lunes, 29 de septiembre de 2008

IX-094 Y tú, ¿en quién crees?


Creo que un altísimo porcentaje de los lectores de esta página responderán que creen en Dios, hoy en día un gran número de personas en el mundo dicen creer en Dios, quizás un pequeño número de superdotados dirán que creen en ellos mismos y otros pocos dirán que no creen en nada.

Este mensaje va dirigido a los que respondan que creen en Dios, los que rezan de vez en cuando así: “Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible y en Jesucristo, su único hijo, Nuestro Señor…” Creer en Dios significa tener fe, esa oración es el símbolo de nuestra fe, pero ¿estarías tú dispuesto a defender esa fe?¿Cuántas veces lo has hecho? Frente a otras personas, frente a tus amigos, a tus vecinos, a los compañeros de oficina, es probable que me digas que no se ha presentado esa oportunidad, que cuando se presente tú defenderás tu fe. También el Apóstol San Pedro le dijo a Jesús en la última cena: “Aunque todos te nieguen, yo nunca te negaré” (Mc 14, 29) Pero la realidad fue otra, esa misma noche lo negó tres veces. Y tú, ¿Crees que tu fe es más fuerte que la de Pedro?.

La verdad es que la oportunidad si se ha presentado delante de nosotros y muchas veces, cuando alguien comete una falta contra las leyes de Dios, cuando alguien habla mal de la Iglesia o de sus representantes, cuando alguien confía más en su propia capacidad y sabiduría que en la ayuda de Dios, todos esos momentos son oportunidades, cuando alguien dice que no cree en las apariciones de la Virgen o no cree que Dios se pueda comunicar con personas escogidas, pero tú has callado, has tenido miedo de involucrarte en el asunto, has dicho para tus adentros, “eso no es asunto mío”, casi como Pilatos te has lavado las manos, entonces te pregunto: Y tú, ¿en quién crees?

Y ahora en el plano personal, ya no en el de las relaciones con los demás, sino en tu actitud como creyente: ¿Crees que existe la Divina Providencia? En otras palabras ¿confías en que Dios está siempre con nosotros y que no te abandona nunca? Entonces por qué te preocupa tanto la enfermedad, la falta de dinero, la escasez, la pobreza, ¿Tienes miedo de que mañana te pueda faltar el alimento o el vestido?¿Es esa tu fe? Y si eres de los que tienen buen trabajo y algunos medios de fortuna ¿Pones tu confianza en el dinero que tienes acumulado en el Banco?¿En tus propiedades?¿Te sientes seguro por eso? Cuan equivocado estás.

Necesitamos revisar nuestra fe, fortalecerla, confiar plenamente en Dios, en su Divina Providencia, en su amor infinito por la humanidad, somos sus hijos, El nos ha creado y está pendiente de cada uno de nosotros que somos para El únicos e irrepetibles, por lo tanto entreguémonos en sus manos confiadamente, démosle todo nuestro amor y podremos decir con propiedad: Yo Creo en Dios.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

viernes, 26 de septiembre de 2008

IX-093 La Crisis Mundial.


En un reciente mensaje de Internet que se refiere al llamado “Calentamiento Global”, se representa a la Tierra como una bola de helado que está sobre una barquilla y ha comenzado a derretirse, nada más parecido a la realidad que vive nuestro planeta en los actuales momentos. Ya en una reciente meditación hablábamos del distanciamiento y enfrentamiento entre los pueblos y naciones del mundo, de las guerras, tenemos por otra parte este problema de la polución que ha conducido al calentamiento global del globo terráqueo y al incremento de la frecuencia en los fenómenos naturales conocidos como huracanes con su secuela de destrucción y muerte y por si todo esto fuera poco ahora se presenta una crisis financiera en los Estados Unidos de Norteamérica que amenaza con arrastrar tras de si al mundo a una quiebra económica sin precedentes.

