HABLANDO DE CRECIMIENTO ESPIRITUAL.
En nuestra primera meditación de este año, titulada “Mensaje de Paz y Entendimiento”, hablábamos de la conveniencia de lograr nuestro Crecimiento Espiritual y es probable que para algunos todavía sea una incógnita este término y a su vez se hagan la pregunta ¿Qué es el Crecimiento Espiritual? Y para los más avanzados, ¿Cómo puedo lograr el Crecimiento Espiritual?, vamos a meditar hoy un poco sobre estos términos y a darles referencias para los que quieran ampliar sobre el tema.
Somos Cuerpo y Espíritu, el ser humano tiene una estructura material formada por sus huesos, su carne, su cerebro, su corazón y toda una red de vasos sanguíneos y de nervios que podemos ver y tocar, examinar, mejorar y a veces sin querer dañar, pero también sabemos que en nosotros hay algo que no se puede tocar, que no es visible, pero que sabemos que existe y son nuestros sentimientos, nuestro actuar, nuestro yo, nuestro modo de ser, eso es lo que hemos dado en llamar nuestro espíritu. Cuando venimos al mundo, por la unión íntima de las células de nuestros padres, nuestro cuerpo se forma en el interior de nuestra madre, en su vientre por medio de su sangre vamos adquiriendo en pequeñito toda esa estructura corporal que tendremos al nacer, pero es Dios quien sopla en nosotros el espíritu de vida que va a animar toda aquella estructura material. Nuestro cuerpecito de bebé va a ir creciendo a medida que nuestra madre nos de su alimento y luego llegará el día en que nosotros mismos lo alimentemos y lo ejercitemos y lo cuidemos para que crezca y sea capaz de resistir los peligros del medio ambiente que lo rodea y llevar una vida sana y feliz.
A la par de ese crecimiento corporal debe también ir creciendo nuestro espíritu, de manera que nuestra actuación en la sociedad en que nos toque vivir vaya acorde con nuestra edad y nuestro tamaño, si no lo hacemos vamos a tener un cuerpo maduro con un espíritu inmaduro, debemos siempre pensar que Dios desea que tengamos un Crecimiento Espiritual acorde con nuestro crecimiento corporal o físico y que ese espíritu que El nos dio nosotros lo apreciemos y lo amemos por ser venido de su amor al crearnos.
En ese Crecimiento Espiritual tenemos que ir dando pasos, así como cuando aprendemos a caminar, mediante un proceso que ocurre durante toda la vida, teniendo en nuestra mente una meta que es el parecernos cada vez más a Jesús. Esos pasos nos los señala muy bien San Pedro en su segunda carta: “Por eso, pongan el máximo empeño en incrementar su fe con la firmeza, la firmeza con el conocimiento, el conocimiento con el dominio de los instintos, el dominio de los instintos con la constancia, la constancia con la piedad, la piedad con el amor fraterno y el amor fraterno con la caridad. Pues si tienen todas estas virtudes en forma eminente, no serán inútiles ni estériles, sino que más bien alcanzarán el conocimiento de Cristo Jesús, nuestro Señor.” ( 2 Pe 1, 5-8).
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.
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