CREEMOS EN JESUCRISTO, HIJO UNICO DE DIOS.
Sigue en pie el Año de la Fe, decretado por el Papa Emérito Benedicto XVI, el hecho de que exista un nuevo Papa no quiere decir que las acciones del anterior hayan sido revocadas o terminadas, es como en los países, el hecho de que se elijan nuevas autoridades no implica la revocatoria de las leyes y decretos de la anterior administración, a menos que específicamente y siguiendo los procedimientos establecidos en las mismas normas se proceda a efectuar algún cambio. En consecuencia, todas las recomendaciones que se nos hicieron para este Año de la Fe que durará hasta Octubre, siguen estando vigentes y en lo que concierne a nosotros debemos continuar el repaso el Catecismo que es nuestro modesto aporte a este evento de carácter mundial.
La vez anterior llegamos hasta el párrafo 421 con el que concluye el Primer Capítulo, vamos a continuar ahora con el Capítulo Segundo que lleva este nombre “Creo en Jesucristo, Hijo Unico de Dios”, les doy estas indicaciones para que ustedes mismos ubiquen en el Catecismo los Temas que vamos exponiendo y los lean y los relean, los mediten y analicen para que tengan bien claros los conceptos y yo quedo comprometido a recibir sus correspondencias para aclarar cualquier duda que les pueda surgir.
En la carta a los Gálatas nos dice San Pablo: “Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva.” (Ga 4, 4-5) Dios cumplió así su promesa al pueblo elegido, ajustándose a todos los detalles con que fuera anunciado el Mesías en las Sagradas Escrituras, pero que a pesar de todo ello no fuera reconocido por el pueblo judío que nunca creyó que Jesús era el enviado de Dios y aún hoy, en nuestros días, siguen esperando la venida del Mesías prometido. Nosotros los católicos, en cambio, si creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios y confesamos que Jesús de Nazaret, nacido judío, de María, una hija de Israel, en Belén en tiempos del Rey Herodes el Grande y del Emperador romano César Augusto, de oficio carpintero como su Padre Adoptivo San José, que fuera muerto crucificado en Jerusalén, bajo el Procurador Poncio Pilato, durante el reinado del Emperador Tiberio, es el Hijo eterno de Dios hecho hombre, que ha “salido de Dios” (Jn 13, 3) y “bajó del cielo” (Jn 3, 13; 6, 33).
¿Qué nos mueve a nosotros a creer tan firmemente que Jesucristo es el Hijo de Dios? Nos mueve el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, así como movió al apóstol San Pedro, cuando Jesús preguntó a los apóstoles “¿Quién dicen ustedes que soy yo?” a decir con seguridad y firmeza: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo” (Mt 16, 16).
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca por siempre.
Te invito a seguirme en Twitter @Guscarias2003 a partir de hoy, para que compartamos ideas y pensamientos sobre el amor de Dios.
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