lunes, 3 de septiembre de 2012

XIII-083 La Verdadera Diferencia.




LA VERDADERA DIFERENCIA.

En nuestra Meditación anterior (No. XIII-082) hablábamos de la búsqueda de caminos de entendimiento entre las Iglesias cristianas para tratar de alcanzar la tan ansiada unidad dentro de una Iglesia Universal, decíamos entonces que la Iglesia Católica tiene más de dos mil años de fundada por Cristo, en tanto que las otras Iglesias cristianas comenzaron su separación y fundación en los últimos cinco siglos de la historia mundial y ello fue debido a la interpretación personal que algunos de sus fundadores, tales como Lutero y Calvino dieron a las Sagradas Escrituras, desligándose de la interpretación tradicional católica de las mismas.
Hay quienes creen que la diferencia entre los protestantes y la Iglesia Católica está en el trato que dan a la Santísima Virgen y a los Santos, o en el desconocimiento de los sacramentos, excepto el bautismo, la negación de la resurrección de Jesús y tantos otros detalles que pudiéramos estudiar mas adelante, pero en realidad no es así, todas estas cosas son consecuencia de la Verdadera Diferencia que viene a ser una visión de Dios y del hombre distinta a la que tenemos los católicos.

En efecto, nosotros creemos que existe un solo Dios en tres personas distintas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que es el Misterio de la Santísima Trinidad, vemos en Cristo a la segunda persona de la Trinidad que vino al mundo para redimirnos, para convertirnos en otros cristos semejantes a El. En tanto que Lutero y Calvino ven en Cristo a un enviado de Dios que vino al mundo para cubrir y proteger al hombre de manera que la ira del Padre no caiga sobre ellos, porque consideran al hombre una basura que no merece nada y que solo puede sobrevivir mediante esa protección que no lo cambia, que no lo convierte, sigue siendo basura pero protegido bajo el manto protector de Cristo. Estas dos visiones distorsionadas son las que traen como consecuencia todas las demás diferencias.

En el caso de Calvino el postulado más importante es el principio de la predestinación, de manera que ya Dios tiene predestinados a los que han de salvarse, a esos les da el don de la fe y con eso basta para alcanzar la vida eterna, la caridad solo la ejercen como una manifestación de que ya ellos están salvados, pero que no es condición necesaria para la salvación, solo la fe basta. Esto está claramente desmentido en las propias palabras de Cristo cuando profetiza sobre el juicio final en el evangelio de San Mateo, al hombre no se le preguntará en ese juicio si tenía fe o no, se le preguntará por las obras de caridad que hizo, como lo dice el apóstol Santiago: “la fe sin obras no da frutos”(St 2, 14-18). Glorifiquemos a Cristo con nuestra vida.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y tu familia y permanezca por siempre

No hay comentarios: