Estamos comenzando el mes de Febrero, el mes más corto del año, mes de contrastes y de situaciones diversas que debemos afrontar con serenidad y paz interior, para ello debemos afianzar nuestra fe en Dios, bajo su protección nada podemos temer, aún en las situaciones más difíciles que se nos puedan presentar.
El profeta Habacuq, quien vivió 600 años antes de Cristo, se quejaba ante Dios por la maldad y la injusticia que parecían prevalecer en aquellos tiempos de invasiones, de robos y atropellos y se atrevió a preguntarle al Señor si esa era su justicia, aquella en la que los malvados parecían prevalecer y los castigos recaían por igual entre buenos y malos. El Señor le respondió con aquella misteriosa frase que tantas veces hemos escuchado: “El que vacila nunca contará con mi favor, el justo si vivirá por su fidelidad” (Hab 2, 4).
Es por eso que nunca debemos desconfiar de Dios, debemos ser firmes en nuestra fe, fieles ante todas las adversidades, aunque todo parezca derrumbarse a nuestro alrededor, aunque parezca que las plantas no florecen que todo escasea y se aleja la felicidad de nuestro lado, cuando la tristeza merodea a nuestra vida, alegrémonos en Dios porque El es nuestro Salvador, El que todo lo puede, cumplirá sus promesas y nos dará la vida, tenemos que ser constantes en hacer la voluntad de Dios, para que El nos mire con amor.
Si estás pasando en estos momentos por una tribulación, si estás en medio de una tormenta que no te deja ver lo que está mas allá de esas nubes grises que te rodean, ten fe en Dios, El es nuestro Padre y conoce muy bien lo que nos está pasando, nos está probando, es el momento de demostrarle que si tenemos confianza en El, que nuestra esperanza está puesta en su voluntad, que estamos seguros que El nos sacará de estos problemas y que luego premiará nuestra fidelidad con el premio que tiene reservado para los que no desconfían, la salvación de nuestra alma que es lo más importante.
La Biblia nos ofrece tantos y tan variados ejemplos de fe, Noé, Abraham, Isaac, Moisés, Sansón, David, Samuel, los enfermos curados por Jesús, los mártires y tantos otros que recordamos precisamente por su fe inquebrantable, son nuestros modelos, son la confirmación de lo que decía el Profeta: “El justo vivirá por su fe”.
Agradecimiento: Nos escribe Lourdes Portugal de Villarán, desde Perú, para agradecer a todos los que participaron en la Oración Comunitaria que hicimos por su esposo y nos dice que es increíble lo bien que se encuentra ya casi recuperado a los pocos días de la operación del cerebro a que fue sometido. Demos gracias a Dios por escuchar nuestras súplicas y ser tan misericordioso. Sigamos teniendo fe en El.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
El profeta Habacuq, quien vivió 600 años antes de Cristo, se quejaba ante Dios por la maldad y la injusticia que parecían prevalecer en aquellos tiempos de invasiones, de robos y atropellos y se atrevió a preguntarle al Señor si esa era su justicia, aquella en la que los malvados parecían prevalecer y los castigos recaían por igual entre buenos y malos. El Señor le respondió con aquella misteriosa frase que tantas veces hemos escuchado: “El que vacila nunca contará con mi favor, el justo si vivirá por su fidelidad” (Hab 2, 4).
Es por eso que nunca debemos desconfiar de Dios, debemos ser firmes en nuestra fe, fieles ante todas las adversidades, aunque todo parezca derrumbarse a nuestro alrededor, aunque parezca que las plantas no florecen que todo escasea y se aleja la felicidad de nuestro lado, cuando la tristeza merodea a nuestra vida, alegrémonos en Dios porque El es nuestro Salvador, El que todo lo puede, cumplirá sus promesas y nos dará la vida, tenemos que ser constantes en hacer la voluntad de Dios, para que El nos mire con amor.
Si estás pasando en estos momentos por una tribulación, si estás en medio de una tormenta que no te deja ver lo que está mas allá de esas nubes grises que te rodean, ten fe en Dios, El es nuestro Padre y conoce muy bien lo que nos está pasando, nos está probando, es el momento de demostrarle que si tenemos confianza en El, que nuestra esperanza está puesta en su voluntad, que estamos seguros que El nos sacará de estos problemas y que luego premiará nuestra fidelidad con el premio que tiene reservado para los que no desconfían, la salvación de nuestra alma que es lo más importante.
La Biblia nos ofrece tantos y tan variados ejemplos de fe, Noé, Abraham, Isaac, Moisés, Sansón, David, Samuel, los enfermos curados por Jesús, los mártires y tantos otros que recordamos precisamente por su fe inquebrantable, son nuestros modelos, son la confirmación de lo que decía el Profeta: “El justo vivirá por su fe”.
Agradecimiento: Nos escribe Lourdes Portugal de Villarán, desde Perú, para agradecer a todos los que participaron en la Oración Comunitaria que hicimos por su esposo y nos dice que es increíble lo bien que se encuentra ya casi recuperado a los pocos días de la operación del cerebro a que fue sometido. Demos gracias a Dios por escuchar nuestras súplicas y ser tan misericordioso. Sigamos teniendo fe en El.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
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