jueves, 4 de julio de 2013

XIV-050 Seamos los Pobres de Dios


SEAMOS LOS POBRES DE DIOS.

Este es un deseo que surge del análisis de las Bienaventuranzas, o discurso del Sermón de la Montaña, como también se le conoce, allí Jesús nos dice: “Felices los que tienen el espíritu del pobre porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5, 1-3) Traducción que trae la Biblia Latinoamericana, mucho más comprensible para nosotros que la tradicional expresión “Los pobres de espíritu” que se prestaba mucho a interpretaciones encontradas, en realidad el significado que debe darse a la expresión de Jesús hay que separarlo de lo que conocemos como pobreza material que viene a ser la falta de cosas materiales, en cambio “los que tienen el espíritu del pobre” nos presenta la idea en forma más accesible a los hispano parlantes, se trata de ese espíritu de piedad, de acercarse a Dios en las necesidades, a pesar de la multiplicidad de problemas y confiar plenamente en su bondad.

Consideremos el entorno en que fue pronunciado este discurso, el pueblo de Israel de aquel entonces, un pueblo extremadamente pobre que había salido de varias situaciones de sometimiento o esclavitud y que entonces vivía la opresión del Imperio Romano, eran muy pocos los que habían podido enriquecerse bajo esas humillantes condiciones históricas por las que habían vivido, por eso el verdadero pueblo de Israel se podría decir que era un pueblo pobre, pero en medio de esta condición se presentan dos caminos, el de acercarse a Dios y confiar en El, o el de maldecir, endurecerse y envenenarse por su condición de pobre, es decir el camino de amar a los hermanos y tratar de compartir con ellos lo poco que se tiene que es el camino que señala Jesús, o el de odiar y actuar con egoísmo y exclusión.

El pueblo pobre al que Jesús se refiere es aquel que con toda humildad, en medio de sus múltiples carencias, se acerca a Dios, le abre su corazón y le muestra sus manos vacías, confía en Dios, al contrario de los ricos que confían en sí mismos y en sus riquezas materiales. Los Salmos cantan esa postura de ese pueblo que tiene su esperanza puesta en Dios y espera la llegada del Mesías que vendrá a salvarlo, es por eso que le abre confiadamente la puerta de su corazón a Jesús y la Iglesia cristiana que comienza a formarse en los primeros tiempos tiene su basamento sobre esa multitud de pobres  en el espíritu a quienes Jesús ofrece el Reino de los Cielos.

Seamos nosotros también los pobres de Dios, no por nuestra cuantía en recursos materiales, sino por tener el espíritu de aquellos pobres del pueblo de Israel que encontraron como camino a Jesús, sabemos que no tenemos méritos ante Dios, que no tenemos nada que darle en compensación a su inmenso amor, pero confiamos en su misericordia y nos entregamos plenamente a su voluntad. Pidámosle que abra nuestros oídos al llanto de aquellos que realmente sufren la pobreza material y que con ellos podamos compartir lo poco o mucho que podamos tener, y que alimente nuestra esperanza en que algún día el hambre pasará y podremos vivir en un mundo mejor.

Glorifiquemos a Dios con nuestra vida.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la Misa Dominical.

Oración Comunitaria: Solicita Ella Reyes Reimers por su hermano Raúl quien sufre de cáncer. Señor escucha nuestras súplicas y si es tu voluntad concédele la salud del cuerpo y del espíritu a este siervo tuyo, te lo pedimos en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. (Recemos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.)

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