RESURRECCION vs. REENCARNACION.
Los católicos creemos en la Resurrección de los Muertos como dice el Credo, símbolo de nuestra fe, lo que significa que cada alma volverá a la vida eterna con su propio cuerpo, mientras que otras creencias hablan de la Reencarnación que significa que una vez que el alma se separa del cuerpo en el momento de la muerte, es capaz de pasar a vivir en otro cuerpo.
Desde la época de los griegos encontramos en la historia el rechazo a la teoría de la Resurrección por considerar ellos que sólo el espíritu es capaz de pervivir después de la separación del cuerpo y de ser inmortal, en tanto que el cuerpo se corrompe y se transforma nuevamente en tierra. Esa misma idea que da un valor inferior al cuerpo, atribuye al alma la capacidad de introducirse en un nuevo cuerpo y reencarnar. Es decir que la Reencarnación supone que la identidad de la persona está exclusivamente en su espíritu y que ese espíritu puede vagar por el mundo y alojarse en otro cuerpo para vivir otra vida y así sucesivamente, en eso se basan esos estudios de regresión que supuestamente ponen en trance a las personas para que su mente vuelva al pasado y se recuerde quien era en una vida anterior a la presente.
Todo lo que sabemos acerca de la Resurrección de Jesucristo nos da una imagen muy clara de lo que significa el cuerpo para la identidad de la persona. El cuerpo no es un simple envoltorio del alma sino que forma parte de la identidad del individuo, los apóstoles reconocen a Jesús Resucitado cuando él les muestra la heridas en sus manos y en sus pies, cuando les dice: “Miren mis manos y mis pies; soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo.” (Lc 24, 39).
Mientras tenemos vida nuestro cuerpo se relaciona con todo lo que le rodea y es la imagen de nuestra propia identidad, si nuestra alma pasara a otro cuerpo ya no seríamos los mismos, Dios nos ha hecho individualmente a cada uno con un cuerpo y un alma que se pertenecen uno a otra y que identifican al ser que ha creado el Altísimo, por tanto para presentarnos ante El y vivir la vida de Dios deberemos hacerlo de manera integral, cada alma con el cuerpo que Dios le dio al nacer. Nuestro cuerpo no puede ser un cascarón que desechamos al momento de acceder a la vida eterna que Dios ha prometido a los justos de este mundo, tanto el cuerpo como el alma son criaturas de Dios y El es tan poderoso que puede hacerlos a ambos capaces de la vida eterna, formando una sola y única identidad.
Oraciones Comunitarias: 1) Por nuestro Santo Padre, Benedicto XVI, para que el Señor le de la fortaleza y la inteligencia necesaria para afrontar los ataques a la Iglesia. 2) Por que se agilice la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios, María Esperanza. (Los que deseen la Oración y la estampita pueden solicitarla y con gusto se la enviaremos.)
Señor te pedimos por todas estas intenciones, escucha nuestras súplicas y atiéndelas según tu Santa Voluntad. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria )
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
Los católicos creemos en la Resurrección de los Muertos como dice el Credo, símbolo de nuestra fe, lo que significa que cada alma volverá a la vida eterna con su propio cuerpo, mientras que otras creencias hablan de la Reencarnación que significa que una vez que el alma se separa del cuerpo en el momento de la muerte, es capaz de pasar a vivir en otro cuerpo.
Desde la época de los griegos encontramos en la historia el rechazo a la teoría de la Resurrección por considerar ellos que sólo el espíritu es capaz de pervivir después de la separación del cuerpo y de ser inmortal, en tanto que el cuerpo se corrompe y se transforma nuevamente en tierra. Esa misma idea que da un valor inferior al cuerpo, atribuye al alma la capacidad de introducirse en un nuevo cuerpo y reencarnar. Es decir que la Reencarnación supone que la identidad de la persona está exclusivamente en su espíritu y que ese espíritu puede vagar por el mundo y alojarse en otro cuerpo para vivir otra vida y así sucesivamente, en eso se basan esos estudios de regresión que supuestamente ponen en trance a las personas para que su mente vuelva al pasado y se recuerde quien era en una vida anterior a la presente.
Todo lo que sabemos acerca de la Resurrección de Jesucristo nos da una imagen muy clara de lo que significa el cuerpo para la identidad de la persona. El cuerpo no es un simple envoltorio del alma sino que forma parte de la identidad del individuo, los apóstoles reconocen a Jesús Resucitado cuando él les muestra la heridas en sus manos y en sus pies, cuando les dice: “Miren mis manos y mis pies; soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo.” (Lc 24, 39).
Mientras tenemos vida nuestro cuerpo se relaciona con todo lo que le rodea y es la imagen de nuestra propia identidad, si nuestra alma pasara a otro cuerpo ya no seríamos los mismos, Dios nos ha hecho individualmente a cada uno con un cuerpo y un alma que se pertenecen uno a otra y que identifican al ser que ha creado el Altísimo, por tanto para presentarnos ante El y vivir la vida de Dios deberemos hacerlo de manera integral, cada alma con el cuerpo que Dios le dio al nacer. Nuestro cuerpo no puede ser un cascarón que desechamos al momento de acceder a la vida eterna que Dios ha prometido a los justos de este mundo, tanto el cuerpo como el alma son criaturas de Dios y El es tan poderoso que puede hacerlos a ambos capaces de la vida eterna, formando una sola y única identidad.
Oraciones Comunitarias: 1) Por nuestro Santo Padre, Benedicto XVI, para que el Señor le de la fortaleza y la inteligencia necesaria para afrontar los ataques a la Iglesia. 2) Por que se agilice la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios, María Esperanza. (Los que deseen la Oración y la estampita pueden solicitarla y con gusto se la enviaremos.)
Señor te pedimos por todas estas intenciones, escucha nuestras súplicas y atiéndelas según tu Santa Voluntad. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria )
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
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