jueves, 6 de agosto de 2009

X-069 Mensajera de la Reconciliación (II Parte)



En nuestra entrega anterior decíamos que desde su niñez María Esperanza comenzó a tener encuentros místicos: “Despidiéndose de su madre, mientras ésta se embarcaba para un viaje, María Esperanza vio a Santa Teresita del Niño Jesús, quien emergió de las aguas del Río Orinoco y le lanzó una rosa, la cual tomó en su mano”…”ella se la entregó a su madre quien inmediatamente reconoció esta rosa como un signo de Dios”.
“Nuestra Santísima Madre se le apareció por primera vez a María Esperanza siete años después en Caracas…cuando se vio obligada a guardar cama por una bronconeumonía.” En esa ocasión se presentó como la Virgen del Valle, patrona del Oriente de Venezuela y le dijo que venía para aliviarla de su malestar. “La Virgen María le habló de su misión: “ayúdame a salvar este mundo que se pierde” y así comenzó su peregrinar y su vida de misticismo.”
María Esperanza iba a misa todos los días sin importar las condiciones del tiempo y recibió su Primera Comunión el 16 de Julio de 1937, día de Nuestra Señora del Carmen.”
A los catorce años tuvo problemas del corazón y todos, inclusive 22 médicos que la examinaron, pensaron que no viviría. Ella le pidió al Sagrado Corazón de Jesús para que le diera una buena muerte o la sanara si era la Voluntad de Dios, el milagro no se hizo esperar, dejando a todos asombrados.
Ese corazón que sanó milagrosamente “se convirtió en una maravillosa fuente de gracias y de fenómenos milagrosos; quince veces una rosa verdadera salió del corazón de María Esperanza a través de su pecho. Se ha documentado que los pétalos de las rosas han producido sanaciones.”
“Siguiendo sus profundos deseos de ser religiosa vivió un tiempo con las hermanas franciscanas de Mérida y estando en la capilla del convento, Santa Teresita del Niño Jesús el día de su festividad, 3 de octubre de 1954, de nuevo se le apareció a María Esperanza”…y le dice “que su vocación no es ser religiosa sino esposa y madre de familia que se santificaría e iría por el mundo llevando el mensaje de Jesús”.
De nuevo la Santa le entregó una rosa, pero esta vez una espina le hizo sangrar su mano, como una señal de los sufrimientos que habría de padecer para poder desempeñar su misión. (Continuará).
Bibliografía utilizada: Fundación Betania, Folleto “María Esperanza, Mensajera de la Reconciliación” También pueden visitar la página web http://www.mariaesperanza.org/
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

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