MARÍA ES EL ARCOIRIS DE LA ETERNA ALIANZA.
El poder intercesor de María es muy grande, como nos lo demuestra el evangelio en el pasaje de las Bodas de Caná de Galilea, ya que aún cuando consideraba Jesús que no había llegado su hora, por complacer a su Madre realiza su primer milagro al convertir el agua en vino, atendiendo la petición de ella y es así como María se constituye en nuestra medianera para interceder por nosotros ante Jesús, cada vez que el pecado nos separa de la gracia y por tanto de su amistad, por eso decimos que Maria es Madre de Misericordia.
Quien ofende a Dios con sus pecados se siente temeroso de la ira del Padre, como se sintió Adán en el Paraíso, pero el Padre que es toda ternura y amor para con sus Hijos ha enviado a un intercesor, su Hijo Jesús, para ayudar a sus criaturas a reconciliarse con él, pero el hombre, hundido en sus penas, teme a Jesús, sin darse cuenta que él clavó en la cruz nuestros pecados para borrarlos de nuestra alma, pero Dios que es todo misericordia ha puesto en nuestras manos una abogada que está dispuesta a interceder por nosotros ante su Hijo Jesús, como lo hiciera con aquellos novios en las Bodas de Caná.
Por esta razón María ha sido calificada como medianera de la paz entre los hombres y Dios, reconciliadora del género humano, y comparada con aquella paloma que trajo una rama de olivo en su pico para indicar a Noé que el diluvio había pasado. Ella jamás está en contra de los pecadores sino que desea su reconciliación con Dios y su vuelta a la gracia.
San Alfonso Maria de Ligorio en “Las Glorias de María” nos dice que el arco iris que describe San Juan, en el Apocalipsis, rodeando el trono de Dios es la figura de María quien está siempre presente en los juicios para mitigar el castigo a los pecadores. Esta figura de María en forma de arcoíris la observamos también en las palabras del Señor a Noé: “Pondré mi arco en las nubes para que sea una señal de mi alianza con toda la tierra”, esta alianza consistía en que Dios prometía no enviar otro diluvio como el sucedido cuando Noé (Gen 9, 13) es por eso que María se constituye en el arco íris de la eterna alianza, ella es la encargada de reestablecer la paz entre Dios y los hombres cuando estos hayan pecado y merezcan el castigo por sus ofensas y así como el Señor al ver el arco íris se acordaría de la paz que había prometido a la tierra, así también al oír los ruegos de María perdonaría a los pecadores.
Acudamos pues, con confianza en su misericordia, al regazo de nuestra Madre María, para que ella interceda ante su Hijo Jesús y perdone nuestros pecados a fin de aplacar la divina justicia, porque ella es el arco iris de la eterna alianza.
Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.
Te deseo un feliz fin de semana y no olvides el rezo del Rosario en familia y la asistencia a la misa dominical.
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