viernes, 19 de septiembre de 2008

IX-090 La Reconciliación.

Hoy más que nunca cobra mayor vigencia la advocación asumida por la Santísima Virgen durante sus apariciones en Betania, Venezuela, en las décadas de los 70 y de los 80 como María Virgen y Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones. Bastaría con leer la prensa, de cualquier país del mundo, para darnos cuenta de la enemistad que se está cada día acrecentando entre los pueblos y naciones del mundo, por razones económicas, sociales, políticas y de la más diversa índole, vemos enfrentamientos entre Estados Unidos e Irak, o con Afganistán, con Irán, bloqueo a Cuba, problemas en Georgia y la Unión Soviética, problemas entre los Chinos y los Tibetanos, guerrillas internas, crisis diplomática entre países hermanos, países que amenazan a los demás ejercitando sus fuerzas militares con demostraciones de armas espectaculares, con desfiles multitudinarios y pare de contar.

La reconciliación puede interpretarse de muchas maneras y es en todo caso recomendable pues ella significa la búsqueda de la paz y de la amistad, bien sea que se trate de las personas entre si o de las personas con Dios, pero en este caso la Virgen ha sido suficientemente específica al señalar que se estaba refiriendo a los Pueblos y a las Naciones, lo que de paso le da una concepción universal a los acontecimientos ocurridos en Betania y que la Iglesia ha reconocido como de carácter sobrenatural, según la pastoral emitida por el Obispo de la Diócesis de Los Teques a cuya jurisdicción corresponde el sitio de las apariciones milagrosas.

La Madre de Dios muestra su preocupación por la humanidad, por toda la Creación, ella es todo amor y quiere que sus hijos cumplan el mandamiento de Jesús “Amaos los unos a los otros”, no quiere que ninguno de sus hijos se pierda, como el pastor de la parábola se preocupa más por la oveja descarriada que por las noventa y nueve que permanecen en el rebaño.

¿Qué nos pide la Virgen en Betania? “Orad…meditad…y alimentaos con el pan eucarístico que da vida sobrenatural,,,y comportaos como lo que sois: almas fuertes…sanas y robustas…para combatir con las armas del amor…ya que es el amor, por lo cual vosotros vais a penetrar en los corazones..” Ella nos pide pureza de intención…humildad…sencillez y obediencia de la responsabilidad contraída con el Señor…sus leyes y doctrina …¡La promesa de mantenernos en el recto camino de los inocentes!

Vamos pues a confiar en nuestra Madre del Cielo, ella está con nosotros, vamos a seguir sus consejos y no nos dejemos atropellar por el miedo y la desesperanza, en la búsqueda de un mundo mejor demos ejemplo de confraternidad y de hermandad y vivamos el amor que nuestro Padre nos pide.

Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.


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