lunes, 15 de diciembre de 2008

IX-123 ¡Felíz Navidad!



Quisiera que tanto hoy como en los próximos días no dejásemos de lado la meditación diaria, bien sea por medio de la lectura de algún pasaje bíblico, de la vida de algún santo o de alguno de los libros que hemos recomendado a lo largo de este año y que nos han servido de bibliografía, también queda ahora abierta la posibilidad de visitar nuestra página web en donde pueden releer alguna de las meditaciones escritas en los últimos meses, aprovecho la oportunidad para agradecerles las visitas a la página que ya superan las mil en tan corto tiempo.

El Niño Jesús viene al mundo para renacer en nuestros corazones, para que renovemos nuestro espíritu, con la meditación, la oración, la penitencia y la eucaristía.

Es mucho lo que podemos hacer con nuestras oraciones, ya ustedes han visto la efectividad de la Oración Comunitaria que hemos practicado durante el año, Dios está atento a lo que pidamos en nombre de su Hijo Jesucristo, por eso nos dice “Pedid y recibiréis, yo haré todo lo que pidiéreis en mi nombre”. Aún si estamos muy ocupados, hagamos el tiempo para la oración, en esos tiempos “muertos” entre una tarea y otra, en las salas de espera, en las colas, en el tránsito, siempre hay unos momentitos en los que no tenemos nada que hacer, en ese momento digamos una Jaculatoria: Señor mío y Dios mío, ayúdame a encontrar el camino, dame luz en mi decisión, santifica mi hogar y bendice mi familia.

Hay que rezar para poder afrontar las tentaciones, el enemigo es mucho más inteligente que nosotros, pero la oración nos da fuerza porque alimenta nuestro espíritu, pidámosle a la Santísima Virgen que nos ayude a perdonar como Jesús, que nos ayude a tolerar como él lo hizo, a amar, a servir, a ser santos porque Dios nos quiere santos, para ello tratemos de rezar el Rosario, si es posible en familia, por lo menos una vez a la semana, hagamos una obra de caridad por lo menos una vez al día, y no olvidemos la misa dominical.

Les reitero mis deseos por una Feliz Navidad para todos, seguiremos en contacto, yo voy a estar aquí en Caracas así que pueden enviarme sus correos y yo les reenviaré también algunos para que mantengamos regada la planta de la amistad que nos une. Un gran abrazo para todos y que Dios les bendiga ahora y siempre.

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