SEAMOS CADA DÍA MEJORES.
El único que es perfecto es Dios, dice un viejo adagio, y es que el hombre cuando hace algo bien se siente tan pleno de felicidad que se olvida de sus defectos y si es presumido mucho más aún, pero lo que si podemos hacer es mejorar cada día, así como hace Dios con la Creación que constantemente la está perfeccionando con la ayuda del hombre, también cada uno de nosotros es capaz de mejorarse a sí mismo cada día.
Que cómo lo podemos hacer? Lo primero es reconociendo nuestros propios defectos, tenemos que tener claro que es lo que vamos a mejorar, para ello tenemos que ser sinceros con nosotros mismos, aprendiendo a llamar bueno lo que realmente es bueno y malo aquello que no lo es, nuestra conciencia es buena consejera en este sentido y también las críticas y comentarios de nuestros hermanos si es que los sabemos escuchar.
El sacramento de la confesión es de incomparable ayuda, cuando reconocemos nuestros pecados, las fallas que hemos tenido en nuestro comportamiento que nos apartan de Dios y cuando el sacerdote nos aconseja, se abre un camino por el que debemos transitar. Luego la Eucaristía nos dará la fuerza necesaria para emprenderlo.
No hay que desanimarse si el camino nos parece largo y difícil, los logros vamos a obtenerlos paso a paso, día a día, y abordando uno a uno cada problemita, pero eso si, sin detenernos, sin pausas. Dios nos va a dar el tiempo necesario para lograr nuestras metas y nosotros ponemos nuestro empeño.
Tengamos claro que nadie en esta vida está predestinado al fracaso, Dios nos ha creado con el propósito de que le reconozcamos y le amemos, nos ha facultado con el libre albedrío que nos permite decidir que escoger entre varias alternativas, nuestro destino no está definido por cartas astrales ni por los signos zodiacales, nuestro destino lo definimos nosotros mismos con nuestras decisiones, con el uso que demos a ese libre albedrío conque Dios nos ha dotado.
Pero tampoco Dios nos deja solos para tomar decisiones que a veces nos parecen ir más allá de nuestras propias capacidades, Dios nos ha dado los sacramentos que son las ayudas que El nos facilita a lo largo de nuestra vida y en cada una de sus etapas, tanto de nuestra vida física como de nuestra vida espiritual, para fortalecernos, para orientarnos, para levantarnos en nuestras caídas, para perfeccionarnos en nuestro camino. Pongamos nosotros nuestra parte para tratar de ser cada día mejores y de esa manera agradaremos a Dios.
Glorifiquemos a Dios con nuestra vida.
Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la misa dominical.
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