viernes, 9 de octubre de 2009

X-082 Preparados y vigilando.


PREPARADOS Y VIGILANDO.



Les invito a meditar hoy sobre todas esas advertencias que se nos han venido dando acerca de la venida de Jesús, hay quienes opinan que los que hablan de estas cosas son profetas del desastre.

Si examinamos las cosas con cuidado podemos perfectamente advertir que el desastre no es necesario ya profetizarlo, el desastre existe y hay que ser demasiado ciego y sordo, en medio del avance tecnológico de las comunicaciones de hoy para decir que no estaban enterados. El mundo en que vivimos es en realidad un verdadero desastre, no solo me estoy refiriendo a los movimientos telúricos y a los tsunamis, es un desastre desde el punto de vista moral, desde el punto de vista de la contaminación ambiental, desde el punto de vista político y desde el punto de vista de la indiferencia del hombre ante todo lo que está ocurriendo.

Si nos consideramos católicos practicantes debemos estar preparados y vigilando, porque Jesús fue muy claro cuando dijo que después de muchas angustias y tribulaciones le veríamos “venir en medio de nubes con gran poder y gloria.”(Mc 13, 26) Y nos aconseja: “Aprendan de este ejemplo de la higuera; cuando las ramas están tiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que todo se acerca que ya está a las puertas.” (Mc 13, 28-29).

“Esten preparados y vigilando, porque no saben cuando llegará ese momento.” (Mc 13, 33) En verdad que triste sería reconocer que todo esto es cierto cuando ya no podamos hacer nada, tú que eres un ser tan práctico, no te parece que mejor sería seguir el consejo de Jesús.
Pero nosotros podemos adelantarnos a su venida, en vez de esperar vamos hacia él, vamos a su encuentro, sabemos donde encontrarlo, sabemos como comunicarnos con él y como agradarle, ¿qué estamos esperando?

Estemos preparados y vigilando, pero al mismo tiempo preguntémonos qué estamos haciendo por el Señor, de qué manera le estamos sirviendo y la respuesta será la clave para adelantarnos a su venida. Alabado sea Dios.

Que la paz y la bendición de Dios lleguen a todos sus hogares, feliz fin de semana y no olviden la misa dominical y el rezo del Rosario en familia.

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