También en el terreno espiritual el mundo puede representarse de igual manera pues los valores espirituales, el amor a Dios y el respeto por sus leyes también están en crisis. El continente europeo que hace quinientos años trajo la evangelización a la América, está ahora en condiciones tan lamentables con respecto a su religiosidad que necesitaría ser re-evangelizado por misioneros americanos que todavía no los hay en número suficiente como para emprender esta tarea, si volteamos la mirada hacia el Norte vemos como la inmoralidad y la depravación ha llegado a límites insospechados, en tanto que en el lejano oriente ideologías anti-religiosas atropellan la dignidad de los representantes de la Iglesia de Cristo.

¿Qué significa todo esto? Recordemos las palabras proféticas de Jesús: “Aprendan esta lección de la higuera: Cuando están ya tiernas sus ramas y empiezan a brotar las hojas, ustedes saben que se acerca el verano. Asimismo, cuando ustedes noten todas estas cosas que les he dicho, sepan que el tiempo ya está cerca, a las puertas.” (Mt 24, 32-33). El Señor se refiere a su segunda venida y a las señales que le precederán y nos pide que estemos alertas, preparados, porque no sabemos ni el día ni la hora. Vamos pues a prepararnos, a estar alertas, con las lámparas encendidas y con aceite de repuesto, eso significa acercarnos a los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía con más frecuencia, a intensificar nuestras oraciones y meditaciones diarias y a entregar por completo nuestro corazón en manos de María Santísima para que los una a los corazones inmaculados de ella y de su amantísimo hijo, Nuestro Señor.

Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

IX-092 La Evaluación del Mensaje.

En nuestra meditación anterior hablábamos de la necesidad de seleccionar muy bien los mensajes que vamos a reenviar a nuestros amigos, para ello es necesario hacer una evaluación rápida desde nuestro punto de vista como “Cristianos de 24 horas”. Decíamos también que el mensaje reenviado representa para el que lo recibe una expresión de nuestra imagen, de nuestro parecer, de nuestro sentir físico y espiritual, por lo tanto el primer punto a evaluar debe ser este, preguntarnos si ese mensaje dice lo que yo quiero decir a mis amigos, no lo que otro dice y con lo cual yo no estoy de acuerdo, porque en ese caso habría que aclarar la situación con palabras adicionales al mensaje, diciendo mira esto es lo que piensa fulano con lo cual yo no estoy de acuerdo.

Todo mensaje tiene aspectos positivos y aspectos negativos, debemos examinarlos a la luz de nuestra religión, de los Mandamientos de la Ley de Dios y de nuestra propia ética. Son aspectos positivos: La reafirmación de la fe; el contenido de conocimientos basados en las sagradas escrituras; los aspectos culturales y educativos; los incentivos al patriotismo y al desarrollo del talento y del ingenio de la persona, y por sobre todo el respeto por la persona humana.

Por otro lado son aspectos negativos: Contenidos que niegan verdades de nuestra religión o que las ponen en duda; ataques directos o solapados a nuestra Iglesia o sus representantes; y especialmente aquellos que inducen a pensar en lograr algo por medio de la suerte, la adivinación, la brujería o la superchería. Un mensaje puede ser muy bonito, adornado con fotos y una bella música, pero si al final dice que debes enviarlo a un determinado número de personas para obtener un beneficio en los próximos días, pierde toda su hermosura, son cadenas que te inducen a hacer algo a veces solapadamente, te inducen a pensar que la voluntad de Dios puede ser manipulada por nosotros los hombres, con amenazas disimuladas o haciéndote creer que vas a caer en vergüenza delante de Dios por no hacerlo, por lo demás debemos rechazar de plano y en todos los casos, la vulgaridad y la grosería que empañan cualquier mensaje.

Hagamos pues que nuestros mensajes sean reflejo de lo que pensamos y sentimos, de nuestra fe en Dios y en las verdades que enseña nuestra Santa Madre Iglesia, de nuestro amor y veneración por Nuestra Madre Santísima, de nuestro amor al prójimo y de la cultura y educación que tenemos.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

lunes, 22 de septiembre de 2008

IX-091 Cristianos en Correo Electrónico.



