viernes, 23 de abril de 2010

XI-032 Verdades y Mentiras.


VERDADES Y MENTIRAS.

Cuando se discuten temas que incumben a nuestra Iglesia, cuando se enfrentan posiciones contradictorias en contra y en pro de nuestra religión, cuando se ataca a la cabeza visible del catolicismo, Su Santidad el Papa, nos vemos envueltos entre un mar de verdades y mentiras que pretenden confundirnos, ¿qué debemos hacer? ¿a quién debemos acudir?

“El Señor es mi luz y mi salvación. ¿a quién he de temer? Amparo de mi vida es el Señor, ¿ante quien temblaré? Cuando los malvados se lanzan contra mi para comer mi carne, ellos, mis enemigos y contrarios, tropiezan y perecen.” (Sal 27, 1-2) Debemos confiar en el Señor, para que nuestra fe permanezca fuerte y sepa discernir entre la verdad y la mentira.

En los ataques a la Iglesia y al Santo Padre, se mueven una multiplicidad de intereses, desde los más tradicionales como son las rivalidades religiosas, pasando por los intereses económicos, monetarios, especulativos o el simple amarillismo de los medios de comunicación. ¿Cómo distinguir entre la verdad y la mentira? Pues acudiendo a nuestras propias fuentes de información que la Iglesia las tiene y muy buenas, como son las agencias noticiosas católicas, como Aciprensa, la Radio y TV Vaticana, la televisora EWTN y las instrucciones pastorales de nuestra parroquia y de la diócesis a la que esta pertenece.

En los casos actuales se ha determinado la falsedad de muchas cosas de las que los medios seculares se han hecho eco y que provienen de personas u organizaciones desacreditadas y sin fuerza moral para ser creíbles, o basadas en pruebas de muy dudosa consistencia. Por su parte, tanto el Papa Juan Pablo II, como el actual prelado Benedicto XVI han sido muy enérgicos en sus decisiones, demostrando a la vez que firmeza una humildad sin paralelo que contrasta claramente con la negligencia de que se les acusa.

Es por ello que no debemos dejarnos llevar por lo primero que leamos, es el tiempo de ser solidarios con nuestra Iglesia y con el Santo Padre, confiar en ella porque en ella está el Señor que es nuestra luz, en Jesús está la verdad, sigamos el ejemplo de nuestros santos y de nuestros mártires, imitando su fidelidad y así no tendremos dudas para distinguir las verdades de las mentiras.

Que la paz llegue a todos sus hogares, les recuerdo este fin de semana acudir a la misa dominical y rezar el rosario en familia para que permanezcan unidos en el Señor.

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