miércoles, 1 de febrero de 2012

XIII-008 La Nueva Familia de Jesús.



LA NUEVA FAMILIA DE JESUS.


A medida que nos adentramos en el conocimiento de Jesús nos vamos a dar cuenta de la profundidad de los cambios que introdujo en la humanidad que incumben no solo al ámbito religioso sino al orden social y político. En el caso de Israel estos cambios tienen una dimensión impactante, la unidad política y social del “pueblo de Dios” estaba basada en la familia, de allí la importancia de la genealogía entre los israelitas, que describe la descendencia que a cada quien corresponde partiendo de los orígenes del pueblo y desde el propio Abraham hasta el presente. Toda esta fuerza unitaria que va de padres a hijos está basada en el cumplimiento del cuarto mandamiento de la Ley de Dios que pide honrar al Padre y a la Madre para prolongar los días en la tierra, el cual es un precepto que abarca no solo a la comunidad familiar sino que alcanza la continuidad en la vida del país y vincula a la familia con la existencia de ese pueblo.


Jesús se nos presenta como un innovador en esta materia y cuestiona estas relaciones, cuando leemos aquel pasaje del evangelio en el cual él se encontraba en una casa repleta de gente que lo escuchaba y alguien le viene a avisar que su madre y sus hermanos están afuera y quieren hablarle: “Pero Jesús dijo al que le daba el recado: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”. E indicando con la mano a sus discípulos, dijo:”Estos son mi madre y mis hermanos. Tomen a cualquiera que cumpla la voluntad de mi Padre de los cielos, y ese es para mí un hermano, una hermana o una madre”. (Mt 12, 48-50). Aquí no se trata de un reproche personal en contra de su madre o sus hermanos a quienes sabemos amaba encarecidamente, sino a la institución de una nueva gran familia, la familia de los seguidores de Jesús, la Iglesia Universal.

Desde luego que para los judíos resulta incomoda la posición de Jesús porque ella pareciera ir en contra de los elementos que constituyen la unidad social del pueblo de Israel y que le había garantizado su existencia a través de la historia. Sin embargo, la posición de Jesús no va en contra de las tradiciones de Israel sino que por el contrario busca cumplir con la razón de existir de ese gran pueblo que aparece en los salmos y en los libros proféticos y que es la de ser luz para el mundo y de llevar la promesa de salvación a todos los pueblos y ¿cómo podría lograrlo si no es por medio de la formación de esta nueva gran familia de Jesús?


El Dios de Jesús es el mismo Dios de Israel, es el Dios verdadero del que se habla en el Antiguo Testamento y ese es el Dios que hay que llevar a todos los pueblos del mundo por medio de esta gran familia que constituimos alrededor de Jesús todos sus seguidores, dándonos la mano no solo con los judíos sino con toda la gran familia universal para reconocerle y adorarle como nuestro único Dios.


Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre toda tu familia.

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