El Cristiano tiene que ser cristiano durante las veinticuatro horas del día y todos los días del año, no seamos como aquellos que se dicen cristianos porque van a misa los domingos y luego durante la semana no recuerdan ni practican lo aconsejado por el celebrante en la homilía dominical. Les digo esto porque muchos al practicar la mensajería por este medio, el Correo Electrónico, parecen olvidarse completamente de su religión, como si se tratara de algo que no tiene nada que ver con lo otro, no debe ser así, uno de nuestros principales deberes como cristianos es el apostolado, la evangelización y ya hemos dicho en otras meditaciones que esto no se trata de pararse a hablar en una esquina y dar un mitin público, sino que la base de la predicación es el ejemplo, nuestro comportamiento, con firmeza y con responsabilidad.


También debemos tomar en cuenta el cumplimiento del Mandamiento de Dios de amar al prójimo como a nosotros mismos, de allí que no bastaría con borrar de nuestro computador aquellos mensajes que consideramos anti-cristianos o perjudiciales para la salud espiritual del que los lee, es necesario que vayamos a la raíz del problema, al que nos envió el mensaje y le hagamos ver que no está actuando como buen cristiano al enviar ese tipo de correo. Se trata de un hermano nuestro que está cayendo en pecado y nuestro deber es ayudarlo, tener compasión de él.


Por nuestra parte debemos seleccionar muy bien los mensajes que vamos a reenviar a nuestros amigos, porque ellos nos muestran a nosotros aunque no hayan sido elaborados por nosotros mismos. Por ejemplo, vamos a trasladarnos a la casa del que recibe el mensaje ¿qué es lo primero que dice? –Mira lo que me envió fulano y eso que él es católico. Es decir que no va a tomar en cuenta quien fue el que originó el mensaje, sino que asume que es tuyo, de quien se lo envió a él. Nuestros mensajes por lo tanto nos presentan a nosotros ante los ojos de los demás, debemos escogerlos de tal manera que esta representación sea fiel reflejo de nuestro propio modo de pensar.


¿Qué elementos debemos tomar en cuenta a la hora de evaluar un mensaje? Este tema es más extenso, por lo que le dedicaremos otra meditación, por lo pronto recuerda que lo que envíes por correo electrónico a tus amigos es en realidad un mensaje personal y si eres cristiano no debe infringir las leyes de tu iglesia y los mandamientos de la ley de Dios, porque el mensaje es un reflejo de lo que tú piensas y de lo que tú quieres que los demás piensen, procuremos que sea un reflejo del amor a Dios y del amor a nuestros prójimos.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

viernes, 19 de septiembre de 2008

IX-090 La Reconciliación.

Hoy más que nunca cobra mayor vigencia la advocación asumida por la Santísima Virgen durante sus apariciones en Betania, Venezuela, en las décadas de los 70 y de los 80 como María Virgen y Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones. Bastaría con leer la prensa, de cualquier país del mundo, para darnos cuenta de la enemistad que se está cada día acrecentando entre los pueblos y naciones del mundo, por razones económicas, sociales, políticas y de la más diversa índole, vemos enfrentamientos entre Estados Unidos e Irak, o con Afganistán, con Irán, bloqueo a Cuba, problemas en Georgia y la Unión Soviética, problemas entre los Chinos y los Tibetanos, guerrillas internas, crisis diplomática entre países hermanos, países que amenazan a los demás ejercitando sus fuerzas militares con demostraciones de armas espectaculares, con desfiles multitudinarios y pare de contar.

La reconciliación puede interpretarse de muchas maneras y es en todo caso recomendable pues ella significa la búsqueda de la paz y de la amistad, bien sea que se trate de las personas entre si o de las personas con Dios, pero en este caso la Virgen ha sido suficientemente específica al señalar que se estaba refiriendo a los Pueblos y a las Naciones, lo que de paso le da una concepción universal a los acontecimientos ocurridos en Betania y que la Iglesia ha reconocido como de carácter sobrenatural, según la pastoral emitida por el Obispo de la Diócesis de Los Teques a cuya jurisdicción corresponde el sitio de las apariciones milagrosas.

La Madre de Dios muestra su preocupación por la humanidad, por toda la Creación, ella es todo amor y quiere que sus hijos cumplan el mandamiento de Jesús “Amaos los unos a los otros”, no quiere que ninguno de sus hijos se pierda, como el pastor de la parábola se preocupa más por la oveja descarriada que por las noventa y nueve que permanecen en el rebaño.

¿Qué nos pide la Virgen en Betania? “Orad…meditad…y alimentaos con el pan eucarístico que da vida sobrenatural,,,y comportaos como lo que sois: almas fuertes…sanas y robustas…para combatir con las armas del amor…ya que es el amor, por lo cual vosotros vais a penetrar en los corazones..” Ella nos pide pureza de intención…humildad…sencillez y obediencia de la responsabilidad contraída con el Señor…sus leyes y doctrina …¡La promesa de mantenernos en el recto camino de los inocentes!

Vamos pues a confiar en nuestra Madre del Cielo, ella está con nosotros, vamos a seguir sus consejos y no nos dejemos atropellar por el miedo y la desesperanza, en la búsqueda de un mundo mejor demos ejemplo de confraternidad y de hermandad y vivamos el amor que nuestro Padre nos pide.

Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.


miércoles, 17 de septiembre de 2008

IX-089 Un momento para Dios.


Después de este breve intervalo de vacaciones, volvemos con nuestros Temas para Meditar, esperando que sean de provecho espiritual para todos ustedes mis queridos amigos, reciban un saludo muy cordial de mi parte.

Quiero invitarles en esta meditación a tener diariamente “Un momento para Dios”, así como en alguna oportunidad les recomendé tener en sus casas un espacio para El, un pequeño altarcito, un sitio en el cual podamos poner nuestras imágenes más queridas, los recuerdos recibidos en actos litúrgicos o en la participación en sacramentos, para detenernos aunque sea brevemente a orar o a encomendarnos, hoy les quiero incitar a disponer cada día de un espacio en nuestro corazón, en nuestro tiempo, para dedicarlo al Señor, para meditar, para estar junto a El, lo cual prácticamente es un gran regalo que nos hacemos nosotros mismos porque no puede haber mejor regalo que pasar unos minutos junto a Jesús o a su Santísima Madre.

Dios nos ama con ternura infinita: “¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Unico, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16). Piensa en ese momento que le dedicas a El, que eres amado a pesar de tus heridas y de tus pecados, piensa que Dios te está bendiciendo porque te ama. Haz empequeñecer tus preocupaciones, ya que ningún mal puede amenazarte teniendo contigo el poder del amor de Dios. Puedes hacer una oración, pero luego guarda silencio, piensa solamente que estás junto a El, que le estas de alguna manera retribuyendo aunque sea una partecita de ese gran amor que ha derramado sobre ti, siente el calor de su cercanía, siente que dependes sólo de El que tu fe se hace más fuerte, más sólida porque El está a tu lado.

La vida diaria, la calle, el trabajo, el bullicio, las noticias, son como un desierto por el que caminamos casi como obligados, sufriendo los ardores de un sol inclemente que nos hace sudar y que nos agota y nos desespera.
Nuestro momento con Dios viene a ser como un oasis en medio de ese desierto, en el cual nos detenemos a beber en la fuente de la vida, en la fuente de la salvación y es el propio Jesús quien nos ofrece un agua fresca que sacia nuestra sed y nos alienta para seguir adelante, pero ahora con entusiasmo, con alegría, con esperanza en un mañana mejor.

Hagamos el esfuerzo y tengamos este momento con Dios cada día. El Señor se va a sentir muy feliz y nosotros nos habremos hecho el mejor regalo del día.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.