miércoles, 7 de mayo de 2008

IX-046 Beata María de San José.


Hoy celebra la Iglesia el día de la Beata María de San José, religiosa Agustina, quien fuera la primera santa venezolana elevada a los altares.

Su nombre de pila era Laura Evangelista Alvarado Cardozo y nació en el pueblo de Choroní, el 25 de abril de 1.875 y falleció en la ciudad de Maracay, capital del Estado Aragua, el 2 de abril de 1.967, pocos días antes de cumplir los 92 años de existencia.

La Beata María de San José es un gran ejemplo de virtudes, de perseverancia, de humildad y de amor a Dios y a la Santísima Virgen que debemos tener presente en nuestras vidas. Aquella mujer menudita que nació y creció en medio de la pobreza y que fue capaz de fundar la congregación de las Hermanas Agustinas Recoletas del Sagrado Corazón de Jesús, una de las principales instituciones de ayuda a los enfermos y necesitados del país con decenas de Colegios y de Asilos dispersos por todos los rincones del territorio nacional.

La Madre María de San José expresa su gran amor por la Santísima Virgen en las siguientes palabras: “Virgen Santísima, ¿cuándo tendré la dicha de verte en la plenitud de tu hermosura? ¿Cuándo tendré la dicha de poseerte en el cielo? Me parece a mi Jesús que me dice: Hija mía, ¿no soy yo tu cielo? Que más cielo que yo mismo en el sacramento de mi amor.” “Amada Madre mía, tú sabes todo lo que siente mi alma al oír: y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros. Es grande, muy grande lo que siento. ¡Cuan grande es este misterio! Mi alma se llena toda de él. ¡Oh misterio admirable, tu llenas toda mi alma! Estos dos misterios: Encarnación y Eucaristía, son los encantos de mi vida. Tú fuiste Madre adorada, el primer tabernáculo, donde estuvo el muy encantador y dulcísimo Jesús.”

Dieciséis años después de su partida al cielo se abrió la causa de canonización y en 1992 se promulgó en Roma el decreto de heroicidad de sus virtudes, en 1994 se procede a la exhumación de sus restos, en presencia del tribunal eclesiástico se abre la tumba y ante el asombro de todos su cuerpo aparece incorrupto, aunque la urna ha sido arruinada por la humedad.

En el centro de Maracay, en la capilla de las Hermanas Agustinas, está expuesto su cuerpo en un sarcófago de cristal y miles de personas desfilan diariamente ante él, llevándole sus súplicas y plegarias a aquella mujer que fue instrumento del poder de Dios para realizar sus maravillas en la tierra.

Vamos a pedir la intercesión de la Madre María de San José para que ruegue por nosotros ante la Santísima Virgen por la salud y la recuperación de la Sra. Blanca y que el Señor que todo lo puede la bendiga y le de la fuerza y la voluntad para servirle y cantar su gloria. (Recemos un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.)

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

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