Antes de entrar en materia queremos disculparnos con nuestros lectores por la interrupción que tuvimos, desde el jueves pasado, en las meditaciones, lo cual fue debido a problemas de carácter técnico que gracias a Dios ya han sido superados.
Jesús nos pide que vivamos en la verdad, eso significa elevar nuestro espíritu hacia el mundo de arriba, significa entrar en los caminos de Dios que son de verdad y vida. No basta con el arrepentimiento momentáneo de nuestros pecados, es necesario tener conciencia de la falsedad del mundo que nos rodea y no apegarnos a sus usos y costumbres que van en contra de lo predicado por el Señor.
Bien decía Jesús que El no era de este mundo, sino de arriba, cuando hablaba a los judíos en la sinagoga: "Ustedes son de abajo, yo soy de arriba. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso les he dicho que morirán en sus pecados. Yo les digo que si ustedes no creen que YO SOY morirán en sus pecados. Le preguntaron "Pero ¿quién eres tú?". Jesús les contestó: "Exactamente lo que acabo de decirles. Tengo mucho que decir sobre ustedes y mucho que condenar, pero lo que digo al mundo lo aprendí del que me ha enviado: él es veraz." (Jn 8,
23-26).
Hay varias cosas que nos llaman la atención en las palabras de Jesús, por una parte la separación de mundos a los que hace referencia, ser del mundo de abajo significa oír su palabra y no aceptarla en el corazón, preferir las banalidades de esta sociedad decadente, basada exclusivamente en lo material que deja de lado la dignidad humana, el amor y la caridad, en cambio ser del mundo de arriba es vivir en el espíritu del Señor, seguir sus caminos, aceptar su palabra y practicarla con gozo y con sabiduría.
Otro elemento importante que observamos en las palabras de Jesús es la definición que hace de si mismo: "Yo Soy" y recalca luego que es exactamente lo que había dicho. Son las mismas palabras con que el Padre se define ante Moisés en el episodio de la zarza ardiente: "Moisés contestó a Dios: "Si voy a los hijos de Israel y les digo que el Dios de sus padres me envía a ellos, si me preguntan: ¿Cuál es su nombre?, yo ¿qué les voy a responder? Dios dijo a Moisés: "Yo soy: YO SOY." "Así dirás al pueblo de Israel: YO-SOY me ha enviado a ustedes. Y también les dirás: YAVE, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me ha enviado. Este será mi nombre para siempre y con este nombre me invocarán de generación en generación." (Ex 3, 13-15).
Jesús y el Padre son uno mismo, el Padre está en él y él está en el Padre. Alabemos su nombre ahora y siempre y vivamos en la verdad.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
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