MENSAJE DE PAZ Y ENTENDIMIENTO.
Reiniciamos hoy el envío de estos “Temas para Meditar”, es nuestro décimo cuarto año de meditaciones, con el propósito de difundir la palabra de Dios, de colaborar con nuestra Iglesia Católica en el anuncio del Reino de los Cielos que inició Nuestro Señor Jesucristo hace más de dos mil años y todo aquello que esté de acuerdo con la sana doctrina, contribuyendo así con el crecimiento espiritual de nuestros lectores, haciendo de estos artículos mensajes de paz y entendimiento.
A menudo nos quejamos por las fallas de este mundo y nos limitamos a la crítica y al comentario, haciendo recaer toda la culpa en el comportamiento de los demás y no pensamos que para que todo mejore debemos comenzar por nosotros mismos, debemos mejorar nosotros, lo que de paso es la tarea que más está a nuestro alcance, siendo como decía San Pablo: “sobrios, respetables, sensatos, bien cimentados en la fe, en el amor y la paciencia…respetables en nuestro comportamiento, absteniéndonos de murmurar y de embriagarnos…dando buen ejemplo, para que nadie pueda hablar mal del Evangelio” ( Ti 2, 1-8).
Recordemos que para lograr nuestro crecimiento espiritual debemos cimentar nuestra fe en cuatro pilares que son: La Meditación, la Oración, la Penitencia y la Eucaristía, poniendo toda nuestra esperanza en Dios, practicando el bien y la caridad con nuestros semejantes, de manera que esa alegría que podamos dar a los otros se revierta en felicidad y paz para nosotros mismos. Debemos apartarnos del mal y practicar el bien, servir y no ser servidos, que nuestros enemigos no tengan nada que criticar de nosotros porque verán que somos auténticos y dignos, sobrios, justos y fieles a nuestro Padre Celestial.
Si confiamos plenamente en Dios no debemos tener miedo de nada de lo que pueda pasar a nuestro alrededor, el será nuestro pastor y nosotros las ovejas de su rebaño, con él nada nos faltará, tendremos la paz que tanto anhelamos y el entendimiento con nuestros hermanos.
Vamos pues en este año que recién comienza a procurar con todo empeño nuestro crecimiento espiritual, de nada vale la opinión que podamos emitir sobre las situaciones conflictivas por las que estemos atravesando, en cambio de mucho valen las oraciones que podamos elevar a Dios por la solución de las mismas, ánimo, mucho ánimo, hagámoslo todo con mucha humildad, paciencia y amor y los resultados no se harán esperar.
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.
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