miércoles, 11 de abril de 2012

XIII-030 Provechos de la Semana Mayor


PROVECHOS DE LA SEMANA MAYOR.


Es tiempo de Meditación, ahora que han pasado los días de la Semana Mayor, podemos preguntarnos ¿Qué provechos trajo para mí la Semana Mayor de este año 2012..? Desde luego que no nos estamos refiriendo a provechos materiales, es probable que algunos comerciantes vendedores de productos propios de esos días, como se dice popularmente hayan hecho su agosto y en cambio tal vez otros que debieron cerrar para dar asueto a su personal hayan sufrido alguna disminución en sus ingresos, dejemos eso de lado, vamos a evaluarnos espiritualmente, cada uno en particular, de acuerdo a la manera como vivió la Semana Santa, bien sea en su casa, en la visita a Santuarios y Templos, o en lugares vacacionales, ¿sientes que tu espíritu sacó provecho de esos días?


El hombre busca contantemente la verdad y la dicha, busca su felicidad desde su nacimiento, cuando es bebé la encuentra en brazos de su madre al ser amamantado con la leche materna o al ser arrullado y acariciado, más adelante cree obtenerla en los juegos y en los deportes, en el aprendizaje y los estudios, y ya maduro la busca en los negocios, en la política, en los amores mundanos, sin embargo, “El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios.” (Cat 27)


Por ello mientras el hombre no haya encontrado a Dios y no se acerque a El, no habrá hallado la verdadera felicidad.


Como nos dice San Pablo: “Habiendo sacado de un solo tronco toda la raza humana, quiso que se estableciera sobre toda la faz de la tierra, y fijó para cada pueblo cierto lugar y cierto momento de la historia. Habían de buscar por sí mismos a Dios, aunque fuera a tientas; tal vez lo encontrarían. En realidad no está lejos de cada uno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos…” ( Hch 17, 26-28)


Lamentablemente, el hombre en esa búsqueda de la felicidad a tientas, en lugar de acercarse se separa de la unión íntima y vital con Dios y extravía los caminos, llegando en algunos casos hasta rechazar la posibilidad de este encuentro quizás por ignorancia, por el mal ejemplo que recibe de las personas que están cerca de él, por los afanes del mundo y las riquezas y por esa actitud del hombre pecador que observamos desde Adán y Eva, de tratar de ocultarse de la mirada de Dios: “El hombre y su mujer se escondieron entre los árboles del jardín para que Yavé Dios no los viera. Yavé Dios llamó al hombre y le dijo ¿Dónde estás? Este contestó: “He oído tu voz en el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo; por eso me escondí” ( Gen 3, 8-10 )


Y ahora, te hablo a ti que estuviste de vacaciones en la playa, el llano o la montaña, ¿acaso no viste a Dios en la belleza del mar, en la belleza de la tierra que visitaste? ¿No sopló en algún momento una brisa que parecía venir del cielo? ¿No lo escuchaste en el trinar de las aves del campo? Dios parece invisible, pero no lo es, se transparenta en todas las cosas que nos rodean y nos llama constantemente a que nos acerquemos a El, no desoigas este llamado, escucha la voz de tu conciencia, no tengas miedo, Dios te ha visto y conoce tu desnudez, ábrete a la verdad y permite que esa semilla de eternidad que Dios puso en ti logre germinar.


Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.

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