CUANDO SE REZA CON FE.
Sin duda alguna que esta ha sido la semana de la Sierva de Dios, Maria Esperanza, nosotros por nuestra parte hemos querido dedicarle a ella las meditaciones de la presente semana que con la gracia del Espíritu Santo, hemos logrado publicar en tres ocasiones, lo que últimamente no se había podido hacer con esa frecuencia por diferentes razones. El pasado lunes hablábamos de la Misión Divina que el Señor encomendó en su vida a la Sierva de Dios, como fue la de defender la unidad y la santidad de la familia, y el pasado miércoles nos referimos al ejercicio de las virtudes, especialmente la fe que es el fundamento de todas las demás. Ese fue el día en que recordamos su partida al Cielo y lo hicimos con la celebración de una Santa Misa en el Cementerio del Este y con las ofrendas florales y el rezo del Rosario en el lugar donde reposan sus restos, la jornada parecía que terminaba allí, pero ayer ocurrió un hecho que viene como a coronar la semana y que quiero compartir con ustedes.
Durante el día y gracias a las redes de comunicación instantánea, fuimos informados de la repentina enfermedad de un hermano de nuestros queridos compañeros Jonathan y Maria Alejandra Scelza, de nombre Javier, el cual se encontraba en Barinas y mientras manejaba su auto preparándose para regresar a Caracas, sufrió de un fuerte dolor de cabeza y convulsiones que ameritaron su traslado a una clínica local. En los primeros momentos no se tenía un diagnóstico preciso de su repentina afección, por lo que se pidió oración a todos los miembros de la Fundación Betania por su recuperación.
Al caer la tarde, como todos los jueves eucarísticos, nos reunimos en casa de la familia Bianchini para hacer una hora santa de oración y se presentaron a la reunión Jonathan y otro hermano del enfermo, este de nombre Alejandro, para pedir que en el momento de las peticiones se orara por la salud de Javier a quien en un primer diagnóstico se había determinado que tenía una aneurisma en la cabeza, de alto riesgo y que se le estaban haciendo otros exámenes para ver si era factible una operación. Así lo hicimos, pedimos la intercesión de la Virgen Reconciliadora y de la Sierva de Dios Maria Esperanza, con mucha fe, pensando en las palabras de Jesús: “Todo lo que pidan en la oración , crean que ya lo han recibido y lo obtendrán” (Mc 11, 24)
En esta ocasión tuvimos la dicha de tener presente al Padre Timothy Bayerley, vice-postulador de la causa de beatificación de la Sierva de Dios Maria Esperanza, quien nos acompañó en la adoración y durante la misma se hizo especial intención por la salud de Javier. Ya casi al concluir la hora, Jonathan alzó la voz y leyó un mensaje que acababa de recibir en el cual le informaban que según los últimos exámenes realizados a Javier se había determinado que la lesión era tan pequeña que no revestía peligro y que no sería necesaria la operación, hubo una explosión de alegría y de aplausos que no se hizo esperar, por este hecho tan milagroso y patente que viene a coronar esta semana y que es producto de la oración de todos hecha con verdadera fe.
Glorifiquemos a Dios con nuestra vida.
Que la paz de Cristo reine en tu corazón, te deseo un feliz fin de semana, no olvides el rezo del Santo Rosario en Familia y la asistencia a la Misa Dominical, que Dios te bendiga.
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