jueves, 16 de julio de 2009

X-062 Seres responsables


Antes de entrar en la meditación de hoy quisiera pedirles excusas por la interrupción de casi veinte días en el envío de estos correos, lo cual se debió a problemas técnicos en nuestro computador, los que, gracias a Dios, hemos podido superar. Posiblemente alguna correspondencia de ustedes les fue devuelta por estar copado nuestro buzón, por lo que agradecemos reenviarla, especialmente aquellas en las que se solicita Oración Comunitaria.


Les invito a meditar hoy sobre nuestro propio nivel de responsabilidad, Dios nos quiere “Seres Responsables”, esto quiere decir que seamos capaces de responder por nuestros actos y que esos actos se correspondan con la misión que el mismo Dios nos ha encomendado en esta vida. Recordemos la parábola de los talentos, a cada quien se le pedirá cuenta de acuerdo a los dones que se le hayan dado, esas gracias que hemos recibido de Dios y que no son simplemente para contemplarlas y solazarnos en ellas, sino para compartirlas y procurar por medio de ellas el bien y la salvación de nuestros semejantes.


Nuestra primera responsabilidad como seguidores de Cristo es la evangelización, es decir llevar su evangelio a la comprensión y aceptación de aquellos que lo ignoran y esto, como lo hemos dicho muchas veces, se logra fundamentalmente con el ejemplo, con nuestro comportamiento, en forma natural, espontánea, seamos honrados, justos, bondadosos, sirviendo a Dios y a nuestra Iglesia.


La responsabilidad comienza por el trato con los seres más cercanos, con nuestra familia, cumpliendo con ellos, dándoles buen ejemplo y a la vez corrigiéndoles cuando veamos que no piensan o viven conforme a los mandatos de Dios, todo esto sin insultar y sin ofender, dejando en claro que cada quien es responsable de sus actos y del ejercicio de su libre albedrío. En nuestro trabajo, en la posición que Dios nos ha dado, sea como jefes o como empleados, practicando las virtudes, dejando de lado la malicia y la envidia, tratando a los demás de la misma manera como quisiéramos ser tratados, dejándoles ver que todo lo hacemos por amor a Dios y en esa forma como dice Pablo en su carta a Tito: “así atraerán elogios sobre la doctrina de Dios, nuestro Salvador” (Ti 2, 10).


Hagamos pues nuestra reflexión interior de hoy sobre nuestro ejercicio de la responsabilidad y sobre la forma en que podemos corregir nuestras fallas para ser cada día mejores cristianos y seres responsables.


Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.

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