INUNDACIONES Y TERREMOTOS.
En estos días leemos en la prensa y vemos en las noticias por televisión y por Internet, como se suceden en todo el mundo grandes catástrofes naturales, especialmente estamos consternados por los ocurridos recientemente en el lejano oriente con innumerable pérdida de vidas humanas. La naturaleza parece sacudirse cada día con más frecuencia, en medio de lluvias tormentosas, inundaciones, volcanes y movimientos telúricos de diversa magnitud y mucha gente se pregunta ¿Qué está pasando? ¿Qué significa todo esto? ¿Qué podemos hacer?.
En estos días leemos en la prensa y vemos en las noticias por televisión y por Internet, como se suceden en todo el mundo grandes catástrofes naturales, especialmente estamos consternados por los ocurridos recientemente en el lejano oriente con innumerable pérdida de vidas humanas. La naturaleza parece sacudirse cada día con más frecuencia, en medio de lluvias tormentosas, inundaciones, volcanes y movimientos telúricos de diversa magnitud y mucha gente se pregunta ¿Qué está pasando? ¿Qué significa todo esto? ¿Qué podemos hacer?.
La respuesta a todas estas inquietudes la encontramos en las Sagradas Escrituras, en la palabra de Dios, cuando los apóstoles preguntan a Jesús ¿Qué señales anunciarán tu venida? Jesús les responde: “Unas naciones lucharán contra otras y se levantará un reino contra otro reino habrá hambre y terremotos en diversos lugares. Esos serán los primeros dolores del parto.” (Mt 24, 3-8) Les recomiendo leer completo este capítulo de San Mateo allí se nos dan infinidad de detalles sobre estos tiempos: “En esos días muchos tropezarán y caerán; de repente se odiarán y se traicionarán unos a otros.” (Mt 24, 10)
Contra las fuerzas de la naturaleza nosotros no podemos hacer nada y mucho menos contra la Cólera Divina de que nos habla San Lucas en el Capítulo 21 de su evangelio, solo podemos orar por todos aquellos a quienes la muerte repentina los ha sorprendido y no estaban preparados, pidamos clemencia al Señor para tantas almas que ahora se encuentran perdidas sin saber siquiera lo que les ha pasado y oremos por nosotros mismos y por nuestros familiares, para que no tropecemos antes de que nos llegue nuestro propio momento, que seamos cada día más justos, más honestos, más sencillos y humildes.
Lo que está sucediendo son señales de la pronta venida de Jesús, no nos dejemos sorprender, estemos preparados y alegres porque el Reino de Dios está cerca, un mundo nuevo en el que la verdad será proclamada a todas las naciones y seremos todos un solo rebaño y habrá un solo Pastor. Hagamos caso a la palabra de Dios que nos dice: “Pasarán el cielo y la tierra, pero mis palabras no pasarán.” (Mt 24, 35).
La Santísima Virgen es nuestra gran aliada para asirnos de su mano y caminar con serenidad y paz, haciendo el bien, con amor por nuestros semejantes y con la alegría de un porvenir mejor.
Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.
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