viernes, 20 de abril de 2012
XIII-034 Alabemos al Señor, Nuestro Dios
miércoles, 18 de abril de 2012
XIII-033 Betania, Luz del Mundo.
lunes, 16 de abril de 2012
XIII-032 Los Pecados de Omisión
viernes, 13 de abril de 2012
XIII-031 Vivamos Vida Cristiana
miércoles, 11 de abril de 2012
XIII-030 Provechos de la Semana Mayor
PROVECHOS DE LA SEMANA MAYOR.
Es tiempo de Meditación, ahora que han pasado los días de la Semana Mayor, podemos preguntarnos ¿Qué provechos trajo para mí la Semana Mayor de este año 2012..? Desde luego que no nos estamos refiriendo a provechos materiales, es probable que algunos comerciantes vendedores de productos propios de esos días, como se dice popularmente hayan hecho su agosto y en cambio tal vez otros que debieron cerrar para dar asueto a su personal hayan sufrido alguna disminución en sus ingresos, dejemos eso de lado, vamos a evaluarnos espiritualmente, cada uno en particular, de acuerdo a la manera como vivió la Semana Santa, bien sea en su casa, en la visita a Santuarios y Templos, o en lugares vacacionales, ¿sientes que tu espíritu sacó provecho de esos días?
El hombre busca contantemente la verdad y la dicha, busca su felicidad desde su nacimiento, cuando es bebé la encuentra en brazos de su madre al ser amamantado con la leche materna o al ser arrullado y acariciado, más adelante cree obtenerla en los juegos y en los deportes, en el aprendizaje y los estudios, y ya maduro la busca en los negocios, en la política, en los amores mundanos, sin embargo, “El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios.” (Cat 27)
Por ello mientras el hombre no haya encontrado a Dios y no se acerque a El, no habrá hallado la verdadera felicidad.
Como nos dice San Pablo: “Habiendo sacado de un solo tronco toda la raza humana, quiso que se estableciera sobre toda la faz de la tierra, y fijó para cada pueblo cierto lugar y cierto momento de la historia. Habían de buscar por sí mismos a Dios, aunque fuera a tientas; tal vez lo encontrarían. En realidad no está lejos de cada uno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos…” ( Hch 17, 26-28)
Lamentablemente, el hombre en esa búsqueda de la felicidad a tientas, en lugar de acercarse se separa de la unión íntima y vital con Dios y extravía los caminos, llegando en algunos casos hasta rechazar la posibilidad de este encuentro quizás por ignorancia, por el mal ejemplo que recibe de las personas que están cerca de él, por los afanes del mundo y las riquezas y por esa actitud del hombre pecador que observamos desde Adán y Eva, de tratar de ocultarse de la mirada de Dios: “El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín para que Yavé Dios no los viera. Yavé Dios llamó al hombre y le dijo ¿Dónde estás? Este contestó: “He oído tu voz en el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo; por eso me escondí” ( Gen 3, 8-10 )
Y ahora, te hablo a ti que estuviste de vacaciones en la playa, el llano o la montaña, ¿acaso no viste a Dios en la belleza del mar, en la belleza de la tierra que visitaste? ¿No sopló en algún momento una brisa que parecía venir del cielo? ¿No lo escuchaste en el trinar de las aves del campo? Dios parece invisible, pero no lo es, se transparenta en todas las cosas que nos rodean y nos llama constantemente a que nos acerquemos a El, no desoigas este llamado, escucha la voz de tu conciencia, no tengas miedo, Dios te ha visto y conoce tu desnudez, ábrete a la verdad y permite que esa semilla de eternidad que Dios puso en ti logre germinar.
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.
lunes, 9 de abril de 2012
XIII-029 Un Nuevo Amanecer
UN NUEVO AMANECER.
En la noche del Sábado para el Domingo, hemos celebrado los Católicos, la Resurrección del Señor, Cristo, que murió por nuestra salvación el Viernes Santo clavado en aquella Cruz ignominiosa, ha resucitado, es un Nuevo Amanecer, ¡Aleluya! ¡Cristo Vive!
Quizás uno de los temas más controversiales entre nosotros y los no creyentes o con algunos hermanos separados es el tema de la Resurrección de los Muertos, recordemos que San Pablo fue objeto de burla entre los griegos cuando trataba de convencerles acerca de la resurrección, no solo de Cristo sino de todos los que creen en él. Sin embargo, tenemos fuertes pilares sobre los que se sustenta nuestra fe y nuestra esperanza.
Las primeras bases están en el Antiguo Testamento, en el Libro de los Macabeos y esa es la razón por la cual algunas religiones protestantes que no creen en la resurrección, eliminan de sus biblias estos libros; en el segundo de estos libros leemos: “El Rey del mundo, a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna (2 M 7, 9). Es preferible morir a manos de los hombres con la esperanza que Dios otorga de ser resucitados de nuevo por él (2 M 7,14).
Ya en el Nuevo Testamento encontramos grandes pilares que sustentan nuestra esperanza en la resurrección, Jesús contradice a los saduceos que no creían en la resurrección cuando les habla en estos términos: “Vosotros no conocéis ni las Escrituras ni el poder de Dios, vosotros estáis en el error” (Mc 12, 24). La fe en la resurrección descansa en la fe en Dios que “no es un Dios de muertos sino de vivos” (Mc 12, 27) Y la vincula aún más a su persona cuando nos dice “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mi, aunque muera, vivirá. El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre”.( Jn 11, 25-26)
En la vida de Jesús nos topamos con varios milagros de resurrección, de los cuales el más impresionante de todos fue el de Lázaro, su amigo, el cual llevaba ya cuatro días de enterrado y olía mal para el momento en que Jesús llegó a su tumba y le gritó con fuerte voz: “!Lázaro, Sal fuera!” Y salió el muerto.” (Jn 11, 43-44) Y finalmente, el más importante de todos, su propia resurrección al tercer día de haber muerto en la Cruz.
Así que alegrémonos, comencemos a vivir nueva vida en este Nuevo Amanecer, sequemos de nuestros ojos esas lágrimas que derramamos en Viernes del Dolor, y también las que cada uno tiene en el silencio de su propia vida, hay una esperanza, la esperanza que nos da Cristo con su resurrección, tengamos la fe de la Virgen María, ella esperaba ansiosa ese momento, esa aurora luminosa en que el Hijo de sus entrañas volvería a la vida. La muerte ha sido vencida, ¡Cristo ha resucitado y vive para siempre! La oscura noche ha pasado, ya alumbra un nuevo amanecer, resplandece la luz que disipa todas las penas, unámonos todos en el amor de Jesús y creamos en El, porque El es la resurrección y la vida.
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.