viernes, 15 de febrero de 2013

XIV-010 Sentando un buen Precedente



SENTANDO UN BUEN PRECEDENTE.

Estamos comenzando la Cuaresma, ese período que va del Miércoles de Ceniza al Domingo de Ramos, sobre el cual estaremos hablando en los próximos días. Como les dije en el “Compartir con los amigos” de ayer, mi propósito inicial era comenzar desde hoy a hablarles acerca de este tiempo de la Iglesia, en que se nos pide una actitud de Conversión y de Penitencia, como preparación para la celebración de la Semana Mayor, sin  embargo, por las correspondencias recibidas, me doy cuenta de que están ansiosos de escuchar algún análisis acerca del acontecimiento  que ha acaparado la atención del mundo entero en estos días y que es la renuncia del Papa Benedicto XVI al trono Petrino.

Lo que les quiero decir no son opiniones personales, ya que no considero que tenga un nivel como para emitirlas, son simplemente anotaciones tomadas de los analistas de la Iglesia Católica que han sido divulgadas por los medios regulares de que dispone nuestra Iglesia. La divulgación de opiniones por diferentes medios seculares de comunicación, por el solo afán de estar a tono con la noticia “best-seller” del momento, trae consigo mucha confusión ya que allí se mezclan amigos y enemigos de la Iglesia, unos tratando de ejercer su profesión periodística con la ética y la dignidad que recibieron en las aulas universitarias y otros manipulados y amañados en la distorsión del mundo, procurando inyectar su veneno disimuladamente entre información y opinión, estos últimos están haciendo mucho daño a la Iglesia, es por eso que debemos usar el don del discernimiento que Dios nos ha dado, para analizar las noticias y comentarios que se nos presenten.

El Papa Benedicto XVI ha sentado un buen precedente, para los próximos papas, algo que no se había visto en más de seiscientos años y que quizás algunos por ese motivo tuvieron que abstenerse de hacerlo, este Papa lo ha hecho con plena firmeza, con valentía y con humildad, lo acontecido  es magnífico y fabuloso, darse cuenta a tiempo de los límites de su capacidad física, de los problemas de su edad y del desgaste producido por el enorme peso de llevar en sus hombros tanta responsabilidad, antes de llegar a cometer un error que sería costoso y perjudicial.

El Papa tiene todo su derecho a renunciar y en este sentido muchos hacen la comparación con su antecesor el Beato Juan Pablo II que pasó por una larga enfermedad que mermó considerablemente sus facultades motrices y que sin embargo no renunció, éste también tenía su derecho a hacerlo o a dejarlo de hacer y escogió seguir hasta el final de su vida, son dos personalidades distintas que nos muestran las dos caras de esta libertad y el derecho que cada quien tiene de decidir en esas circunstancias, no podemos nosotros juzgar que uno tenía más razón que el otro en su decisión, ambos fueron absolutamente honestos y ambos estuvieron inspirados por el Espíritu Santo.

La decisión del Papa no fue tomada apresuradamente, como algunos han dicho, ya desde Marzo del año pasado, al regreso de su viaje trasatlántico, los médicos le recomendaron que no estaba en condiciones de repetir esos largos viajes y desde entonces comenzó a estudiar la posibilidad de su renuncia. El Papa no miente, no hay que rebuscar y escudriñar en los “motivos ocultos” de su renuncia, ha sido muy claro y muy sencillo, es un hombre bueno, preocupado por todos nosotros que merece que le amemos y que oremos por él, así como lo haremos por el próximo sucesor de Pedro que elegirá el Colegio Cardenalicio en el mes de Marzo. Oremos al Señor por nuestros Papas, porque ellos son la cabeza visible de la Iglesia de Cristo. Glorifiquen a Dios con sus vidas.

Feliz Fin de Semana para todos, no olviden el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la Misa Dominical, así como la observancia de la abstinencia durante los Viernes de Cuaresma.

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