viernes, 4 de diciembre de 2009

X-102 Contemplando el pesebre.


CONTEMPLANDO EL PESEBRE.



En nuestra preparación para la Navidad habíamos quedado en que ya ustedes han instalado en sus casas el pesebre o Nacimiento, con sus indispensables imágenes de La Virgen, San José, el Niño Jesús, los pastores con sus ovejas y los Reyes Magos, cada quien de acuerdo con sus posibilidades y con su particular gusto para hacer las cosas, colocando el conjunto en un lugar privilegiado de nuestra casa. Ahora bien, no basta con instalarlo y dejarlo allí como un adorno más de Navidad, frente al cual pasemos a cada momento indiferentes de un lado para otro, tenemos que apartar un tiempo, bien sea por la noche o los fines de semana, para sentarnos unos minutos frente al pesebre y hacer allí nuestra meditación, el Pesebre tiene mucho que enseñarnos y nosotros tenemos mucho que aprender del Pesebre.

En primer lugar y ya lo habíamos mencionado allí hay una gran lección de humildad, el Hijo del Dios Todopoderoso, el Rey de Reyes, ha decidido venir al mundo en una humilde cuna de pajas, habría podido nacer en un palacio, rodeado de riquezas, como era y es la idea que se tiene respecto al nacimiento de los príncipes, por cierto, el Rey Herodes cuando le informaron acerca del nacimiento del Rey de Israel, envió a unos comisionados que fueron hasta Belén para ver donde había nacido y si era cierto lo que se decía y llegaron hasta el sitio donde estaban San José y la Virgen con el Niño y viéndolo en aquellas condiciones de pobreza material, se regresaron a Jerusalén pensando que era imposible que un Rey fuera a nacer en semejantes condiciones que se trataba de simples habladurías de las gentes y así lo informaron a Herodes.


Otra lección que nos da el Pesebre es la unidad de la familia, el Padre, la Madre y el Hijo que conforman la Sagrada Familia de Nazaret es también un ejemplo a seguir; la adoración al Dios humanado, todas las figuras están en posición de adoración y reverencia hacia el centro de atención de todo el conjunto que es el Niño Dios. En el Pesebre se manifiesta el amor, se manifiesta la fe y la esperanza del mundo en aquella criatura que ha enviado el Señor para nuestra salvación.“Como hijos amadísimos de Dios, esfuércense por imitarlo. Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros” ( Ef 5, 1-2).


Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.

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