El mes de Mayo que está comenzando, es un mes lleno de gracias y bellezas para todos nosotros, es el mes de las flores porque comienza la primavera, la naturaleza vuelve a mostrar la vida, los colores, los perfumes y conforma los paisajes que nos ha regalado Dios, es el mes de la Cruz, aquel árbol que era instrumento de tormento y de muerte hasta que el Señor de los Señores murió en ella y la convirtió en Cruz gloriosa, cruz de alegría y de esperanza para el cristiano, es el mes de la Madre, aquella mujer que por amor nos llevó en su vientre y nos mostró la luz de este mundo, que nos enseñó a caminar y a balbucear palabras y que sigue unida a nosotros por toda la vida, pero por sobre todo Mayo es el mes de María, de la Madre del Redentor, la mujer de la espera, de la obediencia, del seguimiento de la palabra, del dolor del Calvario, y del consuelo de los apóstoles, la Madre que heredamos al pie de la Cruz, la que nunca nos abandona, la que nos guía y nos corrige para que no perdamos el camino, para que nos salvemos.
¿Qué podemos hacer por María en Mayo, en su mes? El mejor regalo que podemos ofrecerle es la oración, en especial el rezo del Santo Rosario, que es como un ramillete de flores de bellos colores y que ella va a recibir con el mismo agrado con que nuestra madre terrenal recibe nuestros obsequios en su día. También podemos ofrecerle nuestro seguimiento a su ejemplo de virtudes, nuestro amor de corazón, y especialmente nuestras obras, dando a conocer a su Hijo entre aquellos que no lo conocen o que se sienten fríos e indiferentes para motivarlos, incentivarlos y estimularlos, dando ejemplos de vida y de comportamiento entre los miembros de nuestra familia, los vecinos y entre los compañeros de trabajo.
Aprovechemos este mes de Mayo para agradar a nuestra Madre del Cielo, besando sus manos y sus pies, bañándolos con nuestras lágrimas de arrepentimiento, endulzando sus oídos con nuestras oraciones, satisfaciendo su Corazón Inmaculado con nuestras obras y nuestras virtudes, para que en aquel momento supremo de encontrarnos cara a cara con Jesús, él nos diga: “Mi Madre me ha hablado muy bien de ti”.Se los deseo a todos con la mayor sinceridad.
Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.
¿Qué podemos hacer por María en Mayo, en su mes? El mejor regalo que podemos ofrecerle es la oración, en especial el rezo del Santo Rosario, que es como un ramillete de flores de bellos colores y que ella va a recibir con el mismo agrado con que nuestra madre terrenal recibe nuestros obsequios en su día. También podemos ofrecerle nuestro seguimiento a su ejemplo de virtudes, nuestro amor de corazón, y especialmente nuestras obras, dando a conocer a su Hijo entre aquellos que no lo conocen o que se sienten fríos e indiferentes para motivarlos, incentivarlos y estimularlos, dando ejemplos de vida y de comportamiento entre los miembros de nuestra familia, los vecinos y entre los compañeros de trabajo.
Recordemos que María fue testigo de todas las obras del Señor durante sus treinta y tres años sobre la tierra y que ahora ella sigue a su lado como lo estuvo en vida y estará a su lado en el Cielo al momento de nuestro juicio, para interceder por nosotros si hemos sido fieles al amor de Jesús, si hemos seguido sus mandamientos y si le hemos dado glorias y alabanzas por la misericordia que tuvo con la humanidad. Pero que triste sería si sucediera lo contrario, si por negligencia nuestra hubiéramos olvidado aquellos favores del que dio su vida por nuestra salvación y lo hubiésemos despreciado y desechado, sustituyéndole por falsos dioses, no podríamos esperar su intercesión, ¿cómo podríamos justificar nuestra ingratitud?¿Qué podríamos decirle a la Virgen?¿Qué podríamos decirle a Jesús?
Aprovechemos este mes de Mayo para agradar a nuestra Madre del Cielo, besando sus manos y sus pies, bañándolos con nuestras lágrimas de arrepentimiento, endulzando sus oídos con nuestras oraciones, satisfaciendo su Corazón Inmaculado con nuestras obras y nuestras virtudes, para que en aquel momento supremo de encontrarnos cara a cara con Jesús, él nos diga: “Mi Madre me ha hablado muy bien de ti”.Se los deseo a todos con la mayor sinceridad.
Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.
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