miércoles, 21 de julio de 2010

XI-067 La Familia, un Proyecto de Dios.


LA FAMILIA, UN PROYECTO DE DIOS.

¿Alguna vez pensaste que la idea de casarte y tener una familia era un proyecto tuyo y de tu novia? Te voy a decir algo, la idea es muy buena, es un gran Proyecto, ¿pero sabes por qué? Porque es un Proyecto de Dios.

No se trata de algo nuevo, Dios siempre ha pensado que la misión del hombre es crecer y multiplicarse, lo encontramos en la Biblia desde el propio Génesis: “A imagen de Dios los creó; Macho y Hembra los creó. Dios los bendijo, diciéndoles: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla.” (Gen 1, 27-28), pero es el mismo Dios el que pone unos límites en sus mandamientos procurando conservar esa unión matrimonial y que de esa manera se pueda llegar a la formación de una sólida familia, en la que padres e hijos convivan armoniosamente, para ser semillas de paz en la sociedad, ser ejemplos de convivencia y de amor.

Pero poco a poco, con el correr del tiempo, el hombre va dejando de lado lo que el Señor quiere y se inclina por la vida desordenada, por eso la venida de Jesús instituye el sacramento del matrimonio y pone orden de nuevo en esta materia. Nos dice el Catecismo: “El matrimonio es el sacramento por el que Jesucristo santifica la unión de un hombre y una mujer, para que formen una familia, se amen y eduquen a los hijos que Dios les envíe.”

Así llegamos al siglo XX, vuelve el hombre por sus fueros y prefiere tomar los caminos equivocados, se impone de nuevo el desorden que el demonio quiere para corromper a la sociedad y perder a las almas, es por ello que Dios quiere darnos ejemplos de familias cristianas para componer el mundo, y entre otras llama a su Sierva María Esperanza, quien quería servirle como religiosa y había ingresado al convento de las carmelitas de Mérida y le dice: “Tú has venido a prepararte entre estas religiosas, pero tienes que salir para Roma” y la Virgen le trae un mensaje: “ serás madre espiritual de las almas y serás madre de siete hijos: seis rosas y un botón.” La misión de María Esperanza está sellada, ella la cumple a cabalidad, se casa, tiene sus hijos y forma una familia que aún después de su muerte es hoy en día ejemplo de confraternidad y de unión. Es decir que Dios quiere familias ejemplares que perseveren, que le muestren al mundo lo que significa la unión en el seno familiar y señalen el camino que conduce a la paz y la convivencia entre los hombres, este es el Proyecto de Dios.

Continúa con ese Proyecto, vas bien, ahora con mayor confianza y seguridad porque sabes con claridad que es lo que Dios quiere de ti, cual es tu misión, él te acompañará en todo momento si lo pones en el centro de tu vida y de tu corazón.

Que la paz y la bendición de Dios llegue a todos sus hogares.

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