LA ENMIENDA DE MI VIDA.
Seguimos pensando en ¿Cuál será un buen regalo para el Niño Jesús? ¿Qué puedo yo ofrecerle si el lo tiene todo? El es el Rey de Reyes, el Rey del Universo, pero también es el Rey del Amor y por amor se hizo hombre y vino a nuestra tierra, despojado de toda su riqueza, para nacer en una cuna de pajas.
Nos dice San Pedro en su segunda carta a los Romanos: “Mas nosotros esperamos, según la promesa de Dios, cielos nuevos y una tierra nueva en que reine la justicia. Con una esperanza así, queridos hermanos, esfuércense para que Dios los encuentre en su paz, sin mancha de culpa.” (2-Pe 3, 13-14).
No pensemos en regalos materiales que por allí no vamos a encontrar la respuesta a nuestra inquietud, pensemos más bien en lo que puede agradar a Dios de nosotros mismos, por ejemplo que enmendemos nuestras vidas, que corrijamos lo que está torcido, que nos apartemos de esas malas ocasiones, que seamos virtuosos, que ocupemos nuestro lugar y cumplamos fielmente con nuestra misión en la vida, como hijos, como padres, como estudiantes, como profesores, como trabajadores, como jefes de oficinas, como dueños de negocios, como empleados, cada quien en el estado en que Dios le ha colocado, hacer un examen introspectivo con sinceridad, no se trata de perder la felicidad, por el contrario se trata de ganarla, no hay mayor felicidad que la de estar en gracia de Dios.
Es cierto que hemos perdido mucho tiempo en esta vida, pero Dios ha sido tan generoso que nos da prorrogas para que rectifiquemos, para que tomemos conciencia de nuestra realidad y de la verdad que él representa. No tiene sentido pensar en las horas perdidas del ayer, vamos a pensar en lo que podemos realizar de ahora en adelante para ser dignos de esas promesas en las que hemos puesto la esperanza.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos de la fortaleza necesaria para rectificar, para enmendar nuestra vida, para que vivifique nuestra aridez y dome nuestra dureza, vamos a preparar ese regalo tan agradable a la vista de Dios para estas navidades.
El próximo domingo comienza el Adviento, es decir el período de cuatro semanas para prepararnos a la venida del Niño Jesús, quiero recordarles la bella costumbre de instalar en nuestros hogares la Corona de Adviento, una tradición muy católica que nos ayudará a sentir con mayor alegría el ambiente de esta espera divina. Al efecto les anexo una explicación detallada de cómo debe prepararse la Corona de Adviento y las oraciones que deben hacerse en cada oportunidad. Feliz Navidad y gloria y alabanzas al Señor.
Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario