miércoles, 20 de noviembre de 2013

XIV-090 Seamos Coherentes



SEAMOS COHERENTES.

La Coherencia tiene múltiples significados, según sea la ciencia o materia en la cual se utilice el término, nosotros vamos a referirnos a la coherencia entre el hablar y el obrar, entre lo que decimos y lo que hacemos. Ser coherente en este caso significa por tanto que nuestro actuar en la vida esté de acuerdo con lo que predicamos con nuestras palabras, con nuestros consejos a los demás.

En estos días venía caminando por una acera y tuve que echarme a la calle para continuar mi paso porque un camión estaba estacionado encima de la acera de los peatones impidiendo el paso y me llamó mucho la atención que en el parachoque del vehículo había un gran letrero que decía: “Se consciente, respeta las normas del Tránsito”, tamaña incoherencia demuestra que el conductor del vehículo no tenía la menor idea de lo que estaba aconsejando a los demás.

Somos apóstoles del evangelio de Cristo y debemos predicar no solo con la palabra sino con el ejemplo, de nuestro comportamiento depende que la gente crea en lo que decimos, la incoherencia tiene como consecuencia la incredulidad, si no nos comportamos como decimos, nadie va a creer en nosotros y lo que es peor vamos a disgustar a Dios. Que ganaría yo con decirles a mis vecinos que vayan a misa si ellos nunca me ven a mí en misa?, que ganaría con hablarles de caridad con los pobres si ven que les tiro la puerta a los que van pidiendo a mi casa? Que ganaría con hablarles de buen comportamiento social si me ven borracho o llegando a casa de madrugada? Que gano con decirle a un amigo que no fume porque es dañino para su salud si el me ve a mi fumando un cigarrillo?
El mayor ejemplo que tenemos de Coherencia entre el hablar y el obrar lo tenemos en el propio Jesús de Nazaret, cuyas obras dieron testimonio de su palabra y es por eso que la gente reconocía que hablaba con autoridad porque no se limitaba a predicar la palabra de Dios sino a ponerla en práctica, compadeciéndose de los pobres, sanando sus enfermedades, pendiente de sus necesidades, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.

Así pues que debemos ser coherentes, eso nos hará gratos a los ojos de Dios y nos hará felices, piensen en lo triste que sería ver que otros se han salvado por nuestros consejos y en cambio nosotros nos perdemos por nuestra incoherencia. La Coherencia implica una fe firme en lo que decimos lo que a su vez nos impulsa a actuar conforme a nuestra prédica, seamos coherentes y nuestra conciencia no tendrá nada que reprocharnos.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
 
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y sobre toda tu familia y permanezca siempre.

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