viernes, 2 de noviembre de 2012

XIII-103 La Dignidad de ser Católico.



LA DIGNIDAD DE SER CATÓLICO.

Noviembre ha sido tradicionalmente el mes dedicado a los difuntos y específicamente el día dos es el día que la Iglesia dedica al recuerdo de los fieles difuntos e invita a orar por ellos para el perdón de sus pecados, tal como lo señalan las Sagradas Escrituras en el Capítulo 12 del Segundo Libro de los Macabeos.

Como sabemos la Iglesia se divide en tres grupos que son : 1) La Iglesia Triunfante, que son aquellos que se salvaron y están en el Cielo, es decir de todos los santos que celebramos ayer. 2) La Iglesia Militante, formada por todos nosotros los que estamos en la tierra luchando por evitar el mal y hacer el bien y 3) La Iglesia Purgante o Sufriente conformada por aquellos que están en el Purgatorio purificándose de sus pecados para poder subir al Cielo. Como la Iglesia es una sola, es necesario que estos tres grupos mantengan una interrelación que es lo que en el Credo llamamos “la Comunión de los Santos”, nosotros como Iglesia Militante nos apoyamos en los santos del Cielo para que intercedan por nosotros y así obtener favores de la Santísima Trinidad y a la vez oramos por los que han partido de este mundo para que se acorte el tiempo de la purificación de sus almas en el Purgatorio.

Vivimos de la esperanza en la misericordia de Dios, tenemos fe en que aquel que nos llamó a la dignidad de ser católicos por medio del bautismo, es decir que nos hizo merecedores de respeto y orgullosos de tener la libertad de decidir nuestros propios actos y a la vez de ser responsables de sus consecuencias y que de acuerdo a nuestra voluntad nos confirmó en esa fe y nos alentó con su perdón en el Sacramento de la Confesión y no conforme con tantos gestos de amor nos alimentó con su propio cuerpo y su sangre, nos ha hecho valiosos y nos ha enriquecido con sus propios dones, será misericordioso con nosotros a la hora del juicio y nos permitirá la entrada a su Reino para alabarle y bendecirle por todos los siglos.

El pasado miércoles 31 asistimos a las exequias de nuestro hermano de la Fundación Betania, Guillermo Souto, reiteramos nuestras condolencias a sus familiares, y por él se ofició una Santa Misa de cuerpo presente en el Cementerio del Este en la que todos los miembros de la Fundación oramos por el descanso de su alma, unidos por esa esperanza en la misericordia  divina. Recuerdo que el sacerdote oficiante, durante la homilía dijo una frase que me llamó la atención por su actualidad: “La Muerte no es una Fiesta”, es un momento de dolor en el que todos estamos impactados por la partida de un ser querido, por lo que para nosotros, los que tenemos la dignidad de ser católicos, no puede ni debe transformarse ese día en motivo de celebración o en Carnaval de disfraces, como lo vienen haciendo últimamente muchas personas. Glorifiquemos a Dios con nuestra vida.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del rosario en familia el día sábado y el domingo la asistencia a la Santa Misa, que Dios te bendiga.

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