viernes, 8 de noviembre de 2013

XIV-087 Mi cuerpo y mi espíritu, ¿amigos o enemigos?


MI CUERPO Y MI ESPÍRITU, ¿AMIGOS O ENEMIGOS?

Estamos formados por un cuerpo y un espíritu, el primero es material, constituido por minerales de la tierra, palpable, visible, que nuestros padres han hecho a su imagen y semejanza, igual que como Dios hizo a Adán; por su parte el espíritu es inmaterial, etéreo, no se puede palpar ni se puede ver con los ojos humanos y nos ha sido infundido por Dios, el primero es mortal y volverá a ser polvo cuando muera, en tanto que el segundo es inmortal y tiene un destino eterno. Ambos permanecerán juntos durante nuestra vida terrenal, llevando una relación muy estrecha, y me pregunto: ¿cómo es esta relación? ¿Son amigos o enemigos?.

El cuerpo tiene sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, que son los que le permiten la comunicación y el contacto con los otros seres y el mundo que le rodean, cuando esta comunicación es agradable los sentidos comunican al cerebro una plácida sensación y el cuerpo se siente agradado, por el contrario si lo que percibimos resulta desagradable a nuestros sentidos, el cuerpo se sentirá mal y puede llegar a entristecerse y hasta enfermarse, de allí que el cuerpo tenga una tendencia natural a la búsqueda de sensaciones agradables que le hagan sentirse bien, cómodo, confortable, por este camino fácilmente puede llegar a excederse y buscar en demasía esas sensaciones agradables, llegando a lo que llamamos vicios como son la gula en el comer, la pereza en el quehacer, la lujuria y el placer, que conducen a sentimientos pecaminosos como la soberbia, la avaricia, la envidia y la ira que son pecados capitales.

Por su parte el espíritu que nos has sido dado por Dios procura llevarnos por la vía de las virtudes y opone a la gula la templanza, a la pereza la diligencia, a la lujuria la castidad y en consecuencia a la soberbia la humildad, a la avaricia la generosidad, a la envidia la caridad y a la ira la paciencia, las tendencias del espíritu son pues totalmente diferentes a las del cuerpo, por ello siempre estarán en oposición, en lucha constante, unas veces vencerá el cuerpo y otras el espíritu, tal como ocurre en el deporte de la lucha, a ratos domina uno de los contrincantes y a ratos domina el otro, lo que nosotros debemos procurar es que en nuestro caso particular domine siempre el espíritu como gran moderador de nuestros sentidos y para esto debemos procurar la ayuda de Jesús, modelo de perfección y de la Virgen Santísima, modelo de virtudes.

El catecismo nos dice que “las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe.” Apostemos al espíritu en esta batalla y pongamos toda nuestra fuerza y nuestro potencial para que armonicemos nuestro espíritu y nuestro cuerpo en todas las actitudes de nuestra vida, para nuestro bien y para que se cumpla la voluntad de Dios en nosotros.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Vaya nuestra palabra de condolencia para la familia del Dr. Luis Alfonso Gutiérrez, nuestro amigo, eminente médico venezolano quien falleciera en la noche de ayer, que Dios conceda la paz a su alma.
Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del Rosario en familia y la asistencia a la misa dominical.

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