conmigo sobre este Tema tan importante.

Seguramente les habrá llamado la atención el título de esta Meditación, la No. 51 del presente año, “Hay que bajar del Tabor”, porque se refiere al Monte Tabor, aquel sitio alto en Israel donde Jesús subió con sus apóstoles más cercanos: Pedro, Santiago y Juan, y estando frente a ellos se transfiguró, es decir su cuerpo y sus vestidos se pusieron blancos y resplandecientes y junto a él se presentaron Moisés y Elías, los más grandes profetas del Antiguo Testamento y conversaban con él. Pedro hizo entonces la manifestación de lo bien que se estaba allí y su deseo de quedarse para siempre, lo cual es probablemente la reacción que pudiera tener cualquier persona ante la presencia de Dios, esa felicidad inmensa que colma el espíritu, de sentirse en el Cielo, y de la cual no quisiéramos privarnos ni un momento. Pero eso fue solo una demostración que Jesús quiso hacerles de su divinidad y de los maravillosos momentos que esperan a los que creen en él, luego de esa manifestación tan grandiosa, había que volver a la tierra, a la misión que debían cumplir cada uno de ellos, es decir había que bajar del Tabor, para llevar el mensaje del evangelio a todos los hombres porque Dios quiere que todos los hombres se salven, no solo aquellos que estamos en conocimiento de la verdad.

Se está preparando una gran fiesta de carácter internacional que será la Jornada Mundial de la Juventud a realizarse en Rio de Janeiro, Brasil, dentro de apenas doce días, un encuentro de la Juventud del Mundo con el Santo Padre, seguramente una semana inolvidable para los peregrinos que tengan el privilegio de estar presentes, algo seguramente como para quedarse, pero la realidad es que al finalizar la semana cada quien deberá volver a su país, habrá que bajar del Tabor.

El Papa Francisco ha pedido orar durante el mes de Julio: “Para que la Jornada Mundial de la Juventud que se realiza en Brasil, impulse a todos los jóvenes cristianos a convertirse en discípulos y mensajeros del Evangelio” La Juventud ya no es como decían anteriormente “el futuro de la Iglesia”, es más bien “el presente de la Iglesia” y ese llamado no es solo para los jóvenes que van a Rio de Janeiro, es también para todos nosotros y como tal debemos asumirlo, como un mandamiento más de Jesús “Id por todo el mundo y predicad el evangelio”.
Glorifiquen a Dios con sus vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre

jueves, 4 de julio de 2013

XIV-050 Seamos los Pobres de Dios


SEAMOS LOS POBRES DE DIOS.

Este es un deseo que surge del análisis de las Bienaventuranzas, o discurso del Sermón de la Montaña, como también se le conoce, allí Jesús nos dice: “Felices los que tienen el espíritu del pobre porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5, 1-3) Traducción que trae la Biblia Latinoamericana, mucho más comprensible para nosotros que la tradicional expresión “Los pobres de espíritu” que se prestaba mucho a interpretaciones encontradas, en realidad el significado que debe darse a la expresión de Jesús hay que separarlo de lo que conocemos como pobreza material que viene a ser la falta de cosas materiales, en cambio “los que tienen el espíritu del pobre” nos presenta la idea en forma más accesible a los hispano parlantes, se trata de ese espíritu de piedad, de acercarse a Dios en las necesidades, a pesar de la multiplicidad de problemas y confiar plenamente en su bondad.

Consideremos el entorno en que fue pronunciado este discurso, el pueblo de Israel de aquel entonces, un pueblo extremadamente pobre que había salido de varias situaciones de sometimiento o esclavitud y que entonces vivía la opresión del Imperio Romano, eran muy pocos los que habían podido enriquecerse bajo esas humillantes condiciones históricas por las que habían vivido, por eso el verdadero pueblo de Israel se podría decir que era un pueblo pobre, pero en medio de esta condición se presentan dos caminos, el de acercarse a Dios y confiar en El, o el de maldecir, endurecerse y envenenarse por su condición de pobre, es decir el camino de amar a los hermanos y tratar de compartir con ellos lo poco que se tiene que es el camino que señala Jesús, o el de odiar y actuar con egoísmo y exclusión.

El pueblo pobre al que Jesús se refiere es aquel que con toda humildad, en medio de sus múltiples carencias, se acerca a Dios, le abre su corazón y le muestra sus manos vacías, confía en Dios, al contrario de los ricos que confían en sí mismos y en sus riquezas materiales. Los Salmos cantan esa postura de ese pueblo que tiene su esperanza puesta en Dios y espera la llegada del Mesías que vendrá a salvarlo, es por eso que le abre confiadamente la puerta de su corazón a Jesús y la Iglesia cristiana que comienza a formarse en los primeros tiempos tiene su basamento sobre esa multitud de pobres  en el espíritu a quienes Jesús ofrece el Reino de los Cielos.

