martes, 9 de febrero de 2010

VI-008 Sigan mi ejemplo.


SIGAN MI EJEMPLO.

“Sigan mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo” ( 1-Co 11. 1 ) nos dice San Pablo en su primera carta a los Corintios y ahora parece decirnos también la Sierva de Dios María Esperanza, la venezolana a quien la Iglesia Católica le acaba de abrir causa de beatificación y canonización.

Acabamos de regresar de New Jersey, Estados Unidos de Norte América, en donde estuvimos presentes para la apertura de la Causa de Beatificación y Canonización de María Esperanza Medrano de Bianchini (1928-2004), la vidente venezolana que fuera testigo principal de las apariciones de la Virgen María en Betania, Estado Miranda, Venezuela en el año 1976.

La ceremonia se realizó en la Catedral de San Francisco de Asís en Metuchen, N.J, y fue presidida por el muy reverendo Obispo de la Diócesis de Metuchen Paul Gregory Bootkoski, DD., el día 31 de Enero, contando con la asistencia de cuarenta sacerdotes y dos obispos, así como alrededor de mil trescientas personas, asistencia que excedía la capacidad de la Catedral, por lo que hubo de habilitarse un gimnasio que está al lado en donde las personas que no pudieron entrar pudieron presenciar los actos por pantalla gigante de televisión.

Les recomiendo abrir la página de You Tube y poner en el buscador María Esperanza Sierva de Dios, para que vean escenas tomadas ese día tanto en la sala de espera como en el interior de la Catedral, el desfile inicial de los sacerdotes y los obispos, la juramentación del postulador de la causa y de las comisiones y la actuación de la Coral Betania cantando como himno de entrada la Cantata 147 de J.S. Bach.

La razón por la cual se abre la causa de María Esperanza en New Jersey es porque ella vivió allí los últimos ocho meses de su vida y entregó su alma al Señor en la localidad de Long Beach Island que pertenece a ese estado, el 7 de agosto de 2004, por otra parte, María Esperanza realizó muchos viajes por los Estados Unidos dando conferencias sobre la santidad en la familia y la reconciliación, por lo que es muy conocida y querida en ese país del Norte, por su parte Venezuela se siente orgullosa de contar con una nueva Sierva de Dios, signo del amor que el Señor siente por nuestro país. Continuaremos hablando del tema en próximas meditaciones, mientras tanto sigamos su ejemplo, como ella siguió el ejemplo de Cristo.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

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