viernes, 24 de febrero de 2012

XIII-016 Se avecinan tiempos difíciles.



SE AVECINAN TIEMPOS DIFÍCILES.


Hoy en día a cualquiera que se atreva de hablar de estos temas lo tildan de “Profeta del Desastre”, menos mal que ustedes me conocen, no soy profeta y no me gustan los desastres, pero no hace falta ser profeta para ver los nubarrones que ensombrecen el cielo, tanto a nivel mundial como a nivel nacional, soplan vientos de guerra entre oriente y occidente y no se trata de una guerra cualquiera, probablemente una confrontación que supere a todas las que el mundo ha conocido hasta ahora, Dios nos libre; por su parte la situación económica en Europa tiende a agravarse cada día y desencadenar una crisis a nivel mundial, por la suya la contaminación ambiental y el calentamiento global siguen su marcha indetenible como el tiempo. Y fíjense que no estoy hablando de las profecías mayas y de otra índole sobre el año 2012, eso es harina de otro costal.

Jesús decía: “Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando echan los primeros brotes, ustedes saben que el verano ya está cerca. Así también, apenas vean ustedes que suceden las cosas que les dije, sepan que el Reino de Dios está cerca.”…”Cuiden de ustedes mismos, no sea que una vida materializada, las borracheras o las preocupaciones de este mundo los vuelvan interiormente torpes y ese día caiga sobre ustedes de improviso, pues se cerrará como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Por eso estén vigilando y orando en todo momento, para que se les conceda escapar de todo lo que debe suceder y estar de pie ante el Hijo del Hombre.” (Lc 21, 29-36).


En cuanto a la frase “apenas vean ustedes que suceden las cosas que les dije”, pueden leer el capítulo 24 de San Mateo, allí encontrarán un mayor detalle, entre otras cosas figuran la guerra y los rumores de guerra, la lucha entre las naciones y el hambre que serán “los primeros dolores de parto”.


¿Qué podemos hacer? ¿De qué manera afecta eso mi fe en Dios?


Como católicos debemos estar alertas, preparados, con las lámparas encendidas y aceite de repuesto, enriqueciendo nuestro espíritu para que no decaiga nuestra fe y se mantenga firme hasta el fin, con toda nuestra confianza puesta en Dios que nos salva. Dios es nuestro Padre, nos ama y no quiere ningún mal para nosotros, de allí que debemos mantenernos unidos a El, con la oración y la Eucaristía, alertando a nuestros hermanos que se encuentran adormecidos por las preocupaciones materialistas de este mundo y que ven todas estas cosas con una ligereza y torpeza increíbles, da tristeza ver como los viernes, después de cobrar su salario, cientos de obreros se van a las licorerías y gastan su dinero en cerveza, como en los tiempos de Noé en que los hombres bebían y comían y se casaban y festejaban, mofándose de Noé y de su Arca, hasta que el diluvio cayó sobre ellos y no pudieron salvarse.


Recurramos también a nuestra Madre bendita del Cielo, la Santísima Virgen María, pidamos su intercesión por medio del rezo del Rosario y ella nos protegerá porque ninguna madre desoye la voz de sus hijos.

Que tengan un feliz fin de semana, no olviden el rezo del Rosario en Familia y la asistencia a la Misa dominical, Dios los bendiga.

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