ACTOS DE REPARACION MARIANA.
Ayer llegó a mis manos un folleto editado por el Apostolado Mundial de Fátima que se llama “Acto de Reparación Mariana”, en él se explica en primer lugar el significado de la Reparación, luego se hacen algunas citas de las apariciones en Fátima, Portugal y en el convento de Pontevedra, y se transcriben varios Actos de Reparación a la Virgen Santísima.
Entre sus varios significados, la palabra “Reparar” tiene el de satisfacer una ofensa, de compensar de alguna manera a la persona ofendida en desagravio por los hechos u ofensas cometidas. En la última de las apariciones la Virgen dice “No ofendan más a Nuestro Señor que ya está muy ofendido” y recordemos que esto ocurrió hace ya casi un siglo, en 1917, y cuánto más se ha ofendido al Señor en los últimos cien años y en la actualidad. Se hace necesaria una Reparación muy grande, no solo por nuestros pecados individuales sino por los familiares y sociales, por los pecados públicos y los escándalos que ofenden tanto a Dios. La Reparación puede lograrse mediante oraciones, comuniones, horas de adoración, penitencias, rosarios, actos de mortificación y propósitos y buenos deseos ofrecidos en desagravio por esos pecados.
Tanto el ángel que se apareció previamente a los pastorcitos como la propia Virgen en Fátima, insisten mucho en esto de las reparaciones, por ejemplo el ángel dijo en su primera aparición: “Orad conmigo: “Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman”. Es decir está haciendo un acto de reparación por todos aquellos que no tienen fe ni practican las virtudes de la esperanza y del amor a Dios.
Y ante la pregunta de los niños de cómo habrían de sacrificarse, el ángel les responde: “De todo lo que podáis, ofreced sacrificios al Señor como acto de reparación por los pecados con los cuales El es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores”.
Por su parte la Santísima Virgen en su tercera aparición en Fátima dice: “Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, y especialmente cuando hagáis un sacrificio: “Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.
En la aparición de la Santísima Virgen con el Niño Jesús a Lucía en el convento de Pontevedra, el 10 de diciembre de 1925, el Niño Jesús le dijo: “Ten compasión del corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas.”
Por mi parte les ofrezco copiar algunas de las oraciones que trae el folleto como actos de reparación y enviárselas a quienes las soliciten expresamente, por esta misma vía.
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y tu familia y permanezca por siempre.
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