Seamos nosotros también los pobres de Dios, no por nuestra cuantía en recursos materiales, sino por tener el espíritu de aquellos pobres del pueblo de Israel que encontraron como camino a Jesús, sabemos que no tenemos méritos ante Dios, que no tenemos nada que darle en compensación a su inmenso amor, pero confiamos en su misericordia y nos entregamos plenamente a su voluntad. Pidámosle que abra nuestros oídos al llanto de aquellos que realmente sufren la pobreza material y que con ellos podamos compartir lo poco o mucho que podamos tener, y que alimente nuestra esperanza en que algún día el hambre pasará y podremos vivir en un mundo mejor.

Glorifiquemos a Dios con nuestra vida.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la Misa Dominical.

Oración Comunitaria: Solicita Ella Reyes Reimers por su hermano Raúl quien sufre de cáncer. Señor escucha nuestras súplicas y si es tu voluntad concédele la salud del cuerpo y del espíritu a este siervo tuyo, te lo pedimos en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. (Recemos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.)

lunes, 1 de julio de 2013

XIV-049 El ungido de Dios.


EL UNGIDO DE DIOS.

Siguiendo con el repaso del Catecismo de la Iglesia Católica, veamos lo que nos dice en los párrafos que van del 435 en adelante. Hemos conocido en una de nuestras meditaciones anteriores, los diversos nombres dados a Jesús, nuestro Salvador, y su significado. El nombre de Jesús es centro de toda la plegaria cristiana, fíjense que en todas las oraciones de la liturgia se dice al final “Por Cristo Nuestro Señor”  o “Por Nuestro Señor Jesucristo que contigo vive y reina…” y en nuestras oraciones ordinarias de cada día, el Ave María culmina con aquella frase que dice “y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús” y asimismo, nuestro Acto de Contrición comienza diciendo “Señor Mío Jesucristo, Dios y Hombre Verdadero, Creador y Redentor mío…”; por su parte muchos santos cristianos han muerto pronunciando el nombre de Jesús, como es el caso de Juana de Arco y más recientemente el Padre Pío de Pietralcina, como significando con ello que ese nombre concentra en sí mismo todo el contenido de nuestra creencia, de nuestras plegarias y de nuestro amor a Dios.

El nombre de “Cristo” viene del idioma griego y este a su vez del hebreo “Mesías” , con el significado de “ungido”. ¿Y qué significa ungido? Vamos a explicarlo partiendo de nuestras costumbres actuales, cuando un Padre de familia encomienda a un hijo una misión, por ejemplo que vaya en su nombre a dar un aviso a alguien que está lejano, lo bendice y le da un beso, es un gesto que no solo lo encomienda a Dios para que lo proteja sino que a la vez le da como autoridad para hacer lo que se le ha encomendado, esta costumbre viene de la antigüedad cuando a las personas se les daba una encomienda y la autoridad que le daba esa encomienda le untaba la frente con aceite, es decir le ungía, si la encomienda era muy importante este aceite debía ser un aceite previamente bendito y consagrado, tal era el caso de los reyes, los sacerdotes y los profetas, hoy en día todavía conservamos esta costumbre en la liturgia de la Iglesia cuando se unge a los niños en la frente con oleo sagrado durante la ceremonia del Bautismo, significando con ello la misión tan importante que la iglesia le ha encomendado.

Para el pueblo de Israel la misión más grande que Dios podría encomendar a una persona sería la de su propia liberación, así como durante la esclavitud de Egipto, Dios les envió a un Liberador que fue Moisés, ahora subyugados por el Imperio Romano, ellos esperaban que su liberación viniera de alguien ungido por Dios para conducirlos, esta figura que ya había sido anunciada por los profetas, era “el ungido” por antonomasia, en sus propias palabras el “Mesías” esperado por todos y que debía ser ungido por Dios.

Jesús cumplió la esperanza mesiánica del pueblo de Israel ya que fue ungido por el Espíritu Santo como sacerdote, profeta y rey. Recordemos el anuncio de los ángeles a los pastores de Belén: “Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor” (Lc 2, 11) y nos lo dice San Juan en el evangelio: él es “ a quien el Padre ha enviado y santificado” (Jn 10, 36). Jesús es el ungido de Dios.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo llene tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.