miércoles, 10 de diciembre de 2008

IX-121 Viene porque te ama.



Alguna vez te has preguntado ¿Por qué vino Dios al mundo? Usemos de nuestra mente, de nuestra razón, de ese sano juicio que Dios nos ha dado para meditar sobre esta pregunta. ¿Por qué el Altísimo, siendo un Dios Todopoderoso, quiso que su Hijo amadísimo se humanara y que naciera pobre y desconocido en aquel humilde pesebre de Belén?.

Lo hizo porque nos ama, asumió nuestra carne y se rebajó al nivel de nosotros, pobre entre los más pobres, para mostrarnos su rostro, para enseñarnos a vivir y a conducirnos por el camino de la verdad, el camino que nos lleva de regreso al Padre, al Criador, para salvarnos. En cada diciembre recordamos esa venida y le esperamos con nuestro corazón abierto, porque El viene para ti, viene para mi, viene porque nos ama, viene porque te ama.

Desde su nacimiento Dios nos muestra con toda claridad y sabiduría que de nada vale la arrogancia del mundo para la vida eterna, venimos al mundo desnudos y nos iremos también desnudos, que no debemos amar las vanidades de esta tierra que solo sirven para alimentar nuestra soberbia y alejarnos del verdadero amor, el amor divino, el amor de aquel que se hizo hombre por nosotros.

Dios viene a nosotros porque nos ama, correspondamos a ese amor siguiendo su ejemplo, su vida, aprovechemos esa luz que ha venido a despejar las tinieblas del mundo y sigámosla, no la perdamos de vista, no miremos a los lados ni mucho menos hacia atrás, así como el girasol acompaña el curso del sol durante el día y se inclina con reverencia ante su brillo y resplandor, así también nosotros adoremos y alabemos a nuestro Dios, demostrándole que estamos agradecidos por habernos amado primero y cuando le recibamos en la eucaristía y lo tengamos en nuestro pecho pidámosle con fervor que nos transforme que nos asimile a El, que nos ayude con su amor a ser solidarios con los más pobres y necesitados que nos haga renacer en esa vida de humildad y sencillez que El escogió desde su nacimiento.

Señor, quiero conocerte, amarte y servirte, yo creo en ti, se que viniste al mundo porque me amas, yo también te amo, aquí estoy a tus plantas, hazme crecer en la obras de amor al prójimo, ayúdame a cumplir tus mandatos y dame tu bendición.

Agradecimiento: Nos escribe Juanita Esparza para agradecernos a todos por la Oración Comunitaria que hicimos el día 1º. de Diciembre por su nietecito Matías y nos dice: “Ya está de alta en su hogar para alegría de todos nosotros”. Alabado sea Dios, démosle gracias porque escuchó nuestras súplicas.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

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