viernes, 25 de julio de 2008

IX-080 Estrella de la Mañana.


Una de las letanías más dulces para expresar nuestro amor a la Virgen Santísima es la que la nombra “Estrella de la Mañana”. Ella nos recuerda que María es como esa estrellita que vemos al amanecer, cuando ya se ha ido el manto oscuro de la noche y el cielo se vuelve otra vez azul claro, cuando todas las estrellas se han apagado y sólo queda una, diminuta en la inmensidad del firmamento, pero brillante y luminosa como un faro que quiere señalarnos el camino.


Y es que así es nuestra Madre del Cielo, como una linterna que no se apaga, que no se cansa de alumbrarnos el camino, aún cuando la luz sea ya dueña de todos los rincones, la Madre de Dios brilla en toda la amplitud de nuestra vida y nos acompaña, así como nos alumbra en los momentos de oscuridad, también después cuando todo parece claro no quiere que nos desviemos del camino, no quiere que erremos la senda que nos lleva al corazón de su divino Hijo Jesús.

Su Corazón Inmaculado arde constantemente, es una llama de amor que no se consume, que se aviva cuando le somos reverentes y fieles, pero que no se apaga ni se gasta con el pasar de las horas ni con nuestra frialdad, ella nos da ejemplo de constancia y de empeño en el amor verdadero, de perseverancia a todo lo largo de nuestra vida que es única e irrepetible. La Madre del Salvador nos dice que no debemos renunciar, aún cuando todo cambie, la Virgen María es el consuelo en nuestras aflicciones, ella nos alienta aún cuando todos nos den la espalda y nos llamen fanáticos y se burlen de nosotros, no podemos perder la esperanza ni desanimarnos, sabemos que es ella nuestra compañera, silenciosa, callada, pero firme y amorosa. Sabemos que a su lado ninguna contrariedad nos ha de perturbar.

Esforcémonos por imitarla, en todo tiempo, en los de dificultades y en los de bonanza, en los de fe viva y en los de dudas y tribulaciones, vamos a orar al Dios de la vida, al único Dios verdadero, por nosotros y por nuestros hermanos en Cristo, para que ninguno se pierda, para que seamos capaces de alumbrarles el camino con nuestro ejemplo de vida y con nuestra fidelidad, para la mayor gloria de Dios y de su Santísima Madre María, la estrella matutina de nuestra vida.

Diccionario Religioso:
Tantum Ergo: Quinta estrofa del Himno de adoración al Santísimo Sacramento, en latín, llamado Pange Lingua (Canta, oh lengua) compuesto por Santo Tomás de Aquino en 1264. El Tantum Ergo se debe cantar de rodillas, cuando está expuesto el Santísimo Sacramento ya que sus dos primeros versos dicen: Tantum ergo Sacramentum/ Veneremur cernui que significa “Tan augusto sacramento, adoremos, pues, de rodillas.”

Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.

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