Frente al mar, en un precioso enclave de la verde montaña, está Chirimena, un pequeño pueblo barloventeño situado a unos 20 Km de Higuerote, en el amplio litoral mirandino, en este pueblo se celebran anualmente las festividades de la Cruz de Mayo, su santa patrona, con fulías y tambores, con fervor religioso y a la vez lleno de típicas incidencias locales.
La Coral Betania y la Fundación Betania asistieron ayer a la clausura de las festividades de este año, invitados por los organizadores de estos eventos, para cantar durante la celebración de la Santa Misa y compartir luego con los pobladores en esa labor de evangelización que realizan continuamente estas instituciones.
A media mañana, la llegada de los autobuses con los visitantes fue un verdadero acontecimiento, los vecinos asomados a las puertas y ventanas de sus casas, adornadas con motivo de las festividades, contemplaron con entusiasmo y expectativa este encuentro. En la Iglesia de la Santa Cruz de Chirimena, situada en la calle principal del pueblo, se fueron acomodando los fieles para la misa que estaba prevista para las doce del mediodía, en medio de ese calor característico de las poblaciones barloventeñas, vistieron sus mejores galas y fueron plenando los asientos disponibles. Las múltiples ocupaciones dominicales del Párroco de Higuerote permitieron que hubiera un pequeño margen para el inicio de los actos, lo que fue utilizado por los visitantes para explicar a los presentes con palabras de la Directora de la Coral y del Presidente de la Fundación Betania que estas instituciones son consecuencia de los eventos ocurridos en Betania a raiz de las apariciones de la Santísima Virgen María bajo su advocación de María Virgen y Madre Reconciliadora de todos los pueblos y naciones, y tienen como finalidad llevar un mensaje de paz y de reconciliación a todos los hermanos en Cristo, tal como se hecho en otras poblaciones de Venezuela y del mundo, invitándoles a visitar el Santuario de Betania.
La actuación de la Coral durante la Santa Misa y al finalizar la misma, fue acogida con estruendosos aplausos de los asistentes, en medio de un ambiente festivo, con la explosión de cohetes y manifestaciones de gran alegría por parte de los pobladores que expresaron su satisfacción en frases como estas: "Esto ha sido una bendición de Dios que nos ha llegado hoy del cielo", "Es un acontecimiento que vamos a recordar toda la vida". A la salida, los visitantes regalaron a los fieles rosarios elaborados a mano por las damas de la Fundación como recuerdo de este día.
Posteriormente los organizadores nos trasladaron a una amplia casona del pueblo y obsequiaron a los visitantes con una comida típica barloventeña a base de pescado, arroz y ensalada y como postre los deliciosos dulces de la región, especialmente las famosas polvorosas.
Dios bendiga al pueblo de Chirimena y conserve por muchos años su devoción a la Santa Cruz, su religiosidad y ese sentimiento de amistad y solidaridad entre sus pobladores, espléndidos anfitriones con los visitantes.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
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