viernes, 1 de noviembre de 2013

XIV-085 Día de Todos los Santos.


DÍA DE TODOS LOS SANTOS.

Hoy celebra la Iglesia el Día de Todos los Santos, aquellos seres que por su fe y sus obras han aprobado el juicio de Dios y han podido entrar por la puerta angosta que conduce al Reino de los Cielos. ¿Seremos nosotros también capaces de lograrlo?

En primer lugar dediquemos unas líneas al uso del término “santo”, el cual como muchos otros en nuestra lengua, ha venido cambiando su interpretación con el correr del tiempo, sabemos que al comienzo del cristianismo tenía un sentido muy amplio que de hecho abarcaba a todos los seguidores de Cristo, de hecho San Pablo en sus cartas se dirige a los cristianos usando este término para nombrarlos a todos, por ejemplo en la 2ª. Carta a los Corintios comienza diciendo: “Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y el hermano Timoteo saludan a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a los santos que viven en toda Acaya. Reciban gracia y paz de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús, el Señor.” ( 2Co, 1, 1-2) De Igual modo lo vemos en la Carta a los Filipenses que comienza diciendo: “Carta de Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a los filipenses, a todos ustedes, con sus obispos y sus diáconos, que en Cristo Jesús son santos.” (Fil 1, 1).

Con el tiempo y a medida que la Iglesia Católica fue elevando a los altares a los cristianos que habían llevado una vida ejemplar y los nombró santos de la Iglesia, el término fue quedando restringido a estos personajes. Sin embargo, el ejercicio heroico de las virtudes sigue siendo condición esencial para lograr la aprobación de Dios a la hora del juicio de nuestras vidas, por eso es que todos debemos tender a la santidad, hacer un esfuerzo, cada quien en base a los talentos que le han sido dados, porque todos hemos sido llamados a la santidad por Cristo Jesús.

Seamos capaces de lograrlo, y para ello no es necesario que hagamos milagros ni que tengamos facultades extraordinarias como algunos de los santos que conocemos, basta con que hagamos las cosas bien, que cada quien en la misión que le ha sido confiada por Dios Nuestro Señor en esta vida sepa cumplir con sus deberes, sea justo, caritativo, no haga las cosas por no dejar sino con amor por Dios, ponga empeño en su trabajo y en su hogar para que los que están a su alrededor vean en él a un seguidor de Cristo.

Para lograr esto es necesario en primer lugar tener fe, esa semilla de fe que Dios ha plantado en nosotros debemos hacerla germinar y que crezca como una planta que un día será un arbusto del tamaño que permita a los pájaros anidar en él, abonarla con la oración, la meditación, la penitencia y la eucaristía, a su vez esa fe nos dará la esperanza en el Señor, saber que todas sus promesas se cumplirán y tener plena confianza en que él solo desea nuestro bien y nuestra felicidad, de esa manera seremos capaces de alcanzar la santidad.


Que la paz de Cristo inunde tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del santo Rosario en familia y la asistencia a la Misa Dominical.

No hay comentarios: