miércoles, 14 de mayo de 2008

IX-049 La Preocupación por lo Superficial.

Yo se que este comentario que voy a hacer puede levantar polémica y desde ya veo las respuestas de ustedes y las posibles reacciones, pero me siento inspirado a hablar sobre ello aunque levante algunas ronchas. Tómenlo como debe ser, como un Tema para Meditar, cada quien piense en su situación personal, no en la de los demás, y hágase un análisis de si mismo y con toda sinceridad tome los correctivos que crea necesarios.

Estamos propensos a preocuparnos por lo superficial, nos atrae el aspecto exterior de las cosas, su apariencia, su sensacionalismo, la parte digamos esotérica, lo que tiene que ver con la predicción del futuro, saber que es lo que va a pasar y preocuparnos por eso aún cuando en el fondo sabemos que no está en nuestras manos cambiarlo sea o no sea verdad. Y dejamos olvidado el fondo verdadero de las cosas, la sustancia, lo básico, lo esencial, preferimos irnos por las ramas y olvidarnos del tronco y de las raíces.

El ejemplo que les voy a poner lo tenemos muy cerca, ayer se celebró en todo el mundo el aniversario de las apariciones de la Virgen Santísima en Fátima, Portugal, hecho ocurrido hace 91 años y creo que tristemente el mundo no ha asimilado todavía a estas alturas, el mensaje que nos vino a traer la Virgen con toda sencillez y de un modo tan comprensible que hasta unos niños pudieron entenderlo. ¿Por qué? Porque nos hemos ido solamente a lo superficial, los correos que circulan en Internet profusamente sobre Fátima solo hablan del “Tercer Secreto”, de si la Iglesia lo ha revelado o no, con versiones alejadas de la realidad que los que gustan de atizar el fuego le van añadiendo uno que otro leño para verlo arder. Otros hablan de la Virgen de Fátima y dicen: Ay que bella y que lindos los pastorcitos y la hermana Lucía ya se murió y los secretos y esto y lo otro, pero del fondo del asunto, del motivo de esa Misión tan hermosa que Dios encomendó a la Santísima Virgen, para que viniera desde el Cielo a la Tierra para traer ese mensaje a la humanidad, de eso nadie habla y algunos hasta ni se habrán enterado.

El mensaje de la Virgen es muy simple y contiene tres aspectos fundamentales: 1) Conversión; 2) Penitencia y 3) Oración. La Virgen está angustiada y dolida por el curso que ha tomado el mundo, alejándose cada vez más de Dios, ideando cada día nuevas formas de ofenderle, adentrándose en el pecado y perdiendo el sentido de lo bueno y de lo malo, justificando lo malo como simples errores o forma de ser de cada quien. El mundo necesita volver a Dios para salvarse, vayamos a lo sustancial del mensaje, al contenido no al continente, vayamos adentro no nos quedemos preocupándonos por lo superficial.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

lunes, 12 de mayo de 2008

IX-048 Consagrarse a María.


El mes de Mayo es un mes primordialmente mariano, dedicado a venerar a la Santísima Virgen, Reina de todo lo creado; mañana por ejemplo, es un gran día en el que la Iglesia recuerda las apariciones de la Virgen, que es vida y esperanza nuestra, a los tres pastorcitos de Fátima, trayendo al mundo un mensaje de conversión y de penitencia. En un lenguaje sencillo, simple y a la vez lleno de tesoros, la Santísima Virgen, toda llena de gracia, se dirige a unos niños y por su intermedio a toda la humanidad, para pedir oración, para que oremos con ella y ella con nosotros por los problemas del mundo y por las almas del purgatorio.

Seguramente ayer, en el Día de la Madre, ella estaba muy alegre al verse reflejada en el amor de todos sus hijos que adoptó desde aquel momento crucial a los pies de la cruz. Desde entonces, ella se entristece con nuestras penas y se alegra en nuestros momentos de felicidad, se preocupa junto con nosotros en nuestros días difíciles y procura la solución de nuestros problemas como procuró en la Bodas de Caná el vino que haría felices a los novios. Ella está dedicada a nosotros a tiempo completo, a escuchar nuestras plegarias y llevarlas, como Madre amantísima, a los pies del Señor. ¿De qué manera podemos nosotros corresponder a esta dedicación?

Consagrándonos a ella, dedicándonos también a corresponderle con nuestro amor sincero y total, haciéndonos “Todo suyos”. Abandonándonos en sus brazos maternales, ella es nuestra madre amorosa que cuidará de nosotros, por ella vino al mundo la salvación de los hombres, la redención de la humanidad, en ninguna otra parte estaremos más seguros que cobijados bajo su manto.

Vamos a rezar esta oración de consagración a la santísima Virgen María:
“O Señora mía, O Madre mía, yo me ofrezco enteramente a vos. Y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, O Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.”

Cuando nos consagramos a María estamos consagrándonos al Señor, aquel que dio su vida por nosotros y elevó su oración al Padre diciendo: “Conságralos mediante la verdad: tu palabra es verdad. Así como tú me has enviado al mundo, así yo también los envío al mundo; por ellos ofrezco el sacrificio, para que también ellos sean consagrados en la verdad.” (Jn 17, 17-19).

Vayamos unidos, junto a María, junto a nuestra Iglesia, junto a la verdad, mediante esta consagración, confiados en el amor misericordioso de Jesús, su divino Hijo.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

viernes, 9 de mayo de 2008

IX-047 La Venida del Espíritu Santo.


Como decíamos en nuestra meditación del pasado lunes, el próximo domingo nos recuerda la Iglesia la Venida del Espíritu Santo sobre el Colegio Apostólico. No se trata de que en esa fecha naciera el Espíritu Santo, ni que esa fuera su primera actuación en la tierra, ya que el Espíritu Santo forma parte de ese gran misterio de nuestra fe que es la Santísima Trinidad, son tres personas y un solo Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, que han existido desde toda la eternidad, no tratemos de explicarlo con nuestro escaso razonamiento que precisamente por eso es un gran misterio, simplemente aceptemos que ellos están unidos de tal manera que forman un solo Dios verdadero en el cual nosotros creemos, pero que puede manifestarse en cualquiera de sus tres divinas personas, así leemos en la Biblia como Dios Padre habla a Moisés y a los Profetas, luego, en la plenitud de los tiempos, envía su Hijo Jesús para nuestra salvación y para explicarnos muchas de estas verdades que nos revelan la identidad de nuestro Dios, de cómo el Espíritu Santo inspira y cuida de Nuestro Señor Jesucristo durante los momentos mas importantes de su vida, lo hace nacer en el vientre de María, lo hace crecer en gracia, lo impulsa al Jordán para su bautismo, lo lleva al desierto para enfrentar los peligros que allí le sobrevienen y está constantemente animando su misión. Al mismo tiempo lo vemos actuar sobre otras personas como por ejemplo en el caso de Santa Isabel, prima de María, o en el de Simeón, el sacerdote del Templo.

De manera pues que al Espíritu Santo lo sabemos actuando desde antes del nacimiento de Jesús y durante toda su vida terrenal, pero una vez concluida la misión del Señor, él nos lo envía como regalo de Pascua, para que nos de la fuerza y la sabiduría necesarias para la gran empresa de la evangelización que Jesús nos encomienda a todos: “Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan. Ustedes son testigos de todo esto.” (Lc 24, 47).
El Espíritu Santo es capaz de encender en nuestros corazones el fuego del Divino amor, invoquémosle en nuestros momentos de oración, pidámosle a él que ilumine nuestra mente en los momentos decisivos de nuestra vida, que consuele y alivie nuestras penas y las de nuestros prójimos, que lave nuestras manchas y purifique nuestras almas, que nos enrumbe por el buen camino y nos de los méritos de la virtud y la perseverancia para poder llegar algún día a la gloria eterna, que es lo que deseo para todos ustedes con mi mayor sinceridad.

El próximo domingo será también el Día de las Madres, mi felicitación para todas las lectoras que tienen la dicha de ser madres y el deseo porque tengan un día muy feliz al lado de sus respectivas familias. A mis manos ha llegado el programa de actuaciones de la Coral Betania para los próximos días, de allí me permito recomendarles la del Martes 13, Día de Nuestra Señora de Fátima que será en Betania y luego el Domingo 18 en la Iglesia Santa María de la ciudad de Los Teques, capital del Estado Miranda.

Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.

miércoles, 7 de mayo de 2008

IX-046 Beata María de San José.


Hoy celebra la Iglesia el día de la Beata María de San José, religiosa Agustina, quien fuera la primera santa venezolana elevada a los altares.

Su nombre de pila era Laura Evangelista Alvarado Cardozo y nació en el pueblo de Choroní, el 25 de abril de 1.875 y falleció en la ciudad de Maracay, capital del Estado Aragua, el 2 de abril de 1.967, pocos días antes de cumplir los 92 años de existencia.

La Beata María de San José es un gran ejemplo de virtudes, de perseverancia, de humildad y de amor a Dios y a la Santísima Virgen que debemos tener presente en nuestras vidas. Aquella mujer menudita que nació y creció en medio de la pobreza y que fue capaz de fundar la congregación de las Hermanas Agustinas Recoletas del Sagrado Corazón de Jesús, una de las principales instituciones de ayuda a los enfermos y necesitados del país con decenas de Colegios y de Asilos dispersos por todos los rincones del territorio nacional.

La Madre María de San José expresa su gran amor por la Santísima Virgen en las siguientes palabras: “Virgen Santísima, ¿cuándo tendré la dicha de verte en la plenitud de tu hermosura? ¿Cuándo tendré la dicha de poseerte en el cielo? Me parece a mi Jesús que me dice: Hija mía, ¿no soy yo tu cielo? Que más cielo que yo mismo en el sacramento de mi amor.” “Amada Madre mía, tú sabes todo lo que siente mi alma al oír: y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros. Es grande, muy grande lo que siento. ¡Cuan grande es este misterio! Mi alma se llena toda de él. ¡Oh misterio admirable, tu llenas toda mi alma! Estos dos misterios: Encarnación y Eucaristía, son los encantos de mi vida. Tú fuiste Madre adorada, el primer tabernáculo, donde estuvo el muy encantador y dulcísimo Jesús.”

Dieciséis años después de su partida al cielo se abrió la causa de canonización y en 1992 se promulgó en Roma el decreto de heroicidad de sus virtudes, en 1994 se procede a la exhumación de sus restos, en presencia del tribunal eclesiástico se abre la tumba y ante el asombro de todos su cuerpo aparece incorrupto, aunque la urna ha sido arruinada por la humedad.

En el centro de Maracay, en la capilla de las Hermanas Agustinas, está expuesto su cuerpo en un sarcófago de cristal y miles de personas desfilan diariamente ante él, llevándole sus súplicas y plegarias a aquella mujer que fue instrumento del poder de Dios para realizar sus maravillas en la tierra.

Vamos a pedir la intercesión de la Madre María de San José para que ruegue por nosotros ante la Santísima Virgen por la salud y la recuperación de la Sra. Blanca y que el Señor que todo lo puede la bendiga y le de la fuerza y la voluntad para servirle y cantar su gloria. (Recemos un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.)

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

viernes, 2 de mayo de 2008

IX-044 Mayo, mes de las flores, mes de María.

El mes de Mayo que está comenzando, es un mes lleno de gracias y bellezas para todos nosotros, es el mes de las flores porque comienza la primavera, la naturaleza vuelve a mostrar la vida, los colores, los perfumes y conforma los paisajes que nos ha regalado Dios, es el mes de la Cruz, aquel árbol que era instrumento de tormento y de muerte hasta que el Señor de los Señores murió en ella y la convirtió en Cruz gloriosa, cruz de alegría y de esperanza para el cristiano, es el mes de la Madre, aquella mujer que por amor nos llevó en su vientre y nos mostró la luz de este mundo, que nos enseñó a caminar y a balbucear palabras y que sigue unida a nosotros por toda la vida, pero por sobre todo Mayo es el mes de María, de la Madre del Redentor, la mujer de la espera, de la obediencia, del seguimiento de la palabra, del dolor del Calvario, y del consuelo de los apóstoles, la Madre que heredamos al pie de la Cruz, la que nunca nos abandona, la que nos guía y nos corrige para que no perdamos el camino, para que nos salvemos.

¿Qué podemos hacer por María en Mayo, en su mes? El mejor regalo que podemos ofrecerle es la oración, en especial el rezo del Santo Rosario, que es como un ramillete de flores de bellos colores y que ella va a recibir con el mismo agrado con que nuestra madre terrenal recibe nuestros obsequios en su día. También podemos ofrecerle nuestro seguimiento a su ejemplo de virtudes, nuestro amor de corazón, y especialmente nuestras obras, dando a conocer a su Hijo entre aquellos que no lo conocen o que se sienten fríos e indiferentes para motivarlos, incentivarlos y estimularlos, dando ejemplos de vida y de comportamiento entre los miembros de nuestra familia, los vecinos y entre los compañeros de trabajo.

Recordemos que María fue testigo de todas las obras del Señor durante sus treinta y tres años sobre la tierra y que ahora ella sigue a su lado como lo estuvo en vida y estará a su lado en el Cielo al momento de nuestro juicio, para interceder por nosotros si hemos sido fieles al amor de Jesús, si hemos seguido sus mandamientos y si le hemos dado glorias y alabanzas por la misericordia que tuvo con la humanidad. Pero que triste sería si sucediera lo contrario, si por negligencia nuestra hubiéramos olvidado aquellos favores del que dio su vida por nuestra salvación y lo hubiésemos despreciado y desechado, sustituyéndole por falsos dioses, no podríamos esperar su intercesión, ¿cómo podríamos justificar nuestra ingratitud?¿Qué podríamos decirle a la Virgen?¿Qué podríamos decirle a Jesús?

Aprovechemos este mes de Mayo para agradar a nuestra Madre del Cielo, besando sus manos y sus pies, bañándolos con nuestras lágrimas de arrepentimiento, endulzando sus oídos con nuestras oraciones, satisfaciendo su Corazón Inmaculado con nuestras obras y nuestras virtudes, para que en aquel momento supremo de encontrarnos cara a cara con Jesús, él nos diga: “Mi Madre me ha hablado muy bien de ti”.Se los deseo a todos con la mayor sinceridad.

Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.