viernes, 8 de mayo de 2009

X-044 Decisiones Radicales.


Después de esta temporal interrupción en nuestros envíos, motivada por problemas técnicos en los equipos, volvemos a comunicarnos con ustedes para enviarles nuestras meditaciones e invitarles de nuevo a reflexionar cada día acerca de nuestra relación con Dios que es el punto y motivo central de toda nuestra existencia.

La primera pregunta que surge es ¿Cómo puedo tener un encuentro con Dios para establecer esa relación de amistad y de fe?

Jesús es el lugar de encuentro con Dios. Nuestro Señor Jesucristo es el Hijo de Dios, enviado por el Padre a la tierra para que sirviera de intermediario entre los hombres y el Creador, se hizo hombre y habitó entre nosotros, nos dio su palabra, su evangelio y nos demostró con signos y acciones que era el enviado de Dios, sin embargo, muchos no le creyeron, le rechazaron y lo condenaron, fue crucificado, muerto y sepultado, pero resucitó al tercer día y está vivo, convive entre nosotros de la manera más natural.

De manera que seguir a Jesús no es seguir a un fantasma, es seguir a un rey que vive eternamente, con quien podemos conversar por medio de la oración, con quien podemos convivir por medio de la Eucaristía y en quien podemos confiar en que nunca nos traicionará, pues su fidelidad y su misericordia son infinitas.

¿Qué nos pide Jesús para poder seguirle? Nos pide en primer lugar fidelidad a los mandamientos del Padre, a esas leyes que fueron estampadas en la Tablas de la Ley y que Moisés reveló a los Israelitas, una ley que Jesús vino a perfeccionar para que se pudiera cumplir hasta la última coma de la misma. Incumplirla significa pecado, por lo tanto es el pecado lo que nos aparta de Jesús, es por eso que Jesús nos dice “el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos” (Mt 5, 19).

Apartarse del pecado es difícil, primero porque a veces no lo vemos como tal, se disfraza y nos engaña, y segundo porque nos causa placer, nos da sensación de poder y alimenta nuestra vanidad y nuestro ego, por eso hay que tomar decisiones radicales si queremos desterrarlo de nuestra vida: “si tu ojo derecho te está haciendo caer, sácatelo y tíralo lejos: porque más te conviene perder una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.” (Mt 5, 29) Tomemos pues decisiones radicales con respecto a todo aquello que nos pudiera apartar de Jesús que es el camino que nos lleva al encuentro con Dios.

Siendo el próximo domingo el Día de la Madre, me complace enviar un saludo a todas las madres que leen estas meditaciones, las que son, las que fueron y las que serán, todas estarán en nuestras oraciones ese día, en especial Nuestra Madre Santísima del Cielo a quien rogamos protección para todas ellas y la Bendición de Dios Todopoderoso.

Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.

1 comentario:

VenVida dijo...

Hola Marga, en contesta de tu agradecido comentario dejado aqui en la meditación "IX-094 Y tú, ¿en quién crees?" que nos dijistes estas palabras y disculpandonos por la tardanza de la contesta:

"YO CREO EN DIOS, POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS.
Y NO ME AVERGUENZO DE ELLO.
LO QUE NO ENTIENDO ES COMO HAY TANTAS PERSONAS, A LAS QUE LES MOLESTA QUE LOS QUE CREEMOS, CREAMOS.
NO VOY A IGLESIAS, NI A MISAS, PORQUE HAY COSAS CON LAS QUE NO ESTOY DE ACUERDO, POR EJEMPLO; HACER POLÍTICA EN LAS IGLESIAS, O APROVECHAR UNA MISA PARA DEFENDER A POLÍTICOS, ESO ES LO QUE HACEN POR AQUÍ, POR DESGRACIA.
YO SIMPLEMENTE, CREO EN DIOS. "


Como primer lugar te damos las gracias por haber escrito ese comentario en nuestro blog, nos agrada saber que tienes fe en Dios, eso es muy importante, pero al mismo tiempo nos preocupa que no se acerque a El por las razones que expone. El Templo es la Casa de Dios, recordemos que a Jesús se aplica aquella frase del Antiguo Testamento “El Celo de tu casa me devora” que recuerda el evangelista cuando narra la expulsión de los mercaderes del Templo, ya que el Templo no es solo la parroquia, es la Casa de Dios entre las casas de los hombres, si queremos acercarnos a Dios no debemos rechazar su Templo. Y por otra parte la Misa es la Oración más grande y más grata a los ojos del Señor y son inmensas las gracias que se reciben por participar en ella, por lo que debemos asistir y participar en ella para darle gracias por todo lo que Dios nos da cada día, no nos importe lo que otros digan o hablen, tengamos oídos sordos a sus palabras necias, nosotros vamos por Dios y es a El a quien debemos orar y escuchar.

Un gran saludo y la bendición para usted y todos los suyos.

GUSTAVO CARIAS.