viernes, 14 de marzo de 2014

XV-011 Y vino a nosotros su Reino



Y VINO A NOSOTROS SU REINO.

Antes de entrar en materia vamos a recordar que hoy se cumple el primer año del Papado de Francisco, un año que ha sido de éxito en todo sentido, vamos a orar por él que tanto nos lo ha pedido, encomendémoslo especialmente hoy en este primer aniversario.

En la oración del Padre Nuestro que Cristo nos enseñó, pedimos al Padre: “Venga a nosotros tu Reino”, y como nos dice el mismo Jesús en el evangelio de San Mateo: “Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. Porque el que pide, recibe, el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama.” (Mt 7, 7-12) Pues bien, el Señor nos ha regalado un pedacito de su Reino, cada vez que la Virgen María se ha aparecido a los hombres de esta tierra, complaciendo así nuestra petición que ha sido repetida tantas veces. Ya en el mundo existen varios pedacitos de cielo que Dios nos ha regalado, Fátima es uno y Lourdes otro, por citar solo dos ejemplos.

En Venezuela, a lo largo de su historia, ha habido dos grandes apariciones de la Santísima Virgen: 1) Como Nuestra Señora de Coromoto, en Guanare, Estado Portuguesa,  en el año 1652 y 2) Como Maria Virgen y Madre Reconciliadora de todos los Pueblos y Naciones, en Betania, Estado Miranda en 1976. De esta, la más reciente,  se cumplirán 38 años el próximo 25 de Marzo.

Finca Betania ha quedado justamente como eso, como un pedacito de cielo en la tierra, el regalo que Dios nos ha dado junto a la presencia de su Madre Santísima y de sus múltiples milagros, un lugar de paz y armonía, dotado de aguas sanadoras, de aire puro y de flores y frutos provenientes de la mano generosa de Dios.

Esta tierra fue anunciada por la Virgen Santísima a Maria Esperanza en su juventud y ella después de casada y de formar su familia, como se lo había pedido el Corazón de Jesús, se dedicó a buscarla por toda Venezuela, siguiendo las orientaciones que le había dado Nuestra Señora, hasta que en 1974, ella y su esposo dieron con este lugar en el que se conjugaban todos los detalles acerca de la presencia del rio, de la cascada, de la dulzura de la tierra porque estaba dedicada a la siembra y cultivo de la caña de azúcar y a la presencia de la Virgen manifestada por el vuelo de una mariposa azul. La Sierva de Dios no tuvo duda alguna, aquella era la tierra de la que la Virgen le había hablado años atrás.

El propio Señor Geo Bianchini, esposo de María Esperanza, nos dice que ya en 1973 habían tenido conocimiento de una tierra que estaba en venta en los Valles del Tuy, pero que en principio no sintieron la necesidad de ir a visitarla, lo cual surgió a raíz de que un compadre de ellos que tenía una finca ganadera en Anzoátegui, les contó que debido a la sequía se le estaba muriendo el ganado y que necesitaba trasladarlo a un sitio que tuviera agua y mejores condiciones para que pudieran subsistir, fue entonces cuando pensaron de nuevo en la oferta de la finca Betania y fueron a conocerla. El dueño era un Doctor de nombre Rafael Pérez, de religión evangélica que la había constituido reuniendo tres pequeñas fincas de los alrededores y le puso ese nombre porque recordando las escrituras sobre la vida de Jesús, así se llamaba el lugar donde él iba a descansar y a reunirse con sus amigos Lázaro, Marta y María.

Sin embargo, la finca no resultó todo lo provechosa que se esperaba para la cría de ganado y por el contrario, su uso inicial y la paralización de las actividades de la caña de azúcar la deterioraron un poco e hicieron pensar en otros posibles usos, pero tal parece que la voluntad de Dios no era esa, pues todo cambió cuando comenzaron las apariciones en 1976, la Virgen se hizo presente el 25 de marzo por primera vez y luego continuaron las apariciones hasta la gran aparición de 1984 cuando fue vista por más de ciento cincuenta personas que dieron testimonios ante el Obispado de Los Teques para que el asunto fuese estudiado por la Iglesia Católica, la cual finalmente, después de consultar con el Vaticano, la aprobó en 1987 mediante una Carta Pastoral. Maria Esperanza donó a la Iglesia el espacio necesario para el Santuario y el resto de la Finca está siendo utilizado como centro de retiro y oración, y sede del movimiento internacional de reconciliación y espiritualidad mariana que es la Fundación Betania, mientras se construye el Pueblo de Dios, con seres que vendrán de todas partes del mundo para convivir en el amor verdadero. Alabado sea el Señor.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
 
Gustavo Carías.
 
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre. Te deseo un feliz fin de semana y te recuerdo el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la misa dominical.
 

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