miércoles, 15 de mayo de 2013

XIV-037 Construyamos la Familia sobre roca firme.



CONSTRUYAMOS LA FAMILIA SOBRE ROCA FIRME.

El pasado lunes, cuando meditábamos acerca del Catecismo de la Iglesia Católica, decíamos que Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, dotándoles de un cuerpo y de un alma y que asimismo instituyó el sacramento del matrimonio para que cada pareja se uniera, formando una familia, con el fin de crecer y multiplicarse para el desarrollo y perfeccionamiento de la Creación.

Mucho se ha dicho que la familia es la base fundamental de la sociedad y que la crisis de la sociedad actual se debe al desmoronamiento de las familias, de manera que analizando las causas podemos llegar a la raíz del problema. Las familias se desmoronan en la mayoría de los casos porque están construidas sobre arena y no sobre roca firme, sobre la roca firme que es Jesús y su Iglesia.

El Papa Benedicto XVI en el V Encuentro Mundial de las familias, celebrado en Madrid, España en el año 2006, explicaba que las familias de hoy se ven sometidas a múltiples dificultades y amenazas y por eso tienen la necesidad de ser evangelizadas y sostenidas ya que las familias cristianas constituyen un recurso decisivo para la educación en la fe, para la edificación de la Iglesia como comunión y para ser levadura en la cultura generalizada y en las estructuras sociales. En otras palabras, que para fortalecer a nuestra sociedad es necesario fortalecer a nuestras familias.

El hombre fue creado por Dios como expresión de su amor y es semejante a Dios en la medida en que ama, es esa la conexión que une al hombre con Dios.

Decíamos en la Meditación pasada que el hombre fue dotado de un cuerpo y un alma, los cuales están estrechamente unidos, el hombre es alma que se expresa en el cuerpo y cuerpo vivificado por un espíritu inmortal. No se puede por tanto disponer por separado de uno o de otro, ambos constituyen una realidad indisoluble y no puede el hombre alegar que está haciendo uso de su libertad al tener uniones libres o matrimonio a prueba, cuando en realidad está actuando anárquicamente. Dios da al hombre libertad para escoger su rumbo y si un hombre decide que su vida se la va a ofrecer a Dios fundando una familia, debe unirse a una mujer siguiendo las pautas señaladas por la Iglesia de Cristo, dándose el uno al otro en matrimonio en presencia de un sacerdote que en ese momento representa a Dios y comprometiéndose a seguir el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret, para crecer en la fe , asumiendo de esta manera una responsabilidad pública.

Por lo tanto, el matrimonio no es una intromisión en la vida de una pareja, no es una injerencia indebida de la sociedad, no es algo que viene de fuera a intervenir la privacidad y la libertad de la pareja, todo lo contrario, es algo que surge del amor de la pareja que es a su vez reflejo del amor de Dios, es algo que surge de adentro y que se convierte en un pacto de amor conyugal que dignifica a la pareja, porque voluntariamente están asumiendo un compromiso con la sociedad, para su bien y para el bien de todos.

Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Que la paz de Cristo reine en tu corazón y la bendición de Dios Todopoderoso descienda sobre ti y toda tu familia y permanezca siempre.

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