viernes, 29 de noviembre de 2013

XIV-092 Vivamos la Emoción de Esperar a Jesús



VIVAMOS LA EMOCIÓN DE ESPERAR A JESÚS.

Alguna vez te has preguntado qué es lo que hace de la época navideña un tiempo de amor, de alegría y de paz? Es la emoción de esperar la llegada del Niño Jesús, porque el recuerdo de su nacimiento es el recuerdo del momento más dichoso que ha tenido la historia de la humanidad, la llegada de Dios a la tierra, si meditamos en ello seremos invadidos por ese sentimiento que tiende a unir a los hombres en todas partes del mundo, la emoción de esperar a Jesús.

Toda madre espera con ansiedad la llegada de su hijo, de ese hijo que nació en su vientre hace nueve meses que lo ha sentido palpitar al unísono con su propio corazón, que ha dado vueltas y pateado suavemente su interior con deseos de salir y ver la luz, para ello se prepara comprando todas las cositas necesarias para atenderlo y cuidarlo tiernamente cuando esto suceda y se pregunta: Cómo será su carita? A quien se parecerá más? Seguramente la Virgen María, como lo narra María de Jesús de Agreda en el libro “Ciudad Mística de Dios, historia de la Virgen María”, vivió también aquellos momentos de preparación cortando y cosiendo las telas que le comprara su santo esposo José, para hacer con sus propias manos los fajos y las mantillas con las que envolvería el tierno cuerpecito del Niño Jesús y la emoción le haría derramar lágrimas de devoción con las cuales perfumaría esa canastilla.
Vamos a adentrarnos en los sentimientos de María en esta dulce espera y nuestro corazón sentirá esta emoción, se trata del Dios encarnado el que está por llegar, el Mesías esperado por siglos en el pueblo de Israel, el Hijo de David, el Rey de Reyes, las promesas de Dios a su pueblo al fin se hacen realidad, llega la luz que despejará las tinieblas y es ella la que le dará de su propia carne y de su sangre ese cuerpecito que como flor de primavera se desplegará con amor.

Cantemos al Señor de los señores, alfombremos su camino, aclamemos su nombre, alegrémonos en su presencia, él viene a traernos la paz y la salvación, es el Dios que viene a liberarnos que viene a revelarnos la verdad para que encontremos el camino de la felicidad.

La mejor manera de vivir esta emoción es acercándonos a la Eucaristía, es la misma emoción que sentimos el día de nuestra primera comunión, aquel día maravilloso que recibimos a Jesús dentro de nosotros por primera vez y que renovamos cada vez que nos aceramos a recibirlo de manos del sacerdote, es el mismo Jesús que quiere estar muy dentro de nosotros y se ha quedado en la hostia sagrada para ser nuestro alimento y para darnos vida, vida en abundancia. Vivamos con alegría la Navidad, vivamos la emoción de esperar a Jesús.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
 
Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la Misa Dominical. Que el Dios Todopoderoso derrame su bendición sobre ti y toda tu familia